Andres Chadwick, exministro de Sebastian Piñera y ex presidente del directorio de la Universidad San Sebastián, volvió a ser cuestionado, ahora por conversaciones con el ex fiscal regional Manuel Guerra y Luis Hermosilla, para dar una salida rápida a los casos de financiamiento irregular de la política.
Domingo 6 de octubre
La reciente reacción de Chadwick llega en un momento delicado dentro del “caso Hermosilla”, luego de que el medio The Clinic diera a conocer nuevas conversaciones que muestran una posible coordinación entre el exministro del Interior, el exfiscal Guerra y el abogado Hermosilla para agilizar la investigación del caso Penta, vinculado al financiamiento ilegal de la política. Estas filtraciones no solo apuntan a maniobras para proteger a los involucrados en el caso, sino que también muestra cómo opera el sistema de justicia, lo que agrava la crisis institucional del país. Estas revelaciones parecen ser solo la punta del iceberg, ya que todo indica que seguirá saliendo más información a la luz sobre cómo opera el poder político en connivencia con los grandes poderes del estado y los grandes empresarios, lo cual profundiza la desconfianza que ya existe sobre estas instituciones.
En una conversación fechada el 29 de diciembre de 2017 sugiere que Chadwick estaba negociando con el exfiscal Guerra una salida alternativa para el senador Iván Moreira de la UDI, con la participación activa de Hermosilla. Este tipo de acciones evidencia cómo las instituciones del país, lejos de actuar con neutralidad y objetividad, como se hace creer, están comprometidas con intereses políticos, pero sobre todo económicos.
A todo lo recién revelado, Chadwick lo salió a desmentir de inmediato a través de una declaración, pero el caso audios y el cargo directivo dentro de la Universidad San Sebastián, muestran los parámetros que tiene la derecha para hacer política. Cabe mencionar que la UDI y RN son los partidos que lideran los casos de corrupción en Chile.
¿Hasta dónde se puede seguir profundizando la crisis?
La crisis del sistema de justicia, abierta en profundidad con el caso Hermosilla, es el mejor reflejo de la bancarrota de un régimen y sus instituciones. Todo esto alimenta un escenario de mayor inestabilidad.
Al mismo tiempo, la profundidad de la crisis orgánica que se demostró durante la rebelión del 2019 donde el proyecto de modelo económico neoliberal impulsado por los Chicago Boys entro en crisis, mostraba las grietas que nunca pudo terminar de resolver este sistema.
Esta crisis abre la oportunidad de dar una consecuente lucha política contra el régimen y sus partidos, buscando tener una salida de las y los trabajadores, a través de la movilización y autoorganización, y ponerle fin al Chile de las 10 familias super ricas.