México vive una la campaña de violencia electoral que supera ya la de hace tres años. Cerca de 800 personas han sido atacadas o amenazadas en los últimos meses. Ante tal crecimiento, algunos partidos han decidido adaptarse al entorno violento.
Raúl Dosta @raul_dosta
Martes 1ro de junio de 2021
Así, Redes Sociales Progresistas (RSP) ha presentado un grupo de choque denominado “Mastines” asegurando que fue creado como respuesta a cinco ataques que sufrieron en las últimas semanas. Se trata de unos 150 tipos rapados y con poses de sicario, cuyo porte busca el amedrentamiento del ciudadano común y por ende intervenir en la emisión del voto, coercionando al votante en provecho de su partido o inhibiendo la presencia de votantes de otras fuerzas en el proceso electoral.
Admiten, sin embargo, que la creación del grupo de “autodefensa” puede terminar en actos de violencia extrema y advierten amenazantes que no permitirán la compra de votos el próximo 6 de junio: “Si te vemos dando despensas, te partimos la madre”.
“Estamos preparados para cualquier tipo de acción directa que se necesite. No somos generadores de violencia, vamos a ir a desarticular ilegalidades y si eso produce algún tipo de choque, estamos listos”
“Estamos preparados para cualquier tipo de acción directa que se necesite. No somos generadores de violencia, vamos a ir a desarticular ilegalidades y si eso produce algún tipo de choque, estamos listos”
declaró Pedro Pablo de Antuñano, presidente de dicho partido en Ciudad de México. “No vamos a permitir una agresión más, no nos asustan, no le tenemos miedo. La Constitución (sic) nos permite la autodefensa”, agrega.
“Este grupo no está diseñado para interactuar con la ciudadanía”, reconoce De Antuñano. Para no asustar a los votantes han decidido mantenerse alejados de las urnas, y en su lugar, salir en busca de los militantes de otros partidos. “Vamos a ir por los mapaches de Morena, del PRI, del PAN y el PRD”.
Hasta ahora, los “Mastines” se han organizado en tres grupos de 50 hombres cada uno para intervenir en Ciudad de México. Su plan es recorrer las calles de Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc, Coyoacán, Xochimilco, Tláhuac e e Iztapalapa. Aseguran que buscarán a quienes repartan despensas para acorralarlos hasta que llegue las autoridades. Pero si en el camino se encuentran a grupos de otros partidos habrá violencia: “no vamos a huir” dice de Antuñano.
Samuel García también amenaza con violentar
El candidato de Movimiento Ciudadano en Nuevo León hizo gala de una camisa en el cierre de campaña que decía “Defensa matona del voto”, lo cual desde ya amenaza a lo que se supone debe ser una jornada electoral pacífica para reproducir la democracia de los ricos.
Desde ya que los procesos electorales desde el priato hasta la fecha siempre han estado plagados de irregularidades y hechos violentos. En diversas ocasiones los sindicatos y organizaciones campesinas priistas han organizado grupos de choque para garantizar al PRI el triunfo.
Cuando esto no resultó, decidieron “apagar el sistema” suspendiendo el conteo de votos y atacando con un bazucazo a la casa del líder charro petrolero “La Quina” ─quien se salió del redil llamando a votar a un partido diferente al PRI y fue encarcelado con lujo de violencia─ para amedrentar al resto de quienes pudieran expresar su descontento, aprovechando la posible fisura del régimen tras la figura de Cuauhtémoc Cárdenas. Medio millar de activistas del cardenismo fueron asesinados en dicho proceso, la crisis electoral del ’88. Y los ejemplos son numerosos. En el proceso presidencial de 2018, se contabilizaron 747 actos de violencia que ya son superados por los cerca de 800 contabilizados hasta hoy.
“Democracia” descompuesta
También se puede considerar la ligazón con la delincuencia organizada en algunos casos y en otros los intentos de asegurarse el dominio sobre los funcionarios electos por los grandes grupos delictivos que asolan estados como Michoacán y Jalisco, recurriendo a todo tipo de violencia, misma que ya contabiliza 35 candidatos asesinados más algunos familiares, guardaespaldas, choferes y asistentes.
En el caso neolonés, Movimiento Ciudadano está conformando un grupo de 500 mujeres destinadas a vigilar las urnas para evitar “irregularidades”. Samuel García, con su lenguaje monotemático que lo caracteriza, dice que su objetivo de sus 500 “matonas” es hacer que López Obrador “se piense dos veces antes de seguir metiendo las manos en el estado que más pone, Nuevo León”.
Este tipo de políticas de amedrentamiento al votante en general no es más que la extensión de la política agresiva de los partidos desplazados en las urnas de julio 2018 y que, ante la desventajosa situación en que quedaron luego de esa elección, con un Morena preponderante y un AMLO con un elevado índice de aprobación, vienen tratando de minar día a día el respaldo popular al presidente, más allá de que en lo general su política hacia las masas también le resta un poco de aprobación ─la medidas “progresivas” como el aumento salarial y ayudas a los mayores de 65, son poca cosa ante los ataques de la “austeridad republicana”, con miles de despidos y precarización, legalizando el outsorcing, etc.─ enrareciendo el clima electoral.
Y son estos partiditos “satélites”, al parecer, los que intentan posicionarse, garantizando el trabajo sucio que el PRI y PAN le cuesta mucho trabajo hacer. Unidos todos por romper el encanto de Morena y AMLO que ejerce sobre las masas mexicanas, y preparándose y adelantando lo que sería el escenario del 2024, no escatiman esfuerzos en utilizar la propaganda mediática para amedrentar el voto morenista.
Los trabajadores del campo y la ciudad no deben apoyar este tipo de medidas propias de un régimen en el que la burguesía pro-imperialista recurre a todas las lacras partidarias a su disposición para hacerse de un nuevo tipo de gobierno, sin AMLO y sus seguidores que, aunque no difieren mucho de los PRI-PAN-PRD, representan un obstáculo para continuar la entrega del país al ritmo que se venía ejerciendo.
Los de abajo tenemos que reagruparnos en nuestras propias filas para enfrentar los planes del gobierno de AMLO con retórica “progresista” y de la derecha conservadora. La “democracia de los ricos” nos muestra su peor cara y es cuando tenemos que olvidarnos definitivamente de sus jornadas para elegir a quien nos apretará el pescuezo en un próximo período. Peor aún cuandoel INE se encarga de evitar que cualquier opción surgida desde los trabajadores del campo y la ciudad llegue a tener representación en su circo electoral.
Luchar para organizarnos independientemente de esos partidos que no nos representan al mismo tiempo que nos organizamos para recuperar nuestras organizaciones obreras e ir construyendo nuestra propia opción partidaria de clase. No hay de otra.