El secreto está en los despidos, (destruyendo un 40% del empleo desde 2007), en las facilidades del Gobierno con el escudo social (como los avales del ICO), y en el cobro de comisiones (un beneficio de 2,3 millones de euros por hora).
Viernes 5 de febrero de 2021
La banca del Ibex ha ganado, sólo en España, 3.141 millones de euros en 2020. Sin siquiera tener pérdidas planean importantes despidos. Mediante los recortes de personal y el cierre de oficinas el año pasado los seis grandes bancos ganaron 5.013 millones de euros, 2.317 de ellos en España. Se calcula en torno a 1.700 los puestos de trabajo destruidos por la banca en el Estado español a lo largo del año 2020.
Sin embargo, hay que añadir otros, como los que se esperan debido a la digitalización, y los que tendrán lugar como consecuencia de las fusiones de CaixaBank y Bankia, y la de Unicaja y Liberbank. Santander y Sabadell ya han anunciado además expedientes de regulación de empleo (ERES) que se ejecutarán, probablemente, en 2021. A lo largo del 2020 los cinco principales grupos han cerrado más de 769 sucursales.
Sin embargo, a lo largo del 2020 el margen neto de Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter, esto es, la diferencia entre sus ingresos y sus gastos de explotación, ha subido 6,8% en el último ejercicio, al pasar de 12.656 a 13.521 millones de euros (Comisión Nacional del Mercado de Valores).
La banca gana 55 millones de euros diarios (2,3 millones de euros por hora) en comisiones a clientes, pequeños autónomos y empresas.
El negocio de la banca mejora en plena pandemia, la cual gana 55 millones de euros diarios (2,3 millones de euros por hora) en comisiones a clientes, pequeños autónomos y empresas. Si se miran los números sobre el papel aparecen en rojo, pero debido al pinchazo de BBVA en EEUU y un recálculo a la baja de los activos fiscales diferidos del Santander. Sin esos ajustes, que falsean la imagen, las ganancias son superiores al año 2019, antes de la pandemia, alcanzando los 20.266 millones de euros en comisiones cobradas a sus clientes. Esto se debe, en primer lugar, a la subida de los precios en el cobro de servicios a los clientes, las comisiones.
Las ayudas del Estado a empresas y autónomos en forma de avales y líneas de crédito han sido dejadas en manos de las entidades financieras, lo que supone un rescate en toda la línea a la banca disfrazada de “política social”.
Otro pilar fundamental han sido las facilidades y ayudas del Estado. Las ayudas del Estado a empresas y autónomos en forma de avales y líneas de crédito, respaldadas por el ICO (Instituto de Crédito Oficial) y el CESCE, han sido dejadas en manos de las entidades financieras, esto supone un rescate en toda la línea a la banca mediante esta política del “escudo social”, que está siendo empleada para sanear sus cuentas. Durante el año pasado, gracias a los avales de ICO, el margen de intereses para la banca fue superior a los 60.000 millones de euros.
Desde 2007 la banca ha destruido un 40% de sus puestos de trabajo. Más de dos terceras partes de los despidos, 68.914 empleos, sobre un total de 93.998, se concentraron en los cuatro grupos más grandes: Santander, BBVA, CaixaBank y Bankia (según la Federación de Servicios de CCOO). De este modo el total de trabajadores en la banca se quedó 181.575. También cerraron más de una de cada cuatro sucursales (7.876 de 32.073).
Si bien nunca se pueden olvidar los 56.000 millones del rescate de 2007, ahora hay que sumarle nuevas ayudas del Estado, nuevos despidos y nuevas fusiones. Según datos del Banco Central Europeo (BCE), las cinco primeras monopolizan el 68,5% del mercado por activos. Antes de que se desencadenara la crisis, en 2007, controlaban el 41%.
Este proceso de concentración y enriquecimiento de la banca en un contexto de crisis y pandemia sin precedentes. Un proceso que ha sido posible gracias al plan de rescate millonario a las grandes empresas y la banca puesto en marcha por el gobierno de coalición PSOE-Podemos desde marzo, un plan de una magnitud superior al aprobado en la crisis del 2008. Algo que contrata con los despidos, el empobrecimiento de los trabajadores, y la ruina de familias y pequeños autónomos.
Se trata de hacer pagar la crisis a los trabajadores y la mayoría social de nuevo. Es por eso que es necesario luchar por un programa para que estas crisis la paguen los capitalistas y no el pueblo trabajador. Pelear contra el salvataje millonario de empresas y bancos que nuevamente hipoteca nuestro futuro y pagaremos los trabajadores y sectores populares decretado por el gobierno de coalición PSOE-Podemos. Así como por la nacionalización bajo control obrero de la banca -que aún debe 40.000 millones del rescate de 2008-. También por imponer impuestos especiales a las grandes fortunas para poder empezar a reforzar la sanidad pública, terminar con la pobreza energética, el desempleo y el sufrimiento de millones de personas que hoy sufren las consecuencias de esta crisis.