Sus pares se deshicieron en elogios para con el expresidente fallecido hace diez días. Además asumió su reemplazante, Ricardo Guerra.
Miércoles 24 de febrero de 2021 21:37
Este miércoles, la Cámara de Senadores le rindió homenaje a Carlos Menem a diez días de su muerte. En la sesión estuvieron su hija Zulemita y su exsecretario Ramón Hernández, que fueron espectadores desde uno de los palcos del recinto.
En primer lugar hablaron los tres senadores por La Rioja, que sin ningún tipo de grieta dijeron maravillas sobre el expresidente.
“Para los riojanos es un orgullo que un hombre nacido, criado y formado en nuestra tierra haya sido honrado con el voto popular como presidente de la República en dos ocasiones y en tres como gobernador de La Rioja, además de senador nacional”, planteó Ricardo Guerra, quien asumió en la banca que quedó vacante tras la muerte del lider peronista de los 90.
Además, Guerra destacó la "fuerte convicción" de Menem por "la democracia como estilo de vida". Sin palabras.
Clara Vega, del Interbloque Parlamentario Federal, reivindicó a Menem como “el último caudillo carismático de la política argentina”. Además dijo que el riojano "Soñó con una Argentina grande, inserta en el mundo, e hizo todo lo que estuvo a su alcance para lograrlo". Pareciera que no hablara del presidente del período más entreguista de la historia reciente del país.
El tercer senador por La Rioja, el radical Julio Martínez, coincidió en que Menem fue “una persona de un carisma y una sensibilidad inigualables".
Pero además de los representantes de su provincia, también tomó la palabra Adolfo Rodríguez Saá, otro de los protagonistas de aquella época. "Se destacó como un gran estadista y un hombre de diálogo. Logró el Pacto de Olivos, se reconcilió con viejos adversarios y conmovió al peronismo cuando visitó a un viejo adversario como el almirante Isaac Rojas".
Nada más y nada menos que la reivindicación de los hitos más oscuros de la historia del riojano, cuando se reconcilió con los golpistas de la fusiladora y le dio los indultos a los genocidas de la última dictadura. Además planteó que el expresidente "mostró aquel día la necesidad de que, más allá de las discrepancias, había que poner a la Argentina por encima de las pasiones". Alguien que le avise que se trató de un plan sistemático de exterminio de una generación obrera y popular, que Menem intentó que quede impune, no de simples "pasiones".
Tras los discursos, los senadores realizaron un minuto de silencio. Pero Menem vive en el legado de esa política entreguista y de sometimiento a las potencias imperialistas, que al día de hoy sigue intacta.