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Red Internacional
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Medios Y Política. Nuevo editorial de La Nación en defensa del genocidio y sus ejecutores

El diario de Bartolomé Mitre cuestiona a Macri por su aún tibia gestión en la recuperación del poder de fuego de las Fuerzas Armadas. Las mismas que están plagadas de torturadores y asesinos.

Daniel Satur

Daniel Satur @saturnetroc

Viernes 15 de julio de 2016

Si el macrismo da un nuevo pasito a la derecha, La Nación le tira un editorial por la cabeza haciéndole acordar que las “tareas del momento” aún están lejos de concretarse.

Ayer el diario fundado por Bartolomé Mitre publicó un nuevo editorial, solo destacable por su férrea defensa de la dictadura cívico-militar (de la que fue propagandista) y por su condena a la lucha popular contra los genocidas y por la Memoria, la Verdad y la Justicia.

El nuevo artículo se titula “Defensa: por ahora sólo desfiles”, y hace referencia a la “contradicción” existente en esta nueva etapa, donde el gobierno de Mauricio Macri se suma a la reivindicación de las Fuerzas Armadas y al negacionismo sobre el genocidio pero a su vez no se propone “refundar” a esas mismas Fuerzas Armadas y prepararlas para lo que viene.

“La realización de desfiles en conmemoración del Bicentenario de nuestra Independencia fue un indicio de la reubicación de las Fuerzas Armadas en la consideración oficial y probablemente también social”, arranca el texto que suelen escribir Bartolomé Mitre (descendiente del fundador) y José Claudio Escribano pero nunca firman.

La “consideración” hacia las Fuerzas Armadas que La Nación le reconoce al gobierno de Macri, supuestamente chocaría con lo hecho por todos los gobiernos constitucionales anteriores. “Desde 1983, en el marco de un ambiente político adverso a las Fuerzas Armadas, se practicó un desarme, sin declararlo formalmente”, dice el editorial y agrega que “la Argentina fue así un caso atípico de un país que procede de esa manera sin precaverse mediante un acuerdo de defensa o de desarme regional, o mediante un convenio de protección por otra potencia militar”.

Sí, leíste bien. Para la “tribuna de doctrina” subordinar al país a algún país imperialista es casi una necesidad para no dilapidar nuestra capacidad de defensa. Argumento raro si los hay.

No deja de llamar la atención que La Nación diga que el de Macri es un gobierno que, en términos de afinidad con las Fuerzas Armadas genocidas, es superador Al de Raúl “Obediencia Debida” Alfonsín, al de Carlos “Indultos” Menem y al de Fernando “19 y 20” De la Rúa, por ejemplo. Será que estos tiempos no son aquellos y que hay que afinar mucho más el lápiz para marcar la línea directriz desde las clases dominantes.

Pero lo peor del editorial de La Nación no está en su crítica a la “contradicción” en la que se encontraría el gobierno nacional sino en su reivindicación casi orgásmica de las Fuerzas Armadas como pilar de la nación, escondiendo bajo una apestosa alfombra la historia reciente de esas instituciones del Estado.

“Cualquier voz señalando esa falencia (la del actual gobierno de Macri) sería mal considerada políticamente y sospechada de defender ’represores’ o de alimentar intenciones golpistas”, se atajan Mitre y Escribano, sabiendo que pese a todos los intentos restauradores del oficialismo la relación de fuerzas no les es favorable a quienes insisten en declarar que no hubo 30 mil desaparecidos, que acá hubo una guerra entre “dos bandos” equivalentes y que las Fuerzas Armadas están llenas de mártires injustamente no reconocidos.

Pero son los mismos Mitre y Escribano los que se la buscan. Si no mencionan siquiera que estas Fuerzas Armadas siguen pobladas de torturadores, desaparecedores y asesinos, algunos de los cuales incluso ocupan altos cargos como tenientes generales, almirantes y brigadieres de esas instituciones “democratizadas”, ¿qué posibilidades hay de considerar otra cosa?

Luego de desarrollar con detalle la “decadencia” (desde la óptica burguesa, se entiende) en la que se encuentran las Fuerzas Armadas argentinas tras años de supuestos desfinanciamiento y desmantelamiento, La Nación manifiesta que “se impone una completa revisión de la política de defensa que debería sustentarse en una discusión que se inicie con la decisión de contar con fuerzas armadas”. La están diciendo a Macri, palabras más palabras menos, que tiene que encarar la cosa de fondo y revitalizar a esas instituciones de forma material.

Y sigue. “Salvado esto, el marco de un programa consensuado debe incluir la reconciliación y la superación de los sentimientos antimilitares que han motivado no sólo el deterioro defensivo que exponemos en este editorial, sino también un tratamiento judicial asimétrico y claramente violatorio de los principios de la justicia en el tratamiento de los hechos de la guerra antisubversiva que nuestro país vivió en los años setenta”.

¿Hace falta agregar algo? Sí, que La Nación no realiza esta editorial por el mero deporte de provocar ideológicamente. Lo hace ni más ni menos como una forma de interpelar al Estado y su gobierno en función de las tareas estratégicas que debería ponerse por delante. Y no lo hace solo, sino que expresa la visión política concreta de gran parte del empresariado local y multinacional, que no sólo hoy banca a Macri hasta la muerte sino que lo desea más decidido a avanzar sobre el pueblo trabajador y sus organizaciones políticas más disruptivas.

¿Cómo se iba a privar La Nación de dejar su marca en tinta de molde la misma semana en la que algunos “muertos vivos” reaparecieron en escena, como Aldo Rico, la Iglesia retrógrada y reaccionaria y los genocidas del Operativo Independencia?

Si La Nación no se priva de reivindicar a la dictadura cívico-militar y sus ejecutores, en consecuencia el pueblo trabajador no debe privarse de analizar cada palabra salida de esas editoriales como un intento más que pulido de “adoctrinar” a los sectores medios gorilas y su expresión política del momento: la gestión Cambiemos.


Daniel Satur

Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS) | IG @saturdaniel X @saturnetroc

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