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Red Internacional
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OPINIÓN. Octavio Rodríguez Araujo y los mitos de la centroizquierda mexicana

Se aproximan las elecciones intermedias en México. El debate de ideas en torno a qué hacer aparece y, conforme avancen las semanas, se intensificará, especialmente con quienes sostienen el apoyo a López Obrador.

Sábado 28 de marzo de 2015

Fotomontaje: Enfoque Rojo // Vierja Ph

Mientras el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) liderado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aspira a capitalizar el descontento existente con los partidos tradicionales, los padres de familia de Ayotzinapa así como un crisol de organizaciones políticas y sociales, llaman a distintas formas de expresar el repudio popular -no participación, anulación, boicot- en los comicios del 7 de junio.

Bienvenido entonces el debate: confiamos en que el mismo servirá para que el movimiento por Ayotzinapa defina una política independiente hacia las próximas elecciones y para que la izquierda afiance su propuesta.

Viejos argumentos, al servicio del “voto útil”

Aquí nos referiremos al último artículo publicado, en La Jornada del 26/3 por el politólogo Octavio Rodríguez Araujo, quien en un diálogo con un artículo de José Antonio Crespo define que, no concurrir a las urnas o anular el voto nulo favorece al “poder” y, en particular, al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en tanto partido de gobierno, lo cual es planteado también, hasta el cansancio, por AMLO.

Esto lo sostienen en el siguiente argumento: con altos índices de abstención -que en elecciones intermedias se ha acercado al 60%- primaría tanto el “voto duro” al PRI como los mecanismos fraudulentos implementados por el partido en el poder, como el acarreo de votantes.

Sin embargo, el mismo Rodríguez Araujo presenta hechos que debilitan, aunque no lo reconozca, su argumento, y que tienden a transformarlo en uno de los mitos a los que nos acostumbran los intelectuales de la llamada “izquierda” asociada al Partido de la Revolución Democrática (PRD) o, más recientemente, al Morena. Por ejemplo, cuando considera que esta tendencia no siempre -ni en todas las elecciones-, desde 1994, se verificó.

Las elecciones de 1994, de las más concurridas de la historia y ocurridas en el contexto del alzamiento zapatista, y donde amplios sectores de la izquierda apoyaron abiertamente al PRD o evitaron cuando menos criticarlo abiertamente, terminaron con el triunfo del PRI.

En las del 2000, se produjo el fenómeno del “voto útil contra el PRI” -promovido entonces por muchos “izquierdistas”- que encumbró a Vicente Fox, lo que inauguró los sexenios panistas en los que se profundizó la entrega del país e inició la bárbara “narcoguerra”.

Entonces habría que decir que la crítica que el autor establece contra la abstención o el voto nulo, se debilita incluso en su principal argumento, y que en cada caso de los mencionados el llamado a participar apoyando a la “oposición” burguesa terminó fortaleciendo al régimen político...

Dicho esto, para nosotros la clave a la hora de definir una táctica electoral, es considerar tanto el contexto político actual como la existencia -o no- de alternativas políticas que defiendan los intereses de los trabajadores y el pueblo de México, puesta al servicio de desarrollar una estrategia de independencia de clase frente a la burguesía y sus instituciones. Hacia allí iremos.

El argumento que está en el centro de estos debates, es la idea de que el voto nulo o la abstención no fortalecen al Morena de AMLO, quien sería para ellos la alternativa a los partidos tradicionales del régimen político o en su defecto, a quien habría que apoyar mediante la promoción del “voto útil” contra el PRI.

Una reedición de lo hecho antes -en relación al “democrático” PRD-, y tan común en nuestros países latinoamericanos: de que quienes no van con los llamados antineoliberales o progresistas- sean opositores como en México, u “oficialistas” como en Argentina, Uruguay o Chile, le hacen el juego a la derecha. Y esto solo puede concluir en palabras como las que dice Rodríguez Araujo, “más grave es que quienes proponen la abstención y/o el voto nulo se digan de izquierda. ¿Para dejarles el poder, sin oposición, a las derechas? No le veo lógica”.

Posibilismo para no cambiar nada…

Evidentemente, la crítica que Rodríguez Araujo lanza está dirigida no sólo a la izquierda, sino también a los padres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa que llaman a no participar y/o boicotear las elecciones, a las madres que el 8/3 se pronunciaron contra las elecciones incluyendo la anulación del voto, y al amplio crisol de organizaciones que hemos estado en la primera línea de la lucha por la aparición con vida desde octubre del 2014 y que proponemos -como hace el MTS- el repudio a las elecciones.

Argumentos de que, ante la derecha conservadora, la única alternativa válida es fortalecer a la oposición del Morena, deja de lado que el Morena -como ayer el PRD-, aunque critique parcialmente al PRI y los demás partidos, no representa en su programa ni en su política, una perspectiva que defienda los intereses de los trabajadores y los campesinos de México y que propicie una lucha que ponga en cuestión el dominio de los capitalistas y el imperialismo ni a las instituciones responsables de las desapariciones, los muertos y el saqueo. Su acercamiento a sectores empresariales y de la iglesia en los últimos años lo demuestra.

La historia de México -y Rodríguez Araujo debería saberlo por su pasado izquierdista- es la historia de la subordinación política del movimiento obrero y popular a los partidos y organizaciones de la burguesía, sean aquellos conservadores, o los que defienden el mantenimiento del orden capitalista limitándose a propugnar su “democratización”; este es el caso del PRD antes y del Morena ahora.

Anticipando argumentos que se han desatado en las redes -dichos especialmente por muchos ex marxistas que hoy están con López Obrador- esto no cambia por el hecho de que haya trabajadores y jóvenes que honestamente cifran en AMLO la resolución de sus aspiraciones ante la gran derechización del PRD.

Más bien, plantea una aguda contradicción entre estas aspiraciones y el hecho de que AMLO y la política del Morena no resolverán sus demandas. Por eso, las argumentaciones de intelectuales como Rodríguez Araujo solo favorecen esta sujeción de amplios sectores populares a dirigentes que son ajenos a sus intereses.

Ante eso, es fundamental entonces sostener una alternativa que luche frontalmente contra el régimen político y explicar pacientemente cómo debería expresarse esto el 7 de junio.

...O una campaña militante para continuar la lucha por los 43

Nuestro argumento es claro: desde el MTS, en estas circunstancias, donde este régimen asesino está claramente desprestigiado; cuando millones se manifestaron durante meses contra el PRI, el PAN y el PRD -movilizaciones en las que AMLO se cuidó mucho de participar-; cuando está evidenciado el tramposo y antidemocrático Instituto Nacional Electoral, y cuando no existen alternativas políticas con registro como partido político que defiendan una perspectiva clara y radical en contra de las instituciones del régimen y en favor de los intereses obreros y populares, de lo que se trata es de impulsar un gran movimiento por la anulación del voto que contribuya a la deslegitimación del gobierno y el régimen político.

No tenemos una posición testimonial: proponemos una campaña militante, amplia y unitaria para expresar que hay una postura alternativa, para repudiar este régimen asesino e irreformable y su farsa electoral, y para llamar a los millones que salieron a las calles a continuar la lucha tanto en las movilizaciones como el próximo 7 de junio.

No estamos en contra, por principios, de participar en los procesos electorales promoviendo candidaturas que defiendan un programa y una política al servicio de los trabajadores y el pueblo, pero consideramos que en las circunstancias planteadas previamente lo planteado es manifestar el repudio a la trampa electoral llamando a escribir en la boleta: ¡Nos faltan 43!

Al mismo tiempo que proponemos esto, consideramos válida y defendemos el derecho de los paterfamilias y otras organizaciones populares a repudiar las elecciones llamando a la no participación y otras formas de boicot.

Desde el MTS decimos que, si millones de trabajadores y jóvenes expresan su repudio escribiendo en la boleta electoral #Nosfaltan43, habremos avanzado un importante paso en fortalecer una perspectiva independiente a este régimen asesino del PRI-PAN-PRD.


Pablo Oprinari

Sociólogo y latinoamericanista (UNAM), coordinador de México en Llamas. Interpretaciones marxistas de la revolución y coautor de Juventud en las calles. Coordinador de Ideas de Izquierda México, columnista en La Izquierda Diario Mx e integrante del Movimiento de las y los Trabajadores Socialistas.

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