Para este 11 de abril, la CUT y la Confech, dirigidas por partidos de gobierno, entre otras organizaciones, elaboraron un documento titulado “Manifiesto Social” y se subtitula “Primer paro nacional activo”, aunque ya veremos que no organizaron un paro ni mucho menos uno activo.
Jueves 11 de abril
Este llamado se da en un escenario donde se viene mostrando un mayor descontento desde abajo, con movilizaciones de los trabajadores de Huachipato por ejemplo, con pobladores de las tomas de terreno también movilizándose, con el proceso abierto en el movimiento educativo de Antofagasta por la muerte de la profesora Katherine Yoma, movilizaciones de trabajadoras de la JUNJI, entre otras luchas. Aunque la CUT o la Confech haga un manifiesto entre cuatro paredes y no organice un paro, este se muestra necesario para unir estos procesos de lucha que vienen entrando a escena. Tenemos que organizar un paro activo de manera independiente al gobierno y el movimiento estudiantil debe buscar también la unidad con estos sectores de trabajadores que se vienen movilizando.
En este manifiesto indican una serie de demandas ligadas a derechos sociales como educación, salud, o el aumento del sueldo mínimo. Apuntan a la derecha, por oponerse a las “reformas que Chile demanda y solicita”. Sin embargo, a más de 2 años de iniciado el gobierno de Boric, su programa sigue incumplido y cada vez son más los casos en los que lo vemos ceder a la derecha en el programa y en la aplicación de políticas represivas. Ha decepcionado una y otra vez a sus electores.
¿Cuáles son esas “reformas que Chile demanda y solicita” que plantean en el manifiesto?
En el manifiesto se mencionan demandas planteadas en la rebelión, incluyendo demandas históricas del movimiento estudiantil, como la condonación del CAE o la gratuidad en la educación, pero lo que exigen concretamente en este punto, el sexto del manifiesto, es otra cosa: "una vida digna, un mayor financiamiento a la educación pública, una educación de calidad para todes, un fortalecimiento real a la Educación pública, una educación no sexista, y una educación sexual integral para todas y todes".
Al igual que las dirigencias de la actual Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, con la consigna general de “nuevo sistema de financiamiento”, en el manifiesto, se habla de un “fortalecimiento real a la Educación pública”, otra consigna general, sin exigir concretamente la gratuidad en la educación o la condonación del CAE. Este movimiento de mencionar demandas populares por un lado, mientras que por el otro exigir cosas generales, solo tiene por objetivo confundir las demandas genuinas como la gratuidad con la exigencia general de “mayor financiamiento” y “fortalecimiento real” de la educación pública. Así, sin exigir esas políticas concretas, se cuidan de poner en aprietos a su propio gobierno.
El manifiesto además incorpora una política directamente reaccionaria en el marco de una permanente campaña de la derecha para fortalecer una agenda securitaria e instalar en la opinión pública una imagen distorsionada de la delincuencia, con el objetivo de dividir a la población por miedo al otro y por ese medio poder justificar la necesidad de fortalecer el aparato represivo del Estado.
Si estas organizaciones firmantes del “Manifiesto Social” pueden incluir puntos como este es justamente porque no hay ni un paro, ni mucho menos un paro activo. El manifiesto fue escrito entre cuatro paredes por las dirigencias de estos organismos, sin asambleas de base, es decir, una convocatoria a movilización para que políticamente que solo les sirva para que, en sus cabezas, el gobierno pueda negociar mejor los términos con la derecha.
La FECh, con Catalina Lufin (PC) a la cabeza de la federación y en general dirigida por los partidos de gobierno, hacen lo suyo dentro de la Universidad de Chile con asambleas que fueron convocadas prácticamente a una semana de un supuesto “paro activo”, sin una discusión profunda sobre la política presentada en este “Manifiesto Social” y que supuestamente representarían al estudiantado que se movilice. Se sigue confirmando que hacen de la federación estudiantil una sucursal del gobierno, que solo plantea movilizaciones de estudiantes vaciados de discusión política. Y la Confech terminó prestando la firma del manifiesto sin que el estudiantado haya discutido levantar esa política y cederle también puntos a la derecha.
En lugar de esto, las federaciones estudiantiles deberían estar discutiendo, desde asambleas de base, un pliego unificado de demandas para conquistar derechos sociales en educación, salud, vivienda, trabajo, etc. en conjunto con los otros estamentos: funcionarios y académicos. Solo así es posible, no solo pensar un verdadero paro activo, sino que también una política de lo que es realmente necesario y por la que movilizarse. No para servir de base de maniobra para que el gobierno negocie con la derecha, sino que para imponer nuestra agenda, en lugar de la agenda que el mismo gobierno le cede cada día a la derecha.
Marchemos este 11 de abril, pero no en apoyo a un “Manifiesto social” escrito entre cuatro paredes, sino que con una política independiente en unidad con los trabajadores. No + AFP, derecho a salud y vivienda, educación gratuita financiada por el Estado, sueldo mínimo de $750.000 y que aumente con la inflación. Pero debemos por sobre todo potenciar la auto organización, las asambleas de base y movilizarnos independientes al gobierno, recuperar la organización estudiantil para el movimiento estudiantil.