El candidato a presidente por el FIT preguntó en Facebook “¿Vas a dar tu apoyo político a ajustadores y represores, hijos políticos de Menem?”. Allí da una respuesta a los distintos argumentos que se plantean para votar a los candidatos que competirán en el balotaje. Reproducimos extractos.
Jueves 29 de octubre de 2015 08:30
1) “Hay que votar a Scioli ‘para que no gane’ Macri; o a Macri ‘para que no gane’ Scioli” El 22 de noviembre no se vota “para que no gane” el otro candidato, sino “para que gane” Scioli o Macri. Tu voto a cualquiera de los dos es un apoyo político. El que gane dirá que el 50 y pico por ciento del país lo apoyó (porque se cuentan sólo los votos positivos), y ahí estarán los votos “críticos” indiferenciados de los derechistas. Será un apoyo al conjunto de su “programa de gobierno”. Cuantos más votos tenga el que gane, más fuerte estará para aplicar el ajuste con represión. Por el contrario, cuantos más votos en blanco o impugnados haya, más quedarán condicionados para ajustar, garantizar la impunidad de los poderosos y llevar a la Argentina a una nueva timba de endeudamiento que llevará nuevamente al país a la quiebra.
2) “Scioli será todo lo que quieran, pero es menos malo que el derechista Macri” “El mal menor”, le dicen. La orientación de Scioli para su próximo gobierno se resume en el gabinete que anunció en caso de ganar. ¿Es “menos malo” el xenó- fobo y represor Sergio Berni que el espía e igualmente represor “Fino” Palacios? ¿Cómo decir que el barón “mano dura” de Ezeiza Alejandro Granados es “menos malo” que el facho de Guillermo Montenegro? ¿Es mejor Juan Manuel Urtubey, el posible canciller de Scioli que dijo desde Washington que hay que arreglar con los buitres, que el radical gorila Ernesto Sanz, posible canciller de Macri? ¿Es “menos mala” la Bonaerense que la Metropolitana? ¿No plantean acaso tanto Scioli como Macri volver a endeudarse, aumentar tarifas, poner techo a las paritarias? Ninguno de los dos propone el 82% móvil para los jubilados, que el salario cubra la canasta familiar ni terminar con el trabajo precario.
3) “El que vota en blanco ayuda al ganador”. Falso. La Constitución (art. 151) no habla de porcentaje alguno, sino que sencillamente el que saque un voto más que el otro, gana. Por eso nuestro planteo es no votar ni a uno ni a otro, rechazar a ambos por igual.
4) “Hay una disputa real. Votar en blanco o impugnar es lavarse la manos” Sin haber balotaje, en 1999 todo el progresismo (muchos hoy son parte del elenco del gobierno K) nos decía que había que votar a la Alianza para derrotar al continuador de Menem, Duhalde. Sabemos cómo terminó todo. En Brasil, Dilma Rousseff fue reelecta como “mal menor” frente a la derecha y está aplicando un ajuste que ya significó la pérdida de 2 millones de puestos de trabajo. No nos lavamos las manos ni “balconeamos”, sino que esta campaña es parte de una histórica y consecuente lucha política independiente de todo bando patronal, como parte de construir una gran fuerza social de los trabajadores, las mujeres y la juventud que enfrenten la políticas antipopulares y antinacionales que hoy querrán imponer tanto Scioli como Macri.