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Red Internacional
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Educación. Nueva concentración: las Escuelas Infantiles contra los planes neoliberales de Ayuso

El pasado 11 de diciembre los colectivos en lucha por la educación infantil salieron a la calle en una exitosa concentración en Plaza de España de Madrid contra los cierres de nueve escuelas y los planes de Ayuso de favorecer a las privadas.

Lunes 13 de diciembre de 2021

El pasado sábado, 11 de diciembre, distintos colectivos y organizaciones (FAPA, Junta de Portavoces, CCOO y UGT entre otros) llamaron a una convocatoria contra el cierre de nueve escuelas infantiles en la Comunidad de Madrid y contra los planes de su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, de arremeter de nuevo contra la educación en pos de la concertada-privada.

Como nos explica María, secretaria de Junta de Portavoces, a mediados de noviembre, la Comunidad de Madrid informó de su intención de traspasar alumnos del segundo ciclo de infantil directamente a colegios con el objetivo, según ellos, de ampliar las plazas de 0 a 3 años. Esta etapa tiene una larga lista de espera y forzaba a muchos padres a derivar a sus hijos a concertados o, en el peor de los casos, a no escolarizar a los niños. Conviene recordar que el escaso porcentaje de escolarización reglada en esa franja de edad (36% como media nacional). De igual modo, conviene destacar que casi la mitad de las escuelas infantiles en Madrid son concertadas o privadas, por no hablar de todos los servicios externalizados que sangran al Estado de manera indirecta (como los servicios de comedor en manos de empresas).

Es en este contexto que las familias más humildes se ven impedidas para escolarizar a sus hijos. Ante la falta de plazas, su destino es la privada, la cual impone tasas abusivas que no pueden permitirse las familias o, en el mejor de los casos, son financiadas indirectamente por cheques de ayuda para escolarizarlos. En cualquier caso, el planteamiento es forzar cada vez más a la educación infantil en manos de empresas.

La hoja de ruta de la Comunidad de Madrid es una voluntaria campaña para acabar con la escuela pública. Si no, no se explica que el Gobierno madrileño renunciara a las ayudas de Bruselas para ampliar considerablemente las plazas de 0 a 3 años para acabar con la lista de espera. Sin embargo, Ayuso rápidamente se percató de que eso cerraría el grifo de alumnos que se ven forzados a recurrir a la escuela privada, algo que, bajo otras excusas, no estaba dispuesta a tolerar. Esta oposición cedió cuando el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos cedió a que las Comunidades Autónomas fueran libres de decidir el modo en que invertían ese dinero siempre que fuera destinado a la creación de esas plazas.

La baza de Ayuso, tal y como nos señalaba María, es la gran cantidad de centros gestionados de forma indirecta (concertados o privados con algún tipo de subvención) y que las ayudas bien podían ir reconducidas a crear plazas en este tipo de centros ya que, en cierto modo, están financiados por la Comunidad de Madrid. De hecho, esto se evidencia en el hecho de que la Comunidad de Madrid pretende abrir plazas sin abrir centros. ¿Cómo se pueden ampliar hasta 5000 plazas (según han dicho) si no se abren centros? Obviamente abriendo en los privados y desviando a alumnos de 3-6 años como se excusa Ayuso para cerrar las escuelas infatiles.

María ha comentado que la idea de la ampliación de plazas derivando el segundo ciclo a colegios es un despropósito. En el mejor de los casos, apenas consigue ampliar 200 plazas, lo cual es ridículo dada la cola de espera (más de 30.000 solicitudes sin plaza). Evidentemente, si el objetivo era crear más plazas en infantil, el camino era más contratación de educadores infantiles y una considerable inyección de dinero público (la mayoría desviado por los conciertos) para abrir esas plazas. Por otro lado, ella apunta al impacto pedagógico que tiene esta medida para los niños. Los colegios no están adaptados para recibir todo un ciclo de infantil. Las instalaciones no son adecuadas y supondría un coste de financiación mayor adaptarlos para estas necesidades que, simplemente, invertir en abrir plazas en infantil.

No obstante, omitiendo este nuevo ataque, María nos señalaba que hace más de 25 años que la Comunidad de Madrid no abre una escuela pública de gestión directa (totalmente controlada por el Estado). De igual modo, hay que considerar todos los servicios externalizados que no sólo cubren tal o cual servicio, sino que intervienen directamente en el cuidado de los niños. Por ejemplo, las empresas de catering no sólo surten de comida a los comedores, sino que los mismos trabajadores cuidan a los niños cuando estos están en la hora de la comida. Servicios como este han ido mermando la intervención pública en la educación infantil, provocando cada vez más una gestión indirecta de los centros.

Con este nuevo plan, Ayuso cerraba nueve escuelas infantiles para «reestructurar» las plazas. María ha señalado el comportamiento casi mafioso de la Consejería, que citó a la dirección de esas escuelas (sin más información ni orden del día) para informarles de tal decisión y lanzando amenazas veladas (en paráfrasis: «a ver qué vais a contar a las familias…»).

Respecto al plan de lucha por la escuela infantil, María señala que se han puesto en contacto con Más Madrid y el PSOE, quienes apenas tienen capacidad de movimiento dada la composición de la Asamblea. Lo más, apunta ella, conseguirán abrir una comisión para febrero, por lo que la vía parlamentaria es limitada. No obstante, conviene recordar que fue el PSOE de González quien abrió la posibilidad de externalización de servicios y de conciertos con las escuelas privadas, lo cual hace pensar que el bloqueo institucional no se debe sólo a la falta de escaños, sino también al olvido de la escuela infantil en los programas de la izquierda constitucional (madrileña o no).

Ante nuestra pregunta de si estaban dispuestos a llevar a cabo acciones por abajo que pudieran superar estos límites, María nos señalaba que estaban proponiéndose y discutiendo distintas opciones en la Mesa de Agentes Sociales que encabezan la movilización. Aunque descartan la huelga ante la posibilidad de que sólo se movilizaran las escuelas 0-6, apuntan a hacer un encierro y, por supuesto, seguir concentrándose. Esta decisión es consecuencia de la disgregación del sector educativo. María hacía hincapié en que la Educación Infantil no ha sido considerada por trabajadores de la primaria y la secundaria.

Esta situación, lejos de ser simplemente una decisión subjetiva, es un obstáculo recíproco. Sin duda, la lucha en el sector educativo sólo puede darse ante la conciliación y organización de la totalidad del sector educativo. Sólo así los múltiples ataques lanzados a infantil, primaria y secundaria bajo la nueva ley educativa del PSOE, la Ley Maestra de Ayuso, etc. podrán tener una respuesta superadora y efectiva, que se dé tanto en el ámbito laboral como pedagógico.