A tan solo dos semanas de que Mc Donald’s anunciara un aumento del salario mínimo, la agrupación Fight For 15 llama a una nueva acción nacional para el próximo 15 de abril. La concesión de McDonald’s se suma al aumento conquistado recientemente por los empleados de supermercados. La lucha de los trabajadores de servicios en EE.UU. parece empezar a dar frutos.
Sábado 11 de abril de 2015
Hace dos semanas McDonald’s anunció un incremento de salarios de un dólar por hora. Sin embargo, la organización Fight For 15 (FF15) anunció una nueva acción para el próximo 15 de abril. El sueldo mínimo actual en el sector servicios ronda los 7,5 dólares la hora y la organización FF15 pide que éste sea de 15 dólares la hora.
Se espera que la medida se extienda a cientos de locales de Fast Food en EE. UU. y también tenga repercusión en 35 países alrededor del mundo.
El aumento de salarios es una muestra de que la empresa no puede seguir ignorando los reclamos de sus trabajadores. También es una señal del desprestigio que empresas como McDonald’s están sufriendo. Sin embargo, el aumento afecta solo a los restaurantes que la casa central controla y no a las franquicias, que son el 90 % de los establecimientos.
La lucha por mejoras salariales ha ganado simpatía en la sociedad norteamericana y la gente empieza a ver más claramente las prácticas de explotación, irresponsabilidad ambiental y sed ilimitada de ganancia de las grandes corporaciones.
El aumento salarial cobra mayor relevancia si tenemos en cuenta que la mayoría de los puestos de trabajo creados como parte de recuperación económica desde el inicio de la “Gran Recesión” son en el sector no calificado, conocido como “de bajos salarios” (low wage).
Esto incluye, además de las cadenas de Fast Food, las grandes empresas de ventas minoristas como Walmart, Target, Kroger y Safeway. En febrero Walmart anunció un aumento del salario mínimo a 10 dólares la hora. Un mes después, Target anunció un incremento similar para sus trabajadores.
De la misma forma que el sindicato SEIU (que agrupa a los empleados del sector servicios) impulsa la campaña por los $15 /hora, el sindicato UFCW es quien presta soporte económico y logístico a los trabajadores no sindicalizados de Walmart nucleados en la agrupación “OUR Walmart”.
Los CEO de las compañías se esfuerzan por mostrar los aumentos como una iniciativa “altruista” de la empresa, desligada de los factores materiales. La verdad es que son tres los elementos que empujan hacia arriba los salarios. Por un lado, la caída del desempleo y la mayor demanda de trabajadores no calificados hacen que las empresas compitan entre ellas por la mano de obra de bajo costo. Según el Departamento de Trabajo del gobierno federal de EE.UU., en el último año el aumento de salario para los empleados de comercio minorista aumentó más que el promedio (2.8% vs. 2 %). Esta es una evidencia de la mayor competencia en el mercado por la mano de obra no calificada, lo que incrementa el poder de negociación de este sector de trabajadores. Por otro lado, la presión que ejercen las campañas Fight for 15 y OUR Walmart ponen en riesgo la imagen comercial de las compañías, lo que se puede traducir en una caída en las ventas. Por último estas empresas que tienen grandes márgenes de ganancia están dispuestas a ceder aumentos parciales, que están aún muy por debajo de los 15 dólares que exigen los trabajadores, a cambio de mantener lo esencial de la precarización laboral. En el caso de Walmart esto incluye a la mitad de su plantilla de 1,4 millones de trabajadores que están con contratos de tiempo parcial, con sueldos por debajo del nivel de pobreza y que dependen de cupones de comida del gobierno para poder sobrevivir.
Una forma novedosa de organizarse
Los movimientos Fight for 15 y OUR Walmart son sin duda una novedad para el movimiento obrero estadounidense. En un sector donde la patronal despliega una política rabiosamente anti-sindicato, sin estabilidad laboral, y con el riesgo de ser despedido ante el mínimo intento de organización, dos gigantes del mundo sindical lanzaron sus campañas.
El Fight for 15 se caracteriza por llamar a medidas de acción directa en forma periódica con extensión nacional (y adhesiones en decenas de otros países). Si bien las acciones varían regionalmente, todas tienen en común una concentración al frente del local de comida rápida, formada principalmente por estudiantes y activistas. En algunos casos los trabajadores se suman a las protestas, y en ocasiones son arrestados por protagonizar actos de “desobediencia civil”.
Las acciones de OUR Walmart, en cambio, se concentran en el día de mayores ventas anuales: el Black Friday. Ese es el día en que los trabajadores de Walmart tienen mayor poder de fuego, ya que cualquier medida que limite las compras genera grandes pérdidas para la empresa.
Ambas organizaciones son expresión de un movimiento sindical que se encuentra en retroceso desde hace décadas. La relocalización de la industria manufacturera hacia países periféricos se acompañó de una caída en los puestos de trabajo calificados, y un aumento desproporcionado del sector de bajos salarios.
Los sindicatos SEIU y UFWC no son particularmente conocidos por tener métodos democráticos, ni por una política de clase. Ambos son ejemplos del “sindicalismo empresarial”, caracterizado por una burocracia sindical que negocia con los empleadores en las alturas los términos de la explotación de sus afiliados. En la arena electoral, el apoyo al partido demócrata se traduce en asistencia financiera para la campaña y en fuerza de movilización.
Por eso, la iniciativa de estos dos sindicatos de organizar a los trabajadores precarizados de los servicios es vista por muchos como un simple intento de incrementar la recaudación agrandando la nómina de afiliados. Sin embargo, la eventual incorporación de los sectores más explotados, nutridos ampliamente por las minorías latina, de raza negra y otros inmigrantes, puede dotar de dinamismo a un movimiento sindical en decadencia.
Además, en caso de lograr la sindicalización de al menos una proporción considerable del sector servicios, la conquista sería un acicate para salir a luchar, tanto para los trabajadores precarizados del sector, como para el conjunto de la clase trabajadora estadounidense.
Juan Cruz Ferre
Editor de Left Voice y columnista en La Izquierda Diario. Médico, actualmente vive en Estados Unidos y cursa Sociología en la City University of New York.