María, Ale, Julia y Mercedes recuerdan a Laura Rimedio, compañera de militancia en el PTS La Plata y “una de las imprescindibles”.
Miércoles 7 de junio de 2017 18:20
“Una mujer de las imprescindibles, por su calidad humana, sin importar qué fuese lo que una o cualquiera necesitara. Y así como imprescindible, también de una sinceridad única, que no se ahorraba palabras aunque pudiese no gustarte lo que te iba a responder, ya que no era lo que esperabas, pero la caracterizaban sus formas, cómo lo decía, haciendo que vieras eso que no se veía claramente.
Aventurera, atrevida como pocas. De las mejores amigas que la vida te puede poner en el camino, que con decir ’¿hacemos ésto?’ ella ya empezaba a organizar todo.
Tuve el privilegio de que fuera mi mejor amiga. De todas las cosas vividas juntas, tanto de las buenas pero sobre todo las malas, con esas me quedo.
Y pondré todo lo que pueda de mí para continuar el hermoso proyecto de vida, el de cambiar este sistema social de miseria, por uno donde la vida merezca ser vivida.”
María B
“En estas horas el dolor es traicionero, te nubla la vista y la razón. Es por eso que intento despejar las lágrimas tratando de recordar a una Laura amable, siempre sonriente.
No fuimos amigas, pero sí camaradas, lo que no es menor. Una camarada es aquella persona con la que caminás juntas, transitás batallas por tus ideas. Y Laura es justo eso, una camarada con quien compartí codo a codo las ideas por cambiar el sistema. Con Laura compartimos equipo partidario por un corto tiempo, hasta que emprendí otro rumbo.
El último viernes estuvimos juntas, riéndonos de las tareas que la campaña electoral nos había puesto por delante. Organizar actividades en Los Hornos, su barrio, ese donde hace un tiempo milito. Nos reímos, hicimos bromas de las tareas por venir, evaluamos cómo las encarábamos, intercambiamos sobre qué, dónde y con quién las íbamos a llevar adelante.
Y también tuvimos un ratito para charlar sobre el viaje que iba a hacer... Y nos despedimos hasta el martes.
Prefiero recordarla así: alegre, llena de energía, en camino a alguna actividad.”
Ale T
“’Paso por eso y me voy’, dijiste. Pero como ya sabía, puse el agua para el mate. El encuentro duró dos horas. Fue el último entre nosotras. Otra vez me escuchaste y otra vez respondiste.
Hablamos de Rosa Luxemburgo... Si ella había podido tanto ¿por qué nosotras no? Otra vez nos encontramos como mujeres militantes, militantes de un mundo distinto.
Tu compromiso absoluto con la causa me cautivó y moralizó desde el primer día. Tu compañía me fortaleció y me permitió avanzar.
Esa tarde noche, como siempre, me ofreciste tanto de vos que duele. Después de un rato te quejaste del mate. ’¡Está frío, Juliaaa! Igual ya me voy’. Nos reímos mucho. Buen viaje, Lau, dije.
Llena de bronca por tan dolorosas muertes, respiro hondo, abrazo a las familias de Lau y Eze, a los amigos y camaradas, celebro la unión entre nosotros para combatir el dolor y seguir enfrentándonos con este sistema perverso, y arremeter con más fuerza que nunca.
Fede ¡de esta debés salir!
Julia
Lo que quiero recordar de Lau es indudablemente su alegría, su risa fácil. Ella
siempre estaba. Recurrí a ella muchísimas veces, por distintos motivos, y siempre
había un audio corto o largo para responder a todas mis dudas, interrogantes,
pensamientos.
Lau tenía dos cualidades, que las puede tener mucha gente, pero lo especial de ella era que tenía las dos juntas: una, su experiencia, todo lo que podíamos aprender de ella, pero al mismo tiempo esa capacidad de hacerte sentir tan cómoda y en confianza como para “aprovecharla”; y hablar de todo y preguntarle cualquier cosa.
Mer