De diccionarios, acepciones, etimologías e ideologías.
Domingo 27 de noviembre de 2016
“La cucaracha, la cucaracha
Ya no quiere caminar; porque le falta
porque le falta
marihuana que fumar.”
Dice la Real Academia Española:
marihuana
Tb. mariguana.
1. f. cáñamo índico.
2. f. Producto elaborado a partir del cáñamo índico, que, al ser fumado, produce efectos eufóricos o narcóticos.
Lo raro es que no dice nada de su etimología… ¿por qué será?
Una posible versión de esta palabra, con el popular nombre de marijuana re relacionaría con el hecho de que las curanderas y yerberas se llamaban siempre Marías o Juanas y utilizaban la planta del cannabis (como aún se sigue haciendo) con fines medicinales.
Pero otra versión ubica al posible origen procediendo del náhuatl: “malli” que quiere decir hierba que se enrosca o hierba para tejer y “huana” que se asocia a “thauhani” y significa “borracho” y “alterado en cuerpo y mente”.
La lengua náhuatl provenía de la familia uto-azteca hablada por los pobladores de los actuales estados de Nevada, Colorado y Utah en Estados Unidos. Luego se fue extendiendo a las regiones montañosas y escarpadas del oeste y norte de Jalisco (México) y entre los siglos III y VII d.C. ocuparon una importante área de Mesoamérica, en ese momento en pleno auge urbano y ceremonial.
En su plenitud, el náhuatl fue la lengua franca de la comunicación por excelencia entre los pueblos sojuzgados, administrados y tributarios de México, Tenochtitlán; por lo que numerosos grupos abandonaron sus lenguas maternas para adoptar el náhuatl.
El nombre original de la marihuana es cáñamo y viene de cannabum, forma vulgar del nombre clásico que es cannabis, que viene del griego y a su vez del tracio.
El cultivo del cáñamo es muy anterior a la colonización de América, se remonta hacia el año 4000 a.C. en la Mesopotamia (hoy Irak, Irán y Kuwait). En esas épocas se afirmaba que el cáñamo en exceso hacía ver monstruos, pero si era usado por un tiempo prolongado podía lograr que quien lo consumiera se pudiera comunicar con los espíritus. En la antigua India se le dotaba al cannabis de propiedades como proporcionar a quien la consumía poder espiritual y cercanía con la verdad, además de que servía para rendir culto al dios Shiva.
Es Cristóbal Colón, quien nos trae los primeros productos derivados de esta planta: 20 toneladas entre velas, redes, cuerdas, etc. Más tarde, Hernán Cortés, conquistador de los aztecas, pide que traigan cáñamo a la Nueva España.
Y en 1530 Pedro Cuadrado de Alcalá trae las primeras semillas de cáñamo a la ciudad de México y la Segunda Real Audiencia autoriza la siembra del cáñamo para fines de la industria textil.
Las culturas prehispánicas -que conocían desde tiempos ancestrales muchas plantas, así como sus usos y propiedades tanto curativas, alucinógenas y adivinatorias-, seguramente adoptaron al cannabis como una más de sus plantas sagradas y fue en ese entonces cuando adoptó el nombre de marihuana.
Su uso se fue extendiendo con el correr del tiempo y ya en 1902, José Guadalupe Posadas crea el primer personaje de historieta en México, Don Chepito Marihuano, un viejo de condición humilde que siempre se metía en problemas (aunque la cultura oficial mitifica a Posada sólo por su Catrina garbancera: una calavera que quiere pasar por rica cuando es una pobre sirvienta de españoles.)
Durante la Revolución mexicana es tolerada y extendida la costumbre de fumar marihuana y no es casualidad que uno de los corridos más conocidos de ésa época fuese “La cucaracha”.
Derrotada la revolución fue prohibida definitivamente para dar curso al negociado ilegal que hoy manejan (en casi todo el mundo) los aparatos estatales que hipócritamente la prohíben para venderla luego por el canal paralelo, y la misma policía que la reparte con los narcos mete en cana a un pibe por fumar un porro en una esquina.
Mientras seguimos peleando por una ley que no sólo permita importar el aceite de cannabis y pedimos la amnistía para todos los procesados por cultivar esta planta que nos trajo Colón -junto con el sarampión, el vino y la pólvora-, bailemos con Lalo Guerrero el Marihuana boogie.
¡Y basta de hipocresía! La planta que los náhuatl supieron utilizar por sus propiedades curativas, hoy es necesaria para tantos pacientes con distintas enfermedades graves y si no despenalizamos el auto cultivo pasaremos del negocio ilegal al negocio legal de los laboratorios de siempre.