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Red Internacional
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Tribuna Abierta. Oaxaca desmantelada y vulnerable ante la crisis sanitaria

Ante la crisis actual, nos encontramos con un Sistema de Salud abandonado, insuficiente, desmantelado, desfalcado y muy lejos de la población vulnerable

Miércoles 13 de mayo de 2020

El viernes 20 de marzo los negocios, oficinas, parques y centros recreativos acostumbrados al bullicio que genera el turismo en el estado comenzaron a cerrar, la epidemia era incontrolable, desde el 13 de marzo había llegado la enfermedad procedente de EE.UU.

La vida no volvió a ser igual, la precariedad, el desempleo y el miedo se apoderaron del estado como una serpiente que engulle a su presa, la gran cantidad de oaxaqueños trabajando al otro lado de Río Bravo encendieron las alarmas entre la población local, principalmente de aquellos cuyos familiares esperan mensualmente remesas para subsistir y la cual es la más vulnerable.

Y es que la situación no es para menos, Oaxaca es un estado detenido económicamente, con poca inversión estatal, dedicada principalmente al sector de servicios (muy ligado al turismo), con una agricultura poco tecnificada y una industria casi inexistente.

Para conocer más de cerca la vulnerabilidad del estado hay que saber primeramente que en Oaxaca somos cerca de 4 millones de habitantes repartidos en 14 grupos étnicos diferentes, vivimos en 8 regiones y estamos dispersos en 570 municipios; por lo consiguiente la mayor parte de la población (65%) está asentada en zonas rurales, lejos de los servicios básicos de salud y presentando una vulnerabilidad alta ante la llegada del SARS CoV-2.

No menos preocupante es la situación de aquellos que en apariencia laboran de manera formal, ya que de acuerdo con el reporte de altas en el IMSS, únicamente 212 mil 784 trabajadores se encuentran asegurados de manera oficial, representando cerca del 5% de la población oaxaqueña adscrita. Es evidente que el miedo y la histeria colectiva se generalicen entre los sectores más desprotegidos.

No es de sorprender las preocupaciones a la cual la mayoría de la población del estado está habituada, sin embargo la salud en estos momentos se convierte en la mayor de ellas; ante esta situación es pertinente hablar del papel que ha jugado el Gobierno Federal y Estatal que por años han desfalcado y recortado al sector salud.

Como lo fue en el caso de 54 clínicas y hospitales inconclusos durante los sexenios de Ulises Ruíz y Gabino Cué, así como el desvío de Seguridad Social a gran parte de Trabajadores de Base para el pago a aviadores que generó una perdida por más de 2 mil millones de pesos, hundiendo al sector.

Sumido en una crisis, el sector salud del estado ha tenido que atender a más de 3 millones de personas (que no cuentan con algún tipo de seguridad social) con apenas 33 hospitales y 918 camas para todo el estado, la mayoría ubicados a varias horas de distancia de las poblaciones, haciendo complicado la atención y colapsando varios años consecutivos; como sucedió en 2019 ante la epidemia del dengue.
Sumado a la insuficiencia hospitalaria, durante el ejercicio de 2020 alrededor de 305 trabajadores eventuales fueron despedidos derivado del gran recorte presupuestal que el gobierno ha hecho de forma draconiana en el estado.

Por otro lado aquella población registrada ante el IMSS o que cuenta con algún tipo de seguridad social tampoco goza dealguna preferencia o mejora calidad en el servicio; ya se ha hablado de los grandes hospitales federales colapsando en la Ciudad de México y en las grandes ciudades del país, pero poco se habla de la infraestructura federal deficiente con la que cuenta el estado de Oaxaca.

Acostumbrados a hacerlo, los trabajadores oaxaqueños asegurados han tenido que soportar por muchos años largas jornadas para ser atendidos en los únicos hospitales de especialidades, todos ubicados en la capital.

Recordemos que solamente existen 6 hospitales pertenecientes al Instituto Mexicano del Seguro Social -de los cuales 1 es de especialidades con 100 camas y 1 inaugurado recientemente con equipo rentado para propaganda estatal-. A estos 6, se le suma sólo uno del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Presidente Juárez) que opera en todo el estado con ayuda de 4 clínicas hospitales.

Ante este panorama el SARS CoV-2 ha encontrado terreno fértil en el estado ante su deficiente infraestructura médica, con un recorte presupuestal que ni siquiera abastece los insumos necesarios. Estamos ante una situación de abandono bastante preocupante. Ejemplo de esto es la indefensión y precariedad total como se laboral en el hospital Presidente Juárez del ISSTE

En consecuencia gran parte de la clase trabajadora del estado aún se encuentra lejos de los derechos básicos a la salud universal y de fácil acceso, es momento de exigir su cobertura y cumplimiento.Siendo indispensable pensar en la canalización de recursos al sector a partir del cobro de impuestos a las grandes fortunas, la unificación y centralización de los Sistemas de Salud.

La base trabajadora y el pueblo oaxaqueño necesita una salud digna y universal.