En su visita oficial a Londres el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se pronunció a favor de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE). Voces disonantes en el seno del partido conservador.

Alejandra Ríos Londres | @ally_jericho
Sábado 23 de abril de 2016
Con el título “Como amigo suyo: permítanme decirles que la UE hace a Gran Bretaña un país superior” y optando por romper todo tipo de discreción diplomática, Barack Obama aprovechó la columna cedida en el periódico británico The Daily Telegraph para respaldar la campaña del primer ministro británico, David Cameron, a favor de la permanencia del país en la UE.
Las declaraciones sobre el debate europeo provocaron una fuerte reacción de los defensores de la salida del Reino Unido de la UE – conocido como ‘Brexit’ (salida) – provocando una mayor tensión en el partido de Cameron que se encuentra profundamente divido ante el referéndum que se celebrará el 23 de junio.
Muchos son los que opinan que Obama no debería intervenir en un asunto del Reino Unido. Boris Johnson, el alcalde de Londres, conocido tanto por su humor excéntrico como sus meteduras de pata, fue uno de los primeros en acusar a Obama de ‘hipócrita’ y recordarle que jamás permitiría que a EE.UU. le impusieran las condiciones que desde Bruselas le imponen al Reino Unido. El enérgico partidario de la salida del país de la UE agregó que la política de Obama se podía sintetizar en “haz lo que yo digo y no lo que yo hago”.
Por su parte, el veterano conservador Ian Ducan Smith, ex ministro de bienestar social hasta su renuncia el 18 de marzo para unirse a la campaña por la salida de la UE, se sumó al coro de protesta. Smith declaró: “Tus consejos no son bien recibidos” y aprovechó la oportunidad para tirarse contra el propio Cameron: “El presidente Obama y cada uno de sus antecesores han protegido furiosamente la soberanía de los EE.UU., y me gustaría poder decir lo mismo de nuestros líderes.” Por otra parte, dijo que le parecía extraño que al pueblo británico se le pidiera aceptar una situación que él mismo no recomendaría a la población estadounidense, en clara referencia a la apertura de las fronteras a migrantes.
Luego de las elecciones generales de 2015, el primer ministro británico se vio obligado a convocar a un referéndum para decidir la permanencia o no del Reino Unido a la UE y así apaciguar el ala ‘euroescéptica’ de su partido y mantener la unidad de su formación luego de que dos diputados conservadores se pasaron al bando del partido xenófobo de derecha UKIP.
En su columna, el presidente Obama se detiene a resaltar la especial relación entre su país y el Reino Unido a la que define como forjada en el "campo de batalla", en clara alusión a la Segunda Guerra Mundial. Dirigiéndose a la población británica Obama indica que "deberían estar orgullosos de que la UE haya ayudado a extender los valores británicos y prácticas -la democracia, el imperio de la ley, la apertura de mercados- en todo el continente y su periferia". A continuación, puntualizó: “Una Europa fuerte no es una amenaza para el liderazgo global del Reino Unido, aumenta el liderazgo global del Reino Unido".
En la rueda de prensa ofrecida luego de reunirse con Cameron, el presidente estadounidense reiteró su apoyo a la permanencia británica en la UE y subrayó que la participación del Reino Unido en la UE aumenta el prestigio del país en el mundo. Se animó a ser un poco más explicito y advirtió que si el Reino Unido se desasociaba de la Unión iba a estar a quedar en último lugar para realizar cualquier intercambio comercial al otro lado del Atlántico.
Si bien aclara que el voto del 23 de junio compete únicamente a los británicos, Obama afirma en su columna que "el resultado de su decisión es un asunto de profundo interés para Estados Unidos". En material de política internacional Obama abogó la necesidad de afrontar desafíos globales para que el Reino Unido se quede en la UE y señaló la significancia de actuar de manera conjunta para intervenir en conflictos en Medio Oriente.
Obama concluye su artículo dando especial importancia al legado que ambos países comparten: "Juntos, Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea han transformado siglos de guerra en Europa en décadas de paz, y han trabajado como uno para hacer que el mundo sea más seguro, un lugar mejor. Qué legado notable es este. Y qué legado notable vamos a dejar también cuando, juntos, nos encontremos con los desafíos de este joven siglo".
Como parte del protocolo, el Presidente y la primera dama de Estados Unidos participaran en un almuerzo privado con la reina Elizabeth II, en el castillo de Windsor, a quien esperan desearle "en persona" un feliz cumpleaños.
El apoyo de Obama representa un gran aliento para un Cameron golpeado por las repercusiones alrededor de su involucración en un fondo de inversión en paraísos fiscales. En la actualidad el premier británico enfrenta uno de los índices más bajos de popularidad; sumado a esto, el resultado del referéndum podría llegar a costarle su mandato. En alto contraste con la división del partido en el poder, el laborismo en la oposición está sólidamente unido a favor de seguir en la UE.
Lo que tanto los partidarios de la permanencia a la UE como los defensores de la salida ‘olvidan’ decir es que el referéndum es una maniobra impuesta por Cameron a la población para dirimir la interna en las filas conservadoras. Es un juego en el que lamentablemente los trabajadores, los jóvenes y todos los afectados por los recortes no se verán beneficiados.