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Red Internacional
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ETIMOLOGIA. Origen de la palabra "celo"

Domingo 13 de noviembre de 2016

“Que no se atreva nadie a mirarte con ansias
Y que conserven todos respetable distancia
Porque mi pobre alma se retuerce de celos
Y no quiere que nadie respire de tu aliento.

Porque siendo tu dueño no me importa más nada
Que verte solo mía, mi propiedad privada…”

Según la Real Academia Española:

celo

1. m. Cuidado, diligencia, esmero que alguien pone al hacer algo.
2. m. Interés extremado y activo que alguien siente por una causa o por una persona.
3. m. Envidia del bien ajeno, o recelo de que el propio o pretendido llegue a ser alcanzado por otra persona. U. m. en pl.
7. m. pl. Sospecha, inquietud y recelo de que la persona amada haya mudado o mude su cariño, poniéndolo en otra.
dar celos alguien a otra persona

1. loc. verb. Darle motivo para que los sienta.
1. loc. verb. Hacerle cargo de haber puesto su cariño en otra.

Dice Ivonne Bordelois en su libro “Etimología de las pasiones”:

“En cuanto a los celos, el origen indoeuropeo de esta palabra es incierto. Al parecer, se trata solo de una de las muchas derivaciones de algunas raíces indoeuropeas tales como*kel uno de cuyos sentidos es cubrir, proteger, mantener secreto, ocultar, de donde deriva el latín celare; cella es capilla, granero y también celda.
En latín tardío zelo significa amar, adorar, envidiar, celar, y zelus es celo, emulación, envidia. (…)

Celare es mantener secreto, ocultar, cubrir, mantener en la ignorancia, ocultar una cosa a alguien. (…)

En griego zeo es hervir y zelos significa ebullición, ardor. (…)

El celoso es a la vez fiel y paranoico. En inglés zealous quiere decir ferviente, fervorosamente atada al cumplimiento del deber. (…) Celo significa ahínco, deseo.
Las celosías (persianas que ocultan a las mujeres) vienen de los celos; significan el encierro, tras la ventana enrejada, del objeto de los celos. (…)

Como en el entramado sutil de las celosías, los significados de esta palabra, se trenzan y se multiplican. El que cela se oculta, sospecha persigue velozmente, está devorado por el ardor hacia el objeto de su amor o su ambición y rivaliza con quienes compiten con él para obtenerlo.

Mientras el envidioso desea algo que no posee, el celoso teme ser despojado de aquello que cree poseer. El celoso, como ya se ha dicho, es un típico obsesivo”.

El capitalismo y el patriarcado confunden deliberadamente amar con tener, poseer. Y para seguir poseyendo, hay que encerrarlo en una celda.

Cuántas mujeres escucharon el bolero de Rosamel Araya y creyeron que ésa era la máxima expresión del amor, hasta que después de muchos golpes, él se justifica y dice: La maté porque era mía.