En una operación que costará más de 750 millones de dólares, EEUU enviará más de 3 mil efectivos del ejército a realizar tareas para contener la epidemia de ébola en África Occidental. El ejército, armas en una mano, ayuda internacional en la otra, es el elegido para intervenir en un escenario fuera de control.
Miércoles 17 de septiembre de 2014
Fotografía: EFE
La Operación Asistencia Unida tiene proyectada una duración de 6 meses, e intenta contrarrestar la respuesta tardía y caótica de los organismos internacionales a la crisis sanitaria en la región. La campaña incluye planes para construir 17 centros de tratamiento contabilizando un total de 1700 camas, entrenar a cientos de trabajadores de la salud y establecer un centro de control militar. Pasarán semanas hasta que este despliegue esté en funcionamiento.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que necesita equipos médicos extranjeros con 500-600 expertos, así como al menos 10.000 trabajadores sanitarios locales, cifras que podrían aumentar si se incrementan los casos, como se espera que suceda.
Ayer la ONU en Ginebra estimó que en 1.000 millones de dólares el requerimiento financiero para poner bajo control la epidemia de ébola en África Occidental, diez veces más de lo que había calculado hace un mes. (Nota Relacionada: El plan de la ONU).
El coordinador de la ONU para la lucha contra el ébola, David Nabarro, explicó ayer en rueda de prensa que esa evaluación se basa en que el alcance y gravedad de la epidemia se ha duplicado en ese periodo. Del número total de casos, ahora en 4.985 – 2.461 fatales- un 40 por ciento surgieron en los últimos 21 diás.
La situación en Liberia
En Liberia la enfermedad está saliéndose de control. El silencio de la OMS en cuanto a la estimación de casos o muertes en el país desde el 5 de septiembre es evidencia de ello.
Por su parte, Cuba y China han dicho que enviarán médicos a Sierra Leona. La Habana desplegará 165 personas en octubre, mientras que Pekín está enviando un laboratorio móvil con 59 expertos para acelerar los análisis de la enfermedad. Además, la Unión Africana (UA) anunció ayer que enviará 200 médicos y enfermeros a Liberia para reforzar la lucha contra el virus.
Médicos Sin Fronteras (MSF), dijo nuevamente que estaba sobrepasada y repitió sus llamados a un despliegue inmediato y masivo. Recordemos que fue MSF quien primero alertó sobre el agotamiento de recursos para combatir el ébola, el 24 de junio de este año.
La presidenta de MSF Joanne Liu denunció en un discurso ante la ONU en Ginebra que es su organización la que está "proveyendo la mayor parte de las unidades de aislamiento y camas".
"Personas muy contagiosas son forzadas a regresar a sus casas, sólo para infectar a otras y continuar la propagación de este virus mortal. Todo por falta de respuesta internacional", agregó. Dado que no hay camas disponibles en los hospitales de Monrovia, no es raro ver morir en la calle personas infectadas por ébola.
El rol de los Estados Unidos
El esfuerzo militar anunciado cuando que se acaba de abrir un nuevo frente de ataque (aunque sólo sea aéreo por el momento) contra el Estado Islámico, muestra por un lado el temor de la administración Obama de que la epidemia se disemine y ocasione grandes pérdidas en suelo norteamericano. En palabras de Barack Obama, es una "amenaza potencial para la seguridad global". Por otro lado, la nueva medida es una respuesta tardía a las críticas por su falta de acción oportuna.
Recientemente, la casa blanca ha sido blanco de graves críticas por parte de los gobiernos de África Occidental y del mismo congreso estadounidense, por no haber dispuesto hasta el momento de los recursos necesarios para contener la epidemia.
La operación militar está dirigida a contener la epidemia dentro de los límites territoriales de los países africanos. El control se ejercerá a punta de pistola, sin miramientos. Por supuesto, los soldados llegarán munidos de ayuda comunitaria, raciones alimentarias y kits de higiene y protección contra el ébola.
De Ferguson a Liberia
La utilización de las fuerzas armadas con fines comunitarios, frecuentemente implementado por los gobiernos en casos de desastres naturales y sanitarios, intenta legitimar un cuerpo especializado cuyo papel fundamental es mantener un orden social injusto.
Si bien esto se cumple en cualquier lugar del mundo, EEUU nos ofrece dos ejemplos contrastantes y conspicuos del uso de las FFAA con fines civiles. Hace poco menos de un mes, un sector de las FFAA (la guardia nacional) fue desplegada en la ciudad de Ferguson, Missouri, con el fin de reprimir una pueblada que pedía justicia por el asesinato de Mike Brown, un joven afroamericano, en manos de la policía local. Entre otras cuestiones de fondo, quedó en evidencia la barrera racial que todavía oprime a gran parte del pueblo pobre de los EEUU.
El despliegue de tropas en Liberia es otra muestra de lo mismo. El país africano es un hijo bastardo de EEUU (ver más abajo). Su pueblo ha sido objeto de la opresión económica y política desde sus inicios, articulado por una élite de gobierno pro-yanqui.
En una edición anterior de La Izquierda Diario rastreamos las causas de la actual epidemia hasta sus orígenes, en los determinantes sociales de la salud. Queda en evidencia la responsabilidad de los EEUU en la génesis de las condiciones que causan este flagelo.
El ejército estadounidense representa la correa y el bozal que pone el imperialismo yanqui al perro rabioso, fuera de control, que es hoy Liberia.
Tierra de los libres
Liberia fue fundada hace unos 160 años por hijos de esclavos estadounidenses que escogieron el territorio para asentarse una vez recuperada su libertad. De ahí proviene el nombre. Desde entonces su política estuvo fuertemente influenciada por EEUU, especialmente después de la segunda guerra mundial. Esto incluye la liberalización de una economía subordinada a empresas multinacionales como Firestone, y las recomendaciones en materia de políticas públicas de corte neoliberal.
Desde el idioma oficial, pasando por los colores y el diseño de su bandera, hasta las ataduras económicas del país africano, constituyen un ejemplo típico de neocolonialismo. Los descendientes de los esclavos estadounidenses siguen pagando en el siglo XXI el precio de su libertad.
Juan Cruz Ferre
Editor de Left Voice y columnista en La Izquierda Diario. Médico, actualmente vive en Estados Unidos y cursa Sociología en la City University of New York.