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Red Internacional
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Pan y Rosas. 8M en Arica ¿Cuáles son los desafíos que se vienen para el movimiento de mujeres y disidencias sexogenéricas?

Se llevó adelante una nueva marcha del 8 de marzo, por el día internacional de la mujer, donde asistieron cerca de 1000 personas. Dentro de las consignas que se podían visualizar, estaban presentes la pelea por acabar con la violencia a la mujer, la solidaridad con el pueblo peruano, la denuncia al fraude constitucional. Al mismo tiempo, es importante ver qué preguntas nos abre este momento del movimiento de mujeres y disidencias sexogénericas, en un escenario donde el gobierno busca seguir cooptando sus demandas

Domingo 12 de marzo de 2023

Este 8 de marzo, día internacional de la mujer, tiene una particularidad especial. Se da en el marco del primer año de Gabriel Boric como presidente, un gobierno que se autodenomina feminista, pero que junto con la ex Concertacion ha mantenido la misma politica represiva que la derecha, militarizando las fronteras y el Wallmapu, donde las más golpeadas son las mujeres migrantes y mapuche. Al mismo tiempo, aplican recortes al sistema de salud y de educación, siendo las más golpeadas las trabajadoras que componen en gran parte estos sectores.

Los acuerdos que han llegado con la derecha, por ejemplo, para llevar adelante el fraudulento proceso constitucional, expresan cómo rápidamente pasaron de un discurso “progresista” a acomodarse a la política que impulsaron los partidos tradicionales por 30 años. El acuerdo por Chile, firmado desde la derecha hasta el PC, se firma en base a mantener los pilares del Chile neoliberal que sostiene la constitución de la dictadura.

¿Cómo se desarrolló este nuevo 8M en Arica?

En lo local, esto ha venido marcado principalmente por la implementación de la Ley de Infraestructura Crítica, que ha implicado la militarización de las fronteras para impedir el paso e ingreso de las y los migrantes al país, quienes precisamente viajan buscando mejores condiciones de vida, como consecuencia del saqueo que generan los grandes empresarios en sus países de origen.

Y donde al mismo tiempo, ponen al “resguardo” de las fronteras a una de las instituciones más deslegitimadas en el último tiempo, que bajo la excusa de “combatir el crimen organizado”, se hacen parte de redes de tráfico y más específicamente también, mujeres, niñas/os y disidencias sexuales, son expuestas a lamentables miserias como redes de explotación sexual, entre otras.

Esto no es al azar, es parte de la política represiva y criminalizadora del gobierno, es por eso que para el espacio como la coordinadora dirigida por los partidos y organizaciones del gobierno, nunca fue una urgencia ni estuvo dentro de sus planes salir a denunciar estos hechos, expresando una profunda complicidad criminal con la política del gobierno que es responsable de la violencia que viven las mujeres, niñas/os y disidencias sexuales al momento de cruzar la frontera.

Salir a denunciar estos hechos es más urgente que nunca, pero aún así estas organizaciones que componen la coordinadora prefieren acallar lo que sucede, para ellas no es contradictorio, ya que mas bien expresa la política del gobierno de Boric, el supuesto gobierno feminista.

En Arica, la movilización comenzó en el cementerio general, donde se reunieron unas 1000 personas aproximadamente. En la marcha se podían leer consignas donde estaba presente la pelea por el aborto legal, acabar con la violencia machista, la denuncia al fraude constitucional y solidaridad con el pueblo peruano en medio del golpe institucional de Dina Boluarte y lo que ha implicado esta situación para nuestras compañeras peruanas.

Se buscó impulsar una coordinadora de mujeres y disidencias, que emergió post 25 de noviembre, como un espacio amplio de discusión y articulación para el movimiento de mujeres y disidencias sexogénericas. Esta estaba conformado principalmente por las organizaciones del gobierno como, Convergencia Social, Revolución Democrática, Partido Comunista, Partido Liberal, Partido Comunes, Izquierda Cristiana y algunas organizaciones sociales. Este espacio desde el principio se iba a articular como un lugar donde no se expresarán mayores discusiones de cómo enfrentar la violencia machista, que se da a través de la precarización a las mujeres y conseguir nuestras demandas históricas, porque precisamente estas organizaciones que dirigen el espacio no quieren abrir espacio a ningún cuestionamiento hacia el gobierno, para seguir permitiendo la gobernabilidad que sin ningún asco llevan adelante con la derecha, con la política de la conciliación y la unidad a secas.

Como agrupación de mujeres y disidencias sexogenéricas Pan y Rosas, buscamos dar una batalla para solidarizar con la situación en Perú dentro de este espacio y buscando tomar también nuestras demandas históricas como movimiento de mujeres, pero esto no fue más que un espacio infértil, ya que bajo sus métodos que evitaban a toda costa la discusión, para seguir llevando nuestras fuerzas a los marcos de la institucionalidad y así rebajar nuestras demandas a la medida de lo posible.

En el fondo, uno de los objetivos de estar organizaciones de gobierno al estar a la cabeza de un espacio como la coordinadora de mujeres y disidencias, buscan limitar el desarrollo de un gran movimiento de mujeres en las calles, haciéndonos creer que de la mano de los empresarios, los partidos tradicionales y la Iglesia, vamos a lograr que nos garanticen nuestros derechos. Donde incluso la expresión máxima de esto, radica en que buscan que depositemos la confianza en este nuevo fraude constitucional, donde buscan mantener tal cual el régimen de los 30 años.

Expresión de esto fue como esta convocatoria, a pesar de que existían sectores que no acordaban del todo con la política que expresaba la marcha del gobierno, terminó en un acto único cultural, que expresó la intención de la coordinadora de instalar el discurso de la unidad entre todas las mujeres a secas, la conciliación y alianza con sectores de los partidos tradicionales, empresarios y la derecha.

Frente a esto Valentina Albarracín mencionaba que: “Este 8 de marzo nos hacemos presentes junto a cientos de compañeras que vienen sufriendo toda la precarización social que acentúa la violencia de género, que se da en el contexto del recorte de presupuesto del gobierno de Boric, en salud y educación, que ha dejado como consecuencia el despido de miles de trabajadoras, empujandoles a condiciones más precarias, en medio de un escenario de crisis económica que golpea cada vez más. Es por eso que se necesita un movimiento de mujeres y disendencias sexogenéricas independiente al gobierno, que busqué denunciar estos hechos, pero también organizar una fuerza que se disponga a enfrentar esta forma de violencia a través de la precarización, que discuta con qué métodos se conquistarán nuestras demandas más históricas también”.

¿Por qué levantar una alternativa independiente al gobierno, a los empresarios y la Iglesia?

La nueva instancia de movilización que vimos este 8 de marzo, nos mostró que fuerzas hay y que debemos buscar fortalecerlas activamente en liceos, universidades y lugares de trabajos, donde estén a la cabeza mujeres trabajadoras, estudiantes, mujeres migrantes y pobladoras.

En el último tiempo hemos visto cómo la derecha ha avanzado y como el gobierno, día a día les cede más espacio para co-gobernar. Ante esto, debemos buscar expandir y ampliar nuestras fuerzas, que dejé atrás la lógica de hitos solo en fechas importantes, ya que solo nos limita a la “medida de lo posible” y negociando con la derecha.

Debemos poner al frente nuestras demandas históricas y cómo conquistarlas, como el aborto seguro, legal y gratuito, necesidad que Boric ya descartó con la postergación de este proyecto de aborto sin causales. Así como para enfrentar la violencia machista un plan de emergencia financiado con impuestos a las grandes fortunas y al mismo tiempo, para enfrentar los costos de la crisis y la precariedad que nos empuja concretamente este gobierno, con los recortesa salud y educación.

¿Cómo conseguimos todo esto? Hace falta hacerse esta pregunta, ya que solo la confianza en nuestras propias fuerzas y potencial como movimiento de mujeres nos podrá acercar a construir una organización para conquistar nuestras demandas y enfrentar la crisis con una salida de autoorganización para la clase trabajadora. Esto en unidad con los demás sectores oprimidos y explotados, sin ni una confianza en la institucionalidad.

Es por eso, que desde la agrupación de mujeres y disidencias sexogenéricas socialista anticapitalista Pan y Rosas, les hacemos una invitación a que tomemos este desafío en nuestras manos, para con el potencial que tenemos como mujeres y disidencias, darlo vuelta todo, para luchar por una sociedad distinta sin capitalistas y sin patriarcas, retomando de lleno el camino de la movilización como única vía para conquistar lo que necesitamos y nos pertenece.