El rey emérito, Juan Carlos I, jubilado en una villa de lujo en Abu Dabi y en total impunidad, ahora está montando una fundación para centralizar su dinero repartido por el extranjero.
Lucía Nistal @Lucia_Nistal
Martes 10 de septiembre
La última de la familia real: el emérito, jubilado en una villa de lujo en Abu Dabi y totalmente impune ahora está montando una fundación para centralizar su dinero repartido por el extranjero.
La última de la familia real, el emérito haciendo una fundación en Abu Dhabi para evadir impuestos en la herencia de todo el dinero robado y su heredero haciendo como que no va con él. Tenemos que acabar con esta institución que sostiene este régimen para ricos. pic.twitter.com/Yz6W8QPNzJ
— Lucía Nistal (@Lucia_Nistal) September 10, 2024
Claro, tantos años robando, llevándose comisiones millonarias como los presuntos 80 milloncillos por la obra del Ave a la Meca, traficando con armas y ahorrando mucho por sus buenas gestiones al servicio del imperialismo español, mientras tenía todo pagado con dinero público… que ahora tiene que organizarlo. Pero, además, parece ser que con este movimiento quiere asegurar que sus hijas, las infantas Elena y Cristina puedan heredar la pasta y sin pagar impuestos. Porque la legislación de la teocracia autoritaria que gobierna los Emiratos es bastante laxa con estos temas.
Claro, le debe preocupar que las infantas tengan un medio de subsistencia, que se ve que los 300.000 mil euros que se lleva al año Elena solo d
Fundación Mapfre y los 400.000 que se lleva Cristina de la Fundación Aga Khan, le parecen poca cosa.
Parece que el rey Felipe VI no participa en esta fundación, sigue con el relato de que renunció a su herencia después de que se descubriera el pastel de que era beneficiario de una sociedad offshore creada por su padre vinculada a una “donación” de 65 millones de euros de Arabia Saudí. También está el pago con dinero más que dudoso de su luna de miel. Y lo que no sabremos… Eso sí, renunció a la herencia, pero solo un poquito, porque el cargo sí que lo heredó, igual que su padre lo tomó de las manos de Franco él lo tomó de las de su padre. Un momento en el que muchas cuestionábamos a la monarquía y veíamos una oportunidad para exigir nuestro derecho a decidir. Pero que los puntales de este régimen se encargaron de sostener. No solo el PP y el PSOE, también los supuestos republicanos de Podemos e IU, republicanos solo los días de fiesta, que prefirieron aplaudir a su majestad en el congreso y regalarle los DVDs de juegos de tronos.
Las corruptelas del emérito no son un caso excepcional, no es una manzana podrida, por podrida que esté. El problema es la institución monárquica impuesta por Franco. Una institución al servicio del régimen españolista, dedicada a patrocinar las empresas imperialistas españolas por el mundo y hacer tratos con los gobiernos más antidemocráticos y autoritarios que se cruza, y que perpetúa la negación del derecho a decidir sobre la forma de estado, sobre la relación entre los pueblos y todo lo demás.
Tenemos que acabar con esta institución que tiene lo peor de lo medieval y de lo neoliberal y que es tan querida por la derecha más rancia. Pero también es una columna fundamental de todo este régimen para ricos que se asegura de que la clase trabajadora y los pueblos no puedan decidir sobre su destino, mientras las grandes fortunas deciden todos los días. Hay que expropiar a estos expropiadores. Por eso cuando cuestionamos a la corona cuestionamos todo su régimen y cuando decimos que queremos decidir, queremos decidirlo todo.
Lucía Nistal
Madrileña, nacida en 1989. Teórica literaria y comparatista, profesora en la Universidad Autónoma de Madrid. Milita en Pan y Rosas y en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT).