Los trabajadores de Recal vivimos una difícil situación, la pandemia del covid-19 aceleró la crisis económica y aunque nosotros no paramos principalmente por la irresponsabilidad de la empresa, los efectos de la crisis ya han traído consigo cientos de despidos, cancelación de las horas extras, recorte de las compensaciones, además de la presión por parte de los supervisores para mantener la producción a pesar de que el trabajo es muy escaso.
Miércoles 1ro de julio de 2020
Pero ¿Qué pasa realmente con el trabajo? ¿Con los actuales proyectos? ¿Cuándo pararan los despidos? ¿Cuándo recuperaremos los trabajadores nuestros ingresos?
Recal es una empresa privada dedicada a la fabricación de estructuras de acero para diferentes fines, desde plantas automotrices y de diversas industrias, obras de infraestructura como la línea 3 del Tren Ligero de Guadalajara, hasta rascacielos ridículamente lujosos en Nueva York. Todos los proyectos han sido elegidos pensando en obtener grandes ganancias. También los salarios y las decisiones con respecto a los trabajadores son tomadas por la directiva de la empresa bajo la lógica de aumentar las ganancias.
Los proyectos seleccionados al menos los más importantes en los últimos años están ligados a grandes inversionistas, que en el caso de Hudson Yards y Manhattan West son parte de un poderoso grupo inmobiliario que opera en el corazón de Estados Unidos, pero utiliza mano de obra extranjera para reducir costos, en este caso mexicanos fabrican las estructuras y migrantes latinos se encargan del montaje.
Uno de los problemas de que las empresas sean privadas es que las ganancias que se obtienen de los grandes proyectos son acumuladas por un minúsculo número de inversionistas y cuando las cosas van mal ese puñado de empresarios descargan los costos de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y sus familias.
En Recal los salarios como obreros no alcanzan a cubrir los costos de la canasta básica, por eso la empresa se ve obligada a dar compensaciones que hacen que el salario aparente no ser tan raquítico.
Un indicador que demuestra los bajos salarios es la necesidad que tenemos la gran mayoría de los trabajadores de hacer horas extra, algunos compañeros han sumando más de 20 horas extra en una semana, evidentemente esos compañeros no se volvieron ricos, solamente consiguieron salir menos apretados de dinero pero a costa de extender su jornada hasta las 12 y 14 horas en promedio, a esto se suman las trabas para acceder a mejores categorías, que cada vez están más restringidas.
Los despidos han continuado y aunque el pretexto de los patrones que argumentan la irregularidad y baja productividad, la realidad es que los despidos son un mecanismo que por un lado disminuye aún más los costos de nómina y por otro lado sirve para presionar a los compañeros que se quedan, fomentando el temor a pasar a engrosar las filas del desempleo.
La crisis económica en curso es de largo aliento según los últimos informes de organismos económicos internacionales como el FMI, que pronostica una caída de más del 10% para México, con una amplia afectación a los ingresos, es decir la crisis no terminará pronto y los patrones intentarán a toda costa que seamos los trabajadores quienes llevemos la peor parte.
Ante intento de que paguemos los costos de una crisis que no ocasionamos los trabajadores debemos salir a defender nuestros empleos y las conquistas que aún conservamos, debemos comenzar a discutir recuperar el sindicato para los trabajadores y apropiarnos de métodos como el paro y la huelga para demostrar que sin nosotros no pueden generar sus ganancias.
Construyamos la unidad de los trabajadores desde abajo para que la crisis la paguen los patrones. Es necesario organizarnos para pelear por nuestros derechos, no queremos seguir así. Necesitamos luchar. ¿Quieres denunciar sobre la situación de la empresa? Contáctanos: 5570704442
Nuestras vidas valen más que sus ganancias.