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Red Internacional
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16 de febrero. Nueva jornada de protesta contra la reforma jubilatoria en Francia

La calle sigue hablando en Francia. Al menos dos veces por semana distintos sectores de trabajadores y estudiantes salen a protestar con huelgas o manifestaciones contra el aumento de la edad jubilatoria propuesto por la reforma de Macron. ¿Hacia una huelga por tiempo indeterminado en marzo?

Jueves 16 de febrero de 2023 10:51

Este jueves las calles de las principales ciudades de Francia vuelven a ser escenario de protestas contra la reforma jubilatoria impulsada por el Gobierno de Macron que incluye el aumento de la edad para acceder al beneficio previsional.

Desde hace semanas los franceses realizan hasta dos movilizaciones o huelgas por semana de trabajadores y estudiantes motorizadas por distintos sectores y sindicatos. Sin embargo, hasta ahora no ha habido una coordinación que permita convocar a una huelga general por tiempo indeterminado que pueda derrotar la reforma del Gobierno. Las direcciones sindicales reformistas como la CFDT, hablan de la lucha pero coquetea con la negociación y la presión sobre los diputados. Otros sectores no quieren lanzar una huelga de estas características por temor a quedar aislados. Pero ahora la fecha del 7 de marzo suena como una posible jornada de inicio de una huelga coordinada que podría cambiar la relación de fuerzas con el Gobierno.

El paro de hoy se siente con movilizaciones en todo el país, incluidos muchos pueblos pequeños, trae mayores consecuencias en el transporte aéreo, con un 30 % de vuelos cancelados en el aeropuerto parisino de Orly (un 20 % en las protestas anteriores).

Además, se ha cancelado la quinta parte de los vuelos en los aeropuertos de Toulouse, Marsella, Lyon, Montpellier y Nantes.

Las imágenes de Rennes muestran que diversos sectores se están movilizando en la jornada de este jueves. En Brest se han movilizado unas 8000 personas.

A diferencia de otras luchas anteriores la actual "batalla de las pensiones" llega a todos los rincones de Francia y moviliza a pueblos enteros.

En el caso de Moutiers, un pueblo de solo 3.000 habitantes, este jueves se movilizaron al menos 1.000 personas, es decir un tercio de la población total, al pie de las estaciones de esquí del valle de Tarentaise en Saboya.

En París se realizó un fuerte operativo policial desde temprano y las fuerzas represivas rodearon la sede universitaria de Tolbiac con el objetivo de evacuar a los estudiantes que se encuentran ocupando el campus desde ayer, tras la votación en una asamblea general que reunió a 350 personas. El objetivo del Gobierno con esta acción es amedrentar a los manifestantes persiguendo a la juventud.

Para mostrar la profundidad del movimiento y la extensión nacional algunos dirigentes de los principales sindicatos fueron a participar a movilizaciones de pueblos como el caso de Albi.

En Marsella, varios miles de personas se manifiestan este jueves. Allí tiene gran presencia la columna de los trabajadores de la CGT Energía, que han venido realizando las operaciones conocidas con el nombre de "Robin Hood", reconectando a usuarios de bajos recursos que no pueden pagar la factura de luz.

Muchos jóvenes se manifiestan en Montpellier esta tarde. La marcha reunió a estudiantes de secundaria, terciarios y Bellas Artes entre otros.

En Calais, unos 3.000 manifestantes marcharon contra la reforma de las pensiones. Trabajadores ferroviarios, estibadores, especialistas en energía, maestros, cuidadores e incluso trabajadores de fábricas locales respondieron a la convocatoria.

En Toulouse, decenas de miles de personas respondieron a la convocatoria. Para este quinto día de movilización contra la reforma de pensiones, numerosos sectores desfilan desde Saint Cyprien

La masividad y extensión de las movilizaciones puso en el centro el debate cómo endurecer el movimiento para ganarle a la inflexibilidad de Macron.

Esta presión desde abajo parece haber llegado hasta los dirigentes sindicales que en una conferencia de prensa tuvieron que amenazar desde la Intersindical (que agrupa a los principales sindicatos) con una "paralización de Francia en todos los sectores el 7 de marzo" si el gobierno y los parlamentarios se negaban a escuchar la "protesta popular". Esto fue un cambio de tono importante en relación a lo que venían diciendo algunos dirigentes sindicales como Laurent Berger de la reformista CFDT que había anunciado días antes que "no creemos que el bloqueo sea la solución".

Pero este anuncio hacia el 7 de marzo aún está lejos de significar una huelga general por tiempo indeterminado. De hecho así lo aclaró Berger al señalar "no estamos en la lógica de la huelga renovable [indeterminada] (…) no es un llamado a la huelga general". Por su parte, Philippe Martínez de la CGT dijo que "la cuestión de la renovación [de la huelga] no se decide a nivel de las confederaciones sindicales, sino en las empresas y los servicios".

Así, mientras endurece el tono, la Intersindical aún mantiene una estrategia de acciones aisladas, negándose a avanzar hacia un bloqueo efectivo de la economía, con la paralización general de todos los sectores y por tiempo indeterminado, hasta el retiro de la reforma previsional.

Sin embargo, algunos sectores ya están llamando a acciones de este tipo, como la CGT Cheminots y SUD Rail (ferroviarios), la intersindical RATP (transporte urbano) y Solidaires, a los que muy pronto podrían sumarse las refinerías de petróleo.

Pero para que la huelga por tiempo indeterminado efectivamente logre implicar a todos los sectores y evitar que solo algunos la lleven adelante quedando aislados, es necesario un programa que tome todas las demandas de los diferentes sectores, vinculando la lucha por las pensiones a otras como el problema de los salarios, las demandas de acabar con las condiciones de trabajo precarias, la destrucción de los servicios públicos o incluso la desocupación y la tercerización. De hecho, ya muchos manifestantes empiezan a decir cada vez más que su bronca va más allá del tema de las pensiones.

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