Hablamos con la docente, escritora y activista chicana Norma Cantú, quien nos compartió, entre otros temas, su visión sobre la importancia de rescatar la voz de mujeres pioneras del movimiento chicano del siglo pasado y de quienes, hoy en día, se mantienen en resistencia contra la cultura dominante a través de su poética.
Nancy Cázares @nancynan.cazares
Jueves 19 de enero de 2023
Imagen Portada: Trinity University
Norma Cantú, nacida en 1947 en Nuevo Laredo, Tamaulipas, es docente, narradora y poeta. Su interés por promover el estudio de la cultura chicana y sus distintas expresiones la llevó a impulsar el doctorado para literatura Mexican-american en la Universidad de Texas de San Antonio (UTSA), mismo que celebró su vigésimo aniversario este 17 de enero.
Especialista en estudios de literatura, arte y folklor chicanos, Cantú es autora de libros como Dancing Across Borders: Danzas y Bailes Mexicanos (2009)—una de las primeras antologías centradas en las prácticas de baile mexicano en ambos lados del Río Bravo—y de su laureada Canícula: Snapshots of a Girlhood en la Frontera (1995). Entre sus numerosas obras y colaboraciones destaca la edición del libro Flor y Ciencia: Chicanas in Mathematics, Science and Engineering (2006), así como de Chicana Traditions: Continuity and Change (2002), antología centrada en cultura y tradiciones chicanas. Cantú es reconocida también por su labor de traducción del libro Borderlands/ La Frontera The New Mestiza de la escritora y activista chicana Gloria Anzaldúa.
Su labor académica y literaria ha consolidado a Norma Cantú como un pilar importante de la visibilización del papel de las mujeres en el florecimiento de la cultura chicana. En entrevista para La Izquierda Diario México, la académica nos cuenta, entre otros temas, su visión sobre la importancia de rescatar la voz de mujeres pioneras del movimiento chicano del siglo pasado y de quienes, hoy en día, se mantienen en resistencia contra la cultura dominante a través de su poética.
Idmx: ¿Cuál considera que es la importancia de rescatar las voces de mujeres chicanas como Gloria Anzaldúa, recientemente homenajeada en la Ciudad de México?
Norma Cantú (NC): Es súper importante rescatar las voces de las chicanas quienes establecieron las primeras normas de resistencia a los discursos de opresión dominante en el sur de Texas como Jovita Idar y Emma Tenayuca a principios del siglo 20 y claro, las chicanas como Gloria Anzaldúa y Martha Cotera a finales del siglo. Ellas son las que marcaron el camino y nos alientan con sus acciones. Idar en Laredo desafió a los “rinches” los Texas Rangers hace un siglo, y Tenayuca como militante por los derechos de las trabajadoras en San Antonio en los años 30. Ya en pleno movimiento Chicano nos encontramos a Martha Cotera, activista de La Raza Unida Party en los 60s y 70s.
En los 80s, Gloria Anzaldúa publica su obra más conocida, Borderlands/La Frontera: La nueva mestiza. Mi traducción publicada por la UNAM aparece en México en el 2015. Lo más importante que hay que recalcar es que no podemos olvidarlas porque son las que nos dan ánimo para seguir adelante con la lucha por los derechos de les chicanes.
Idmx: La voz de la mujer chicana, como herramienta de resistencia hacia la cultura dominante, cobra hoy nuevas dimensiones en un contexto en donde las mujeres están en el proscenio con demandas reproductivas, laborales o contra la violencia. ¿Cómo cree que impacta este cambio de subjetividad en el discurso de las poetas chicanas contemporáneas?
NC: A primera vista, creo que pueda ser no muy impactante puesto que hay muchas, pero muchas poetas que no abordan esos temas en su poesía, pero también somos muchas que sí lo hacemos, incluso muchas que jamás han dejado atrás la resistencia hacia la cultura dominante. Entre estas se encuentran las poetas chicanas que desde los 70s están abogando con su obra poética por la justicia social como Lorna Dee Cervantes y Ana Castillo. La jóvenes poetas como Laurie Ann Guerrero, Alicia Gaspar de Alba, Ire’ne Lara Silva, y Gris Muñoz siguen en los pasos de las chicanas que con su poesía proponen igualdad y tratan temas contemporáneos como son los casos de violencia contra la mujer y demandas reproductivas, al igual que el acoso sexual y las leyes represivas contra la mujer.
Idmx: ¿Cuál considera que es la vigencia de la idea de la "nueva mestiza" desarrollada por Anzaldúa para las nuevas generaciones?
NC: Esta pregunta desenlaza otras que conllevan múltiples puntos de vista. “La nueva mestiza” de Anzaldúa se desarrolla más que nada por la vivencia bajo la opresión cultural y física que es la situación de las Chicanas en la frontera, específicamente en el sur de Texas. Pero como metáfora, la nueva mestiza lleva rasgos de análisis más profundo como la mezcla de las razas y el racismo. También se puede considerar “mestizaje” ya no como comúnmente se entiende entre lo indígena y lo europeo, sino en un entorno contemporáneo se puede extender a otros tipos de mezclas.
Las nuevas generaciones pueden aplicar el vocablo a sus realidades, o sea, las mezclas que ahora se ven con frecuencia: entre lo anglosajón y lo chicano o lo asiático y lo chicano, etcétera. La mezcla de culturas al igual que de personas creo que es lo que Anzaldúa señalaba con su título. Además, siempre es algo ambigua en sus definiciones puesto que le encanta la ambigüedad y las jerarquías. Así que la vigencia de la idea de la nueva mestiza está en constante desarrollo y es adaptable a la época en que vivimos así como lo fue antes y lo será después.
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Idmx: ¿Qué piensa de la atención que ha recibido la cultura chicana en general y su poesía en particular por parte de grandes instituciones educativas o estatales en México?
NC: En realidad, ha sido poca la atención que se ha prestado a la cultura y la poesía Chicana en México a pesar de que con el transcurso de los años ha habido estudiosos y escritores que se han interesado en el tema. Recuerdo que a mediados de los 90s, asistí a una reunión de escritoras mexicanas y chicanas en la UNAM organizada por Claire Joysmith en el Centro de Investigaciones Sobre América del Norte (CISAN). Observé que sí había gran interés y me sentí bien recibida. Anteriormente, en general se nos consideraba pochos y nuestra obra no era valorada; tal vez por el spanglish o por los temas que eran aún más políticos. Como esta reunión en el CISAN, suele ser que son proyectos a cargo de individuos como Axel Ramírez, o Marisa Belausteguigoitia en el Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), quienes no solo estudian nuestra cultura y literatura, sino también se esmeran en difundirlas por medio de publicaciones y conferencias o congresos. En otras universidades como la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y la de Guadalajara han expresado interés y también han organizado congresos.
He participado en el congreso de etnocoreología en la BUAP con mis trabajos sobre la tradición de matachines chicanes. Durante la pandemia, hubo dos encuentros virtuales por medio del TEC campus CDMX y la BUAP sobre Anzaldúa que tuvieron mucho éxito. Además, en el Tecnológico de Monterrey se han llevado a cabo eventos sobre la frontera por muchos años bajo el liderazgo del programa de humanidades. Ahí se le hizo un homenaje a Rolando Hinojosa también. Por un tiempo estuve con la cátedra honoris causa en humanidades en la Universidad de Monterrey y siempre hubo mucho interés en mi obra en particular, pero también en la cultura y la literatura chicana.
Creo que hay mucho más que se puede hacer puesto que hay lazos muy estrechos entre las comunidades Chicanes en EEUU y México. También he colaborado con el consulado de México en EEUU en Kansas City y en Houston para desarrollar programas que incluyen a les chicanes en el contorno de lo mexicano.
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Idmx: Como académica y figura importante en la introducción de estudios sobre el tema en educación superior ¿cuáles considera que son las perspectivas para los estudios chicanos en México en la educación pública?
NC: Desde mi punto de vista, por lo transfronterizo de las comunidades, o sea la migración de México a EEUU y viceversa, creo que debería haber más para que los alumnes en ambos países tengan conocimiento de la literatura y cultura. Casi no se nos lee en México por cuestión del lenguaje, y en EEUU tampoco leemos a les escritores contemporáneos por lo mismo. Así que un esfuerzo a nivel gubernamental para traducir obras sería algo fenomenal.
También creo importante que haya intercambios, por ejemplo, que estudiantes mexicanes visiten las universidades en EEUU y que les estudiantes de EEUU visiten los recintos en México.
Desde la literatura, el muralismo, la ciencia, y la academia y el activismo, las mujeres chicanas han consolidado una voz propia. En un contexto donde siguen vigentes a ambos lados de la frontera demandas por mejores condiciones laborales, permisos de maternidad y derecho a decidir —consignas que obreras chicanas como Louisa González y Emma Tenayuca impulsaron el siglo pasado—, la reivindicación de la chicaneidad hoy en día implica, además de procesos de resistencia cultural y lingüística, lucha activa contra los discursos de opresión en Estados Unidos contra la población mexicana y latina.
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