El secretario de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño, atacó a los maestros que integran la Sección 22 de Oaxaca por demandar reconstrucción integral de comunidades y escuelas, que les garantice seguridad.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Miércoles 25 de octubre de 2017
En el marco de la realización de un informe que comunica el inicio de las primeras reparaciones en las 554 planteles que sufrieron "daños menores" en el estado de Oaxaca, el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño arremetió contra los maestros que integran la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Desacreditando las demandas del magisterio que ha vivido directamente, junto a sus familias y alumnos, los efectos de los pasados sismos del 7 y 19 de septiembre, el secretario de Educación declaró que la sección 22 pretenden generar una "crisis política para mantener sus privilegios".
Los maestros que participaron desde el día del sismo en las labores de rescate y reconstrucción, y que hoy se movilizan a través del Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación de Oaxaca (MDTEO), demandan atención para los afectados del sismo en las regiones de la costa, el istmo y la sierra, denunciando que sus necesidades no han sido atendidas, además reclaman la reconstrucción integral y de calidad de las escuelas, con participación del magisterio para la vigilancia y administración del presupuesto.
Las solicitudes del magisterio oaxaqueño responden a una necesidad de primer orden: garantizar la seguridad plena de sus alumnos y de los propios maestros, que son los que se exponen día a día a las condiciones inadecuadas y dañadas de las escuelas y en los que se encuentra la responsabilidad de garantizar el bienestar de los niños y adolescentes frente a cualquier siniestro.
Sin embargo, esa petición a Nuño le parece digna de ser ignorada y atacada, pues su intención ha sido el imponer en Oaxaca y todo el país el "regreso a la normalidad" aún cuando esto amenazará el bienestar de los estudiantes y disminuyera la participación en las labores de rescate, que resultaban lo más apremiante en los primeros días.
La intención de ello fue frenar la organización y tratar de sofocar el descontento popular por la actuación del gobierno y sus instituciones frente a la tragedia y por su responsabilidad en los efectos trágicos del sismo por su entreguismo a los intereses de las inmobiliarias y los efectos relacionados con la amplia pobreza imperante sobre todo en las zonas de Chiapas y Oaxaca.
Aurelio Nuño demuestra una vez más que sus intereses están lejos de la defensa de la educación y que sus ojos siguen puestos en la imposición de la reforma educativa y la represión del magisterio combativo.
La reubicación de estudiantes y las escuelas provisionales solo se traducen en el hacinamiento y las malas condiciones a las que de por sí se enfrentan muchas comunidades de Oaxaca.
A las demandas de la reconstrucción, los maestros sumaron la liberar a los "presos políticos"; la toma de nota a la dirigencia sindical y la renuncia del titular del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, Germán Cervantes.