Las grandes empresas del sector han lanzado un ataque contra los trabajadores. Luego de exprimir toda nuestra fuerza de trabajo en esas verdaderas “picadoras de carne”, nos quieren descartar como una cubierta gastada. Pero los trabajadores y el sindicato tenemos una tradición de lucha y llamamos a defender sus puestos y condiciones de trabajo. Hay que apoyar la lucha de Fate y todo el neumático.
Lunes 22 de julio 22:59
En los últimos meses las 3 grandes empresas del neumático han profundizado los ataques contra los trabajadores. Con el argumento de la recesión y las menores ventas, emprendieron una campaña de mentiras sobre su situación financiera, con despidos y la presentación de Procedimientos Preventivos de Crisis (PPC). Esto es una medida que impuso Cavallo con Menem en los 90 para que si una empresa tenía crisis pudiera despedir por la mitad de la indemnización, suspender masivamente e incluso cambiar partes del convenio colectivo de la rama. Una medida para que si hay crisis la paguemos los trabajadores. Pero en Fate y Bridgestone no hay ninguna crisis, por eso el PPC que Milei les convalidó es trucho. Los números que presentó FATE muestran que en los últimos 3 años ganaron unos 200 millones de dólares, lo que significa que por cada trabajador ganó unos ¡40 millones de pesos por año!
También han aprovechado la apertura de la importación de neumáticos para negociar nuevos beneficios con el Estado y decir que tienen que bajar los “costos laborales” cuando ya tienen un sistema de trabajo absolutamente neoliberal y el “costo salarial” solo alcanza un 4% del precio de una cubierta, como dice el SUTNA. Pero quieren más, piensan echar a más de 700 obreros de Bridgestone (que es la mayor empresa del mundo de neumáticos) y Fate.
Pero los trabajadores no somos una pieza más de las máquinas, no somos descartables como una cubierta vieja. No somos tampoco un “insumo” o “mercancía” más como nos tratan los empresarios, para “usarnos y descartarnos”. Somos los que producimos 6 millones de cubiertas por año que alimentan a otras industrias (automotriz, transporte, campo), los que con ese trabajo generamos toda esa riqueza que es apropiada por un puñado de millonarios, que se llevan fortunas a sus casas matrices o a sus mansiones en el país.
La billetera de Madanes no tiene crisis
Gracias a la explotación de miles de trabajadores en sus fábricas de neumáticos (FATE), metalúrgica (ALUAR) y otros negocios, Javier Madanes Quintanilla ha amasado una fortuna impresionante.
Hoy es uno de los 20 argentinos más ricos, según la revista Forbes, con un patrimonio de al menos 590 millones de dólares. La otra empresa de Madanes, Aluar, ha sido una de las grandes ganadores del primer trimestre de Milei. Su rentabilidad pasó del 5 % al 52,1%. Nunca había tenido esos márgenes de ganancia, solo en 2002 había llegado al 30%. Esos márgenes de ganancias extraordinarias tienen que ver, según un estudio del Instituto CIFRA, con la devaluación que le permitió mejorar su negocio mientras los trabajadores tienen los salarios casi congelados y millones pagan precios siderales por sus productos.
Madanes no hizo esa fortuna con esfuerzo e ideas. Lo heredó de su familia y además fue favorecido por todos los gobiernos, incluidos los militares. En 1971 el dictador Alejandro Lanusse le adjudicó el monopolio del aluminio a través de Aluar. Otra dictadura le haría un favor tan o más grande que ese: en 1982 Domingo Cavallo estatizaría la deuda privada de Fate y otras grandes empresas. 223 millones de dólares que seguimos pagando todos.
Hoy, otra vez, gana fortunas, miente con su situación económica y quiere el favor del gobierno libertario para descargar la crisis sobre los trabajadores, echando con despidos directos o “arreglos voluntarios” a cientos de trabajadores.
Los que hacemos funcionar la industria y siempre luchamos
Hoy la industria automotriz está bajando su producción por la recesión, pero sigue dependiendo del complejo que incluye a las plantas de Fate, Pirelli y Bridgestone.
Recordemos que los obreros del neumático tenemos una historia y tradición de lucha. Desde las huelgas de los 90 hasta la rebelión de 2007 y 2008 que permitió recuperar el cuerpo de delegados de FATE y luego la seccional, hasta recuperar el sindicato nacional que hoy es una referencia del sindicalismo combativo. Con sus distintas listas, desde la Negra que conduce el gremio a otras que tenemos una importante tradición de lucha, entre ellos la Granate de la que somos parte. En 2022 fuimos protagonistas de una de las huelgas más duras de los últimos años, que permitió conquistar un importante aumento aunque quedó pendiente el reclamo de las horas de los fines de semana.
Fate y el neumático son un conflicto testigo. Muestran la decisión de los grandes empresarios que amasaron fortunas en descartar a miles de trabajadores. Pero también que si la única clase productora, la que fabrica esos neumáticos que nutren a importantes sectores del capitalismo, como son la industria automotriz y el transporte nos organizamos, nos coordinamos con otros sectores y peleamos duro, podemos quebrar esa política de los empresarios y la derecha, así como mostrar un camino distinto a la entrega de la CGT.
Hay que apoyar con todo esta lucha. Hay que rechazar los despidos y una mayor flexibilización. Que las empresas muestren sus estados contables con todo lo que ganaron estos años. Contra los despidos y la desocupación en la industria en recesión: ¿no sería más lógico preservar el trabajo de quienes producimos todo y, si tienen menos trabajo, trabajar menos o dejar de trabajar los fines de semana como es nuestra bandera de lucha, que dejar compañeros en la desocupación y otros super flexibilizados?