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Red Internacional
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Profesores. Nuestra Clase: Vamos por reducir la jornada docente y conquistar una educación al servicio de los trabajadores y el pueblo

Mientras la educación sigue siendo un "ítem" de poco valor para el gobierno como para aumentar su financiamiento, pero un negocio generoso que les conviene conservar, la conducción del Colegio de Profesores viene fracasando en sus mesas diálogos sin conseguir las demandas más básicas ¿Qué necesitan los profesores para mejorar sus condiciones laborales y las del sistema educativo?

Álvaro Pérez Jorquera

Álvaro Pérez Jorquera Profesor de Historia y Geografía, historiador y músico

Sábado 15 de diciembre de 2018

Finalizando el presente 2018, conviene realizar algunos balances. Como pocas veces, el gobierno ha aumentado el presupuestos y los gastos en "seguridad" lo que se traducen en millones de pesos destinados sobre todo a Carabineros para nuevos equipos y vehículos con el fin de dar eficacia a la represión de demandas sociales, incluyendo aquellas que buscan mejorar la educación del país.

El plano educacional ha sido la eterna piedra en el zapato de los gobiernos posteriores al 2011, y objeto de numerosas reformas que al contrario de eliminar el negocio han apostado a perfeccionarlo para su conservación. Es el sentido de la "desmunicipalización" que no devuelve los establecimientos al Estado y continúa con la dependencia a los municipios con nuevos intermediarios, y de la rechazada Carrera Docente, que se traduce en mayor agobio y competencia para los docentes, coronado todo esto con Aula Segura, que fortalece el autoritarismo en la educación para re imponer el modelo.

Esta ha sido la linea que va desde los bingos de Varela, que demostraba así su absoluto desprecio por la educación pública, a las negativas de Cubillos, que ha rechazado en todas las ocasiones las demandas docentes.

¿Cual ha sido el rol del Colegio de Profesores?

Su actual dirección no sólo no logró ser referencia en materia educacional y principal opositor de las políticas mercantiles, sino que al revés, la conducción de Mario Aguilar y el Frente Amplio se ha convertido en uno de los mejores colaboradores de Piñera, por su pasividad e inmovilismo, dándole el respiro suficiente para que pueda impulsar sus políticas sin mayores cuestionamientos. Desde el fracaso del "diálogo", que buscaba quizás convencer a los empresarios de la educación que renunciaran a ganar millones a costa de la explotación de sus trabajadores y el saqueo al Estado, hasta la directriz de realizar amenazas que nunca se cumplen, como pasó con el paro indefinido que finalmente nunca comenzó y fue postergado al año siguiente.

La conducción frenteamplista no sólo nos ha legado el bienio más inmovilizado de los últimos años, sino que su rol ha sido absolutamente criminal y estéril ante las luchas docentes, separando al Colegio de Profesores de los demás trabajadores (como ha ocurrido ante movilizaciones convocadas desde la CUT o la mesa del sector público) sino que además conduciendo luchas a la completa derrota, como pasó con el problema nacional de las deudas salariales que Aguilar relegó a movilizaciones locales separadas entre sí, dándole un respiro a Piñera, o grandes movilizaciones como el paro nacional de 48 horas que dividió Santiago del resto de las regiones, aminorando su impacto que no molestó al gobierno. Mientras continuaba buscando negociaciones como si los profesores fueran un rebaño de ovejas que se puedan utilizar para presionar al gobierno.

Todo esto bajo una apariencia democrática de "consultas" a las bases, que disfrazaba las nulas intenciones de movilizar y mientras se desarrollaba en las alturas una pelea de caudillos en la que el Partido Comunista tuvo también su parte de responsabilidad al no convocar a las movilizaciones organizadas por la dirección nacional, debilitando aún más al movimiento docente al dividirlo con rencillas mezquinas.

Aún así, esto ha tenido su contrapunto. En regiones despuntan ejemplos concretos que muestran el camino a seguir, que pese a las órdenes de Aguilar de paralizar tan solo un día realizaron un paro efectivo de 48 horas, hecho que ocurrió en comunas del norte y el sur del país, así como la exitosa lucha que se libró en el comunal de Antofagasta, dirigido por Patricia Romo, militante de Nuestra Clase, en donde gracias a una amplia y decidida movilización se logró revertir el despido de los delegados gremiales obligando a la corporación municipal a retroceder en sus prácticas antisindicales y reincorporar a todos los despedidos a tal punto que finalizando este 2018 no hay más despidos ni reubicaciones en Antofagasta. Una prueba más que sólo con una lucha resuelta se pueden lograr nuestros derechos más básicos.

Por el reparto de las horas docentes: Pongamos fin a la inestabilidad laboral

EL 50/50 es una de las demandas más sentidas de los profesores, que además se conecta con una demanda histórica del movimiento obrero la cual es la reducción de la jornada laboral.

En concreto hoy es un debate inicial, pero que se debe profundizar mucho más pues no es posible que los trabajadores tengamos que dejar nuestra vida para que un empresario siga ganando millones. En el caso de los profesores mucho peor, por cuanto además se debe realizar una doble jornada en casa para preparar clases y pruebas, en horas que no las paga nadie.

Es necesario reducir la jornada laboral a 30 horas de trabajo, sin rebaja de salario, en un equilibrio de horas lectivas y no lectivas que permita terminar con el trabajo no remunerado en casa. Al mismo tiempo, reducir la jornada permite la contratación de más profesores, que deberán pasar a titularidad para así eliminar el ciclo de despidos que año a año afectan a los profesores y transforman la docencia en fuente de agobio e inestabilidad. Mejores condiciones laborales y más profesores por establecimiento son las bases para cambiar el carácter del actual sistema educativo, clasista, autoritario y patriarcal, que hoy solo está al servicio de los intereses empresariales.

Para que esto suceda, se debe tocar las ganancias de los empresarios. Porque no basta con luchar en los marcos del magisterio, es necesario tomar el ejemplo de las chaquetas amarillas en Francia, unir nuestras demandas con otros sectores como las trabajadoras de la educación, estudiantes universitarios y secundarios. Pues mejorar nuestras condiciones de vida y laborales exige cuestionar las bases que sostienen esa explotación, pues la educación de mercado es una expresión más del mismo capitalismo que genera la desigualdad social, y de la misma manera, se debe transformar completamente al sistema educativo por uno completamente democrático y no sexista, para ponerlo al servicio de los trabajadores, estudiantes, mujeres y el pueblo mapuche.

Una corriente de trabajadores de la educación que pelee por el reparto de las horas y por poner el sistema educativo al servicio de los trabajadores y el pueblo de Chile

Todo esto no se logra solo. Por esta razón te invitamos a impulsar estas ideas y levantar una corriente organizada de profesoras, profesores y trabajadores de la educación que pelee por estos objetivos, que se plantee dar una lucha decidida, como lo hacen los colegas de Antofagasta, marchando en unidad con trabajadores, mineros y fabriles, con comisiones de mujeres y estudiantes, para lograr no sólo el 50/50 efectivo, la reducción de la jornada laboral sin rebaja de sueldo y el reparto de las horas para que todos tengan derecho al trabajo, sino que también se propongan la construcción de una educación profundamente diferente a la actual: democrática, crítica, no sexista, intercultural, contínua y al servicio de los trabajadores y el pueblo, en la perspectiva de levantar un partido de trabajadores revolucionarios para terminar con toda explotación desde la raíz.