Solidaridad con los vascos. Nuevo aniversario de la masacre del Filtro

Han pasado 28 años de la masacre del Filtro, pero sigue estando en nuestra memoria, como recordatorio de que el Estado uruguayo no solo ha cometido crímenes bajo dictadura, también lo ha hecho bajo la “democracia”. Porque cuando les es necesario a sus políticos y a la clase social a la que sirven, no dudan en masacrar al pueblo trabajador, en este caso para reprimir la solidaridad internacional del pueblo trabajador hacia el pueblo vasco oprimido por el Estado español.

La lucha por memoria, justicia y solidaridad en torno a la Marcha del Filtro se sostuvo por la persistencia de todos aquellos que se negaron a olvidar. Norma la madre de Fernando Morroni desde hace 28 años pelea por la memoria y la justicia, aunque muchos hayan querido que la memoria de aquellos crímenes políticos cometidos con las fuerzas represivas el Estado se olviden.

Esta lucha contra la impunidad y por los derechos humanos también violados bajo la “democracia” es una lección que merece y debe hacerse carne en miles, porque la brutalidad y la represión de los verdugos del pueblo trabajador no son accidentes de una historia ya pasada, sino que son una amenaza que se sostiene hasta el presente sobre toda manifestación que cuestione aunque solo sea en parte lo establecido.

Desde la Izquierda Diario Uruguay compartimos materiales difundidos por la coordinación 24 de agosto que año tras año organiza distintas actividades en recuerdo de esa jornada

Coordinación 24 de agosto

Solidaridad internacional

El 24 de agosto de 1994 la gente se movilizó en solidaridad con varios ciudadanos vascos que estaban viviendo en Uruguay, refugiados políticos, perseguidos por el Estado español por ser luchadores por independencia y autodeterminación de Euskadi.

El pueblo uruguayo conoce bien la importancia del asilo, casi medio millón de uruguayos fueron exiliados políticos durante la dictadura, y la posibilidad de refugiarse en otro país salvó muchas vidas. Para los uruguayos, los vascos son parte de la historia de los antepasados, son apellidos, rasgos y calles. Para muchos jóvenes en los 90, la situación de la lucha del pueblo vasco era conocida gracias al rock radical que escuchaban de discos y cintas de casette, signo de rebeldía e insubordinación. Luego de la represión del Filtro los lazos entre los pueblos se fortalecieron más aún, cada agosto llegan a Uruguay brigadistas vascos cómo símbolo de solidaridad internacional, y la marcha del 24, se llena de ikurriñas (bandera vasca).

Represión y resistencia

El 24 de agosto de 1994 a las 15 hrs había miles de manifestantes concentrados en las afueras del Hospital Filtro, donde los ciudadanos vascos hacían huelga de hambre para evitar que se los extradite a las cárceles del Estado español. La gente se solidarizaba y reclamaba el derecho de asilo. Autoridades de la policía hablan con dirigentes políticos prometiendo tranquilidad en el mismo momento que ingresan los caballos de la unidad hipo a la plazoleta de Cufre y Gualeguay, a sablazos desalojan la zona y hay heridos graves. A las 17, en otra zona, sobre Bulevar Artigas también se desata la represión generalizada contra la gente. No se salvan ni ancianos ni niños. Hay apaleamiento, gaseo y detenciones en la retirada. Se oyen balazos y estruendos, muchos manifestantes se organizan y defienden con lo que encuentran a mano. La autodefensa resiste varias horas, ejercida dignamente, sobre todo por jóvenes.

Morroni

El 24 de agosto de 1994 Fernando Morroni era asesinado por la espalda. La policía lo mató por estar presente en la movilización de solidaridad con los vascos detenidos.
Fernando era un joven que se hizo presente como muchos otros, venía de un barrio humilde, tenía valores de izquierda. Cuando la represión se hizo incontenible busco refugio junto a sus compañeros en los talleres de CUTCSA (donde hoy está el Nuevo Centro Shopping). Allí es ejecutado por la policía. Presumiblemente por el agente Waldemar Rosas Ruiz.

A partir de esa noche, Norma Morroni, la madre de Fernando reclama justicia y marcha cada 24 de agosto en el trayecto del Obelisco al Filtro. Norma se ha transformado en un símbolo de dignidad y memoria tanto en Uruguay, como en el país vasco. Fernando Morroni es uno de los dos asesinados de la masacre del Filtro.

La cámara de Facal

El 24 de agosto Roberto Facal recorría la concentración del Filtro con su cámara. Fotografiaba los fogones y también registraba el operativo policial que preparaba la masacre. Era trabajador de la Facultad de Ciencias Económicas, afiliado a AFFUR y militante de izquierda. Cuando se desata la represión Roberto busca refugio en su casa a unas cuadras del Filtro, en la calle José Quesada 3278, entre Valladolid y Benito Juárez. Sin embargo, en la madrugada los servicios de inteligencia entran a su domicilio, revuelven todo, arrancan una bandera vasca con un listón negro que Roberto tenía colgada, así como un cuadro del Che. Asesinan a Facal de 12 puñaladas. Es uno de los dos crímenes impunes de la noche del 24 de agosto.

Operativo Falsas ambulancias

A las 19 hrs, el 24 de agosto de 1994 la policía ejecuta un operativo con un convoy de vehículos que simulan ser ambulancias. Las falsas ambulancias del ejército atraviesan la muchedumbre a toda velocidad acompañada de patrulleros que abren fuego contra la gente. Fue un operativo de distracción que tuvo como objetivo fragmentar la concentración y forzar la respuesta de los manifestantes. El verdadero operativo de traslado de los vascos se produciría varias horas más tarde.

Clave 52

A las 20 hrs, el 24 de agosto de 1994 el barrio Jacinto Vera queda totalmente a oscuras. Fueron los momentos más violentos de la masacre del Filtro. La policía irradia la “CLAVE 52”, que significaba policía en peligro de muerte, y reclama la asistencia de todas las fuerzas. Es un operativo que siembra confusión, utilizado para entreverar los registros de las unidades presentes y justificar la balacera contra los manifestantes. Es el momento donde asesinan al joven Fernando Morroni.

La clausura de las radios

El 24 de agosto de 1994 y los días previos las radios CX 44 Panamericana, y la radio 36 trasmitieron todos los sucesos que tenían que ver con las movilizaciones del solidaridad con los vascos en huelga de hambre. Estuvieron en el momento de la represión con sus móviles y también fueron atacados por la policía. Fueron herramientas fundamentales para organizar la resistencia y luego ubicar a detenidos y heridos. Ambas radios fueron clausuradas por el Estado, la 36 pudo volver a operar, pero la CX 44 “la radio de la gente” fue censurada para siempre. Una consigna de la época que representa lo que sucedía rezaba “Griten libertad, y cúbranse”.