El pasado jueves 17 de diciembre, tras su aprobación en la Cámara de Senadores, fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el decreto de creación de la Secretaría de Cultura, la cual formará parte del Gobierno Federal.
Sábado 19 de diciembre de 2015
Enrique Peña Nieto impulsó esta iniciativa desde su tercer informe de gobierno en septiembre pasado y fue aprobada el pasado martes por el Senado.
Con este decreto, la Comisión Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) pasará a ser la Secretaria de Cultura. El titular de esta Secretaria será parte del gobierno federal y será elegido dentro del gabinete presidencial.
Dicha Secretaria tendrá las facultades de nombrar a cada uno de los titulares del Instituto de Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Además el titular de la Secretaria de Cultura tendrá la facultad de tomar decisiones con respecto a estas instituciones.
También, las instituciones de arte y cultura trabajarán bajo esta secretaría y se desvinculará de la Secretaría de Educación Pública (SEP) aunque seguirán participando de manera conjunta para las elaboraciones de ciertos programas de educación artística y cultural de carácter público.
Trabajadores de diferentes sindicatos de la cultura, han manifestado su rechazo a esta Secretaría, pues no estará realmente vinculada con las instituciones capacitadas para darle respuesta al problema de la falta de acceso a la cultura y que sólo atiende la política del Gobierno Federal, que va encaminado a privatizar este sector y disminuir el presupuesto federal invertido en él.
Y es que, aunque esta secretaría apele a una “mejor administración” para que cada vez “más personas” tengan acceso a la cultura, es contradictorio que el gobierno federal golpeé a este sector con la disminución del presupuesto, la represión a manifestaciones artísticas y la elitización del arte y la cultura.
Los planes del régimen político siguen en contra de la juventud y los trabajadores
Como antecedentes de ataques al sector cultural tenemos los muchos recortes al presupuesto, el cual, a pesar de ser un presupuesto muy bajo se tiene que repartir entre las diferentes instituciones públicas artísticas y culturales.
La Secretaria de Hacienda aprobó el presupuesto para la cultura para 2016, que es de 5 mil 343 millones de pesos, 30 por ciento menos del presupuesto aprobado para 2015. Este presupuesto siempre se ha visto reflejado con los bajos salarios de los trabajadores del arte y la cultura, la subcontratación de los mismos, la retención de sus pagos, así como recortes de personal.
También se ve reflejado en el poco acceso a estos espacios, por falta de cupo e infraestructura o, en los recursos escasos para poder hacer investigaciones en este ámbito. Mientras la creación de la Secretaría de Cultura no traerá consigo un aumento al presupuesto general a la cultura en México, Peña Nieto y los partidos patronales aprueban cada año el aumento del presupuesto para seguir con la supuesta guerra contra el narcotráfico e inmensos salarios y aguinaldos para la casta política.
A través de esta guerra de las drogas, vista como un problema de seguridad nacional y no como un problema de salud, militarizó todo el país como parte de la política criminalizadora mandatada por Estados Unidos. Por si fuera poco, en ya más de siete años de “guerra” los únicos que han sido desplazados, perseguidos, desaparecidos y asesinados, son las y los jóvenes, las y los trabajadores, y las mujeres en general.
También vemos que este régimen se sigue enriqueciendo a costa del pueblo trabajador, pues mientras los funcionarios siguen atacando las conquistas de los trabajadores y la juventud, aplicando políticas de ajuste, vemos como se mantienen con sueldos millonarios.
La juventud, los trabajadores el arte y la cultura
En un clima de reformas estructurales aprobadas y aplicadas por los partidos patronales y el régimen mexicano, de golpes a los trabajadores, al magisterio con la reforma educativa y la evaluación punitiva, esta secretaría es otro golpe, no solo para los trabajadores del arte y la cultura, sino para la juventud y el pueblo trabajador que no tiene acceso a estos espacios.
Sabemos que este régimen lo único que quiere es avanzar en la privatización de estos espacios culturales y que cada vez menos tengan acceso a ellos. Por ello ha empezado con grandes golpes a este sector, encaminados hacia su abandono, con bajos presupuestos y con falta de infraestructura.
El acceso al arte y la cultura para todos, así como las condiciones necesarias para su ejercicio, no vendrá por parte de este régimen. Solo los trabajadores del arte y la cultura, en unidad con los trabajadores de otros sectores, como el educativo, y junto a la juventud, podrán garantizar que el arte y la cultura estén al servicio del pueblo pobre y trabajador, forzando con la movilización y los métodos propios de lucha a aumentar el presupuesto a costa de dejar de pagar la deuda externa y aumentar progresivamente los impuestos a las grandes fortunas de los empresarios que cada vez exigen mayor explotación y miseria.