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Red Internacional
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JUVENTUD. Nuestra generación cada vez más pobre y triste: ¡No queremos conformarnos, queremos rebelarnos!

Nos merecemos mucho más que sistema de mierda. Es nuestra responsabilidad y única salida convertir la depresión en rabia y organizarnos en nuestros centros de estudio y trabajo, formándonos en estrategia socialista y construyendo una juventud revolucionaria que de la mano de la clase trabajadora ponga el mundo en pausa y lo cambie por completo. ¡Organicémonos contra este sistema putrefacto que nos roba el tiempo, la salud mental, el futuro y nuestro derecho a vivir libres, felices y como nos dé la gana!

Lunes 2 de enero de 2023

Muchos jóvenes nos preguntamos por qué nuestros padres tuvieron como norma a los 24 años ya tener trabajo estable, estabilidad económica, casa e hijos mientras en muchos casos la juventud de clase obrera hoy a esta edad seguimos en su casa, sin poder independizarnos, tras echar mil currículums, esperando a que nos llamen para trabajar en un curro precario y temporal o compartiendo un micropiso con otros tres compañeros de clase en nuestra misma situación. Y es que solamente 3 de cada 10 jóvenes vive por su cuenta a los 30 años. Esto no es casualidad ni una falta de esfuerzo como Ayuso nos quiere hacer pensar para proteger y mantener los intereses de su clase, es un problema sistemático que condena a toda la juventud trabajadora a normalizar y a vivir la precariedad, la explotación y la miseria.

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Recientemente Oxfam Intermón y el Consejo de Juventud de España publicaron un documento que evidencia el desamparo al que se nos condena a los jóvenes menores de 30 años en el Estado Español, siendo nosotros los que más sufrimos el impacto de las crisis y los que peor se recuperan de ellas. Somos dos generaciones (las nacidas entre los 90 y a partir del 2000) criadas a las puertas de varias crisis, demonizadas durante la pandemia, acusadas de ser las que perpetuábamos el virus, que hemos vivido una guerra en Europa, que hemos visto muertos en el mediterráneo y que hemos sido arrojadas a un mercado laboral con poco o nada que ofrecernos en la actual situación con precios en alza e inflación desmedida.

Lejos de encaminarnos al futuro prometedor lleno de posibilidades que siempre se nos ha prometido a cambio de producción para la burguesía, este análisis nos da unos datos muy diferentes y poco prometedores de cómo este sistema nos condena a una vida con terribles condiciones: 1 de cada 3 jóvenes de entre 16 y 29 años se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social. La tasa de paro entre la juventud es más del doble que la media y además ocupamos los peores trabajos, los más precarios, más de la mitad tenemos contratos temporales que nos impiden mantener algún tipo de seguridad económica. Y, cómo no, somos siempre los jóvenes los principales afectados por las crisis económicas, sufriendo el 60% de los despidos durante la pandemia y el mayor crecimiento en desempleo tras la gran recesión de 2008.

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Dadas las circunstancias no es de extrañar que los problemas de salud mental estén tan extendidos y tan a la orden del día entre los jóvenes. Y es que la imposibilidad de llevar una vida digna, crecer personalmente o simplemente tener dónde vivir (con la incertidumbre añadida de si seremos capaces de mantenernos dentro de 10 años o el futuro de nuestro único planeta habitable) es frustrante, deprimente y nos hace sentir que nada de lo que hemos hecho es suficiente.

Pero es suficiente, de hecho, es excesivo y cruel que, con cuadros de ansiedad y depresión, sin poder levantarnos de la cama, tengamos que pasar horas absorbiendo y vomitando información que no nos interesa dedicadas a un sistema educativo enfocado a la producción capitalista porque de lo contrario (de tomarnos un descanso o permitirnos estar tristes) nos quedaremos por detrás y habrá consecuencias aún más duras como no aprobar el curso, o perder el trabajo que nos da de comer.

El capitalismo, un sistema para el sufrimiento psíquico

¿Qué clase de realidad nos ofrece a los jóvenes este sistema capitalista? Es la nuestra, viviendo con el miedo constante de hundirnos en la extrema pobreza porque no hay trabajo, porque si queremos ir a la universidad, que cada vez es más cara y menos accesible, tenemos que trabajar a la vez para poder permitirnos pagar la matrícula o llegar (a duras penas) a fin de mes. Es una realidad que lleva a que la segunda causa de muerte no natural en el Estado Español entre los jóvenes sea el suicidio, lleva a que las personas pierdan toda esperanza en la vida, nos lleva a límites inhumanos que matan a 11 personas al día.

La clase burguesa nos ha hecho creer que obedeciendo con la cabeza gacha y siguiendo el camino marcado para ser máquinas de trabajo para el capital podríamos aspirar a una vida digna, y no es así. Nos han hecho sentir culpables de nuestra situación por simplemente querer disfrutar de tiempo de ocio y descanso, tampoco es así. Nuestro cansancio no es pasotismo ni vagancia, es una consecuencia directa de este sistema cruel y absurdo que nos roba la vida y las ganas de vivirla.

Recuperar nuestro tiempo: una pelea contra el capitalismo

Pero no todo es miseria y desasosiego para una juventud cada vez más consciente y caldeada contra el puñado de capitalistas que nos explota y que utiliza las opresiones para separarnos.

Nos quieren conformistas, obedientes y alienados, pero nos negamos a seguir siendo explotados a costa de sus intereses; La clase trabajadora y los jóvenes somos quienes movemos el mundo, los que producimos todo, quienes podemos pararlo todo y los que debemos llenar las calles para acabar con la irracionalidad de este sistema criminal. Nos han intentado meter en la cabeza que "así es como funcionan las cosas", que no hay salida a esta situación y que no existe una alternativa al capitalismo, pero sí existe y la clase obrera tiene el poder de hacerla realidad.

Nos merecemos mucho más que este sistema de mierda. Es nuestra responsabilidad y única salida convertir la depresión en rabia y organizarnos en nuestros centros de estudio y trabajo, formándonos en estrategia socialista y construyendo una juventud revolucionaria que de la mano de la clase trabajadora ponga el mundo en pausa y lo cambie por completo.

El capitalismo nos quiere reventar, vamos a plantarle cara: organízate

¡Organicémonos contra este sistema putrefacto que nos roba el tiempo, la salud mental, el futuro y nuestro derecho a vivir libres, felices y como nos dé la gana!