En el marco de la Audiencia Pública por el oleoducto y terminal Vaca Muerta en Río Negro, publicamos la columna de Ariel Slipak, Julia Gerlo y Guillermina French del Área de Investigación de FARN. Falta de transparencia en la audiencia y avance de un nuevo megaproyecto extractivista impulsado por el gobierno. A diez años del pacto con Chevrón bajo el kirchnerismo, a la medida de las petroleras.
Jueves 17 de agosto de 2023 10:00
Por Ariel Slipak, Julia Gerlo y Guillermina French, Área de Investigación de FARN.
El 28 de agosto se cumplen 10 años de aquél día en el cual la legislatura de Neuquén confirmaba el acuerdo entre YPF y Chevron, el cual habilitaba la explotación de hidrocarburos no convencionales en el área de Loma Campana, así comenzaba el avance de una forma de extracción extrema como el fracking en Argentina. Sin embargo, aquellos que lo respaldaron no tenían un conocimiento detallado de los términos del acuerdo en sí. Todo este proceso se llevó a cabo mientras la población era reprimida con violencia fuera del recinto.
Diez años después, similar es lo que está sucediendo con la construcción del Oleoducto Vaca Muerta Sur en el golfo San Matías. El próximo 17 de agosto se realizará una audiencia pública en Sierra Grande, Río Negro, mediante la cual las autoridades provinciales pretenden que se imponga la aprobación de la construcción del oleoducto y una terminal petrolera. La audiencia parece más bien un paso administrativo para dar comienzo al proyecto que una instancia de participación genuina.
Promesas sobre el bidet
Recordemos que entre 2012 y 2013 los impulsores de la explotación de la formación de Vaca Muerta mediante el fracking prometían autoabastecimiento, soberanía energética, desarrollo tecnológico, salida de la pobreza para Neuquén, resolución de la falta recurrente de dólares en Argentina. Pero, lo cierto es que el sector energético no sólo no contribuyó a la resolución de la restricción externa de divisas, sino que la profundizó, siendo las empresas que operan en Vaca Muerta algunas de las principales en explicar la salida de dólares de la Argentina. Estas firmas cuentan con mecanismos de relacionamiento con sus casas matrices que les permite más bien fugar divisas, por lo cual “las cuentas no dan. Otro aspecto relevante es que la, la realidad socioeconómica neuquina dista de haber mejorado. De hecho, menos de un 30% de la población del propio pueblo de Añelo cuenta con servicios básicos.
Diez años después las promesas del oleoducto son exactamente las mismas, con el agregado de que ahora Vaca Muerta viene a ser “clave para la transición energética”. Algo paradójico para un proyecto que tan sólo transportará crudo.
Oleoducto: trámite exprés, irregularidades y falta de transparencia
El 9 de septiembre de 2022, la Legislatura Rionegrina, a puertas cerradas y en tiempo record, aprobó la sanción de la ley N° 5.594. Esta ley, reforma la anterior Ley N° 3.308, que tenía un amplio apoyo popular y otorgaba una protección específica al Golfo San Matías por poseer características ecológicas, naturales y socioeconómicas únicas en el mundo, y levanta la prohibición de instalación de gasoductos u otros ductos para el transporte de hidrocarburos y sus derivados, las cuales constituyen actividades altamente contaminantes que pondrían en riesgo a toda la biodiversidad circundante. Esta reforma, realizada para permitir la construcción del oleoducto, implica la vulneración del principio de no regresión previsto en el Acuerdo de Escazú ratificado por la Ley 27.566.
En este sentido, la audiencia convocada para el 17 de agosto en Sierra Grande para analizar el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto del Oleoducto y la Terminal Vaca Muerta Sur, presentados por la empresa YPF, vulnera el Acuerdo de Escazú al limitar fuertemente el derecho de acceso a la participación pública en asuntos ambientales y obstaculizar el debate integral y robusto que amerita los impactos ambientales de este proyecto. Hay una fuerte oposición por parte de movimientos ambientalistas, vecinos y las comunidades mapuches tehuelches de la zona justamente por las restricciones que enfrentan en el acceso a la audiencia y a la documentación presentada por YPF en torno al estudio de impacto ambiental, las cuales vician el proceso democrático.
El EIA presentado por la empresa proponente es un documento escaneado de más de 4.200 páginas poco legibles y de difícil acceso, dada las dificultades asociadas a su descarga online. Además, la participación en la audiencia, que será presencial en la ciudad de Sierra Grande, ha sido restringida exclusivamente a personas con residencia en Río Negro cuando este megaproyecto incluye a los territorios de Neuquén, Río Negro y Chubut y sus impactos repercutirían también en otras provincias en caso de accidentes, derrames y siniestros.
Dicho estudio, se enfoca en los impactos puntuales sobre el área de posible afectación portuaria, desconociendo que existe una fuerte conectividad entre el Golfo San Matías, el Golfo San José y el Golfo Nuevo (estos dos últimos forman parte de la Península Valdés), dada principalmente por las corrientes marinas.
En definitiva, lo que se pone de manifiesto son los mecanismos poco transparentes, el limitado acceso a la información y la participación con una baja institucionalidad democrática y un atroz avasallamiento a los derechos de las comunidades para avanzar con un proyecto en pos de favorecer intereses de unos pocos profundizando el extractivismo.
Daño a la biodiversidad
Las costas del Golfo San Matías y hasta la Península Valdés son importantes enclaves de biodiversidad.
El Golfo San Matías, en conjunto al Golfo San José y el Golfo Nuevo (estos dos últimos forman parte de la Península Valdés), conforman una biorregión, llamada Golfos Norpatagónicos, y puede ser considerada una unidad ecológica independiente por su configuración, que limita el intercambio con aguas exteriores y le confiere características distintivas de su entorno.
Esta biorregión se destaca por su gran biodiversidad, en la que se incluyen diferentes especies de aves y mamíferos marinos que se alimentan y/o reproducen en los golfos, como la ballena franca austral, el elefante marino del sur, el lobo marino de un pelo sudamericano, el pingüino de Magallanes, cormoranes, orcas, delfín común, delfín oscuro, y aves playeras, un gran número de especies de condrictios, entre muchas otras.
El avance de dicho proyecto impactará de forma negativa en toda su biodiversidad, como consecuencia de los potenciales derrames de hidrocarburos y el incremento del tráfico marítimo, que generará un cambio en el paisaje acústico del área (por ruido antrópico) y el aumento en la probabilidad de colisiones con las diversas especies.
Además, dicho proyecto tendrá impactos negativos directos sobre los ecosistemas de varias reservas naturales como: Parque Nacional Islote Lobos, Área Natural Protegida y Patrimonio Natural de la Humanidad Península Valdés, Reserva Caleta de Los Loros.
Cabe resaltar que la Península Valdés fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999 basándose en el siguiente criterio: "Contiene los hábitats naturales más importantes y significativos para la conservación in situ de la diversidad biológica, incluidos los que contienen especies Amenazadas de Valor Universal Excepcional desde el punto de vista de la ciencia o de la conservación" (Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO, 1999).
Un proyecto antieconómico
Los fósiles no son rentables, Vaca Muerta no es rentable. La extracción es cara, la vida útil de los pozos es corta, entonces tienen que fracturar de manera permanente, esto requiere usar grandes cantidades de agua, arenas y químicos todo el tiempo, la contaminación es terrible, pero además las empresas no van a pérdida porque tienen un montón de subsidios económicos y acceso a dólares más baratos que terminan por ser subsidiados también por todo el pueblo argentino.
La explotación de Vaca muerta solo puede ser sostenida mediante subsidios estatales a las empresas y por financiamiento que brindan diferentes instituciones internacionales, que, en definitiva, buscan seguir perpetuando un modelo de negocio para unos pocos ganadores y retrasan la acción climática y la necesaria reducción del uso de combustibles fósiles en línea con las recomendaciones del último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).
Fernando Cabrera, coordinador del Observatorio Petrolero Sur, explicó en su artículo en la revista Pulso Ambiental que si bien un pozo de fracking tiene un alto rendimiento en los primeros meses de su explotación, al año ya rinde la mitad y la caída continúa en forma drástica. Entonces, los resultados exitosos se sostienen únicamente a fuerza de perforaciones y fracturas permanentes.
Además, el proyecto del oleoducto en particular implica un riesgo muy grande sobre la destrucción de los puestos de trabajo en las comunidades costeras locales que viven del turismo y la pesca por la contaminación por los potenciales derrames de petróleo y la actividad costera de buques petroleros en el puerto.
Reflexiones finales
Más allá de los aspectos económicos mencionados, el argumento principal ante el proyecto no debe ser este. La biodiversidad, la calidad de vida de la población, la cultura local son en sí mismos los argumentos más valiosos, pero aún así todo esto se plantea en nombre de supuestos beneficios económicos que de hecho son falsos.
La construcción del oleoducto y la terminal petrolera para Vaca Muerta se intenta llevar adelante con un conjunto de irregularidades existentes en torno a la audiencia que cercenan la libre participación ciudadana y constituyen una acción más de degradación institucional y democrática. Esta situación nos hace reflexionar acerca del enorme trabajo que hay por delante en el plano institucional en pos de que no se continúe imponiendo el extractivismo y sin escuchar las voces de la ciudadanía que se expresan en defensa de un ambiente sano como el Golfo San Matías y la Península Valdés, patrimonio natural de la humanidad.