×
×
Red Internacional
lid bot

TOMAS Y DESALOJOS. ¿Orrego o Hinzpeter?

El Intendente DC de Santiago, Claudio Orrego, se parece cada vez más al ex ministro del Interior Hinzpeter del Gobierno de Piñera, con su anuncio de querellas contra los apoderados de los estudiantes desalojados de sus tomas, medio de lucha conquistado desde el 2006.

Nicolás Miranda Comité de Redacción

Miércoles 15 de junio de 2016

Nueva Mayoría cada vez más parecida a la Derecha

Tras los desalojos en Santiago al Instituto Nacional Barros Arana (INBA), el Liceo 1 y el Liceo Darío Salas, fuertemente represivos, incluso un Carabinero ingresó al INBA con la pistola desenfundada, el Gobierno lanzó una campaña criminalizadora.

La alcaldesa PPD de Santiago, Carolina Toha, dijo que "no hay forma de tratar una toma que no sea por el desalojo", con la fuerza represiva de Carabineros.

La presidenta PS Bachelet trató a los estudiantes en toma de “vándalos” y agregó que “vamos a aplicar contra ellos toda la fuerza de la ley, porque eso es lo que nos pide toda la sociedad".

El Intendente DC de Santiago anunció que presentará querellas contra los apoderados de los estudiantes.

Se parecen cada vez más a la derecha.

El 2011, el ex ministro del Interior de Piñera, Rodrigo Hinzpeter, presentó un proyecto de ley primero conocido como “ley anti-tomas”, después como “ley Hinzpeter” que sancionaba las tomas, a los "capuchas", a los cortes de calles y caminos, y a todo tipo de manifestación, entre otros ataques, que finalmente no pasaron.

Atacaba derechos básicos como el de reunión y manifestación. Y se trataba, y se trata todavía, de una abierta persecución política, que no solo hermana a la Nueva Mayoría con la Derecha, sino que son políticas propias de la Dictadura.

Sin presentar un proyecto de ley, ahora el Gobierno de la Nueva Mayoría hace lo mismo mediante querellas judiciales.

Hubo también anteriores intentos de querellas, que generaron amplio debate. Muchas veces los jueces admitían que se trataban de acciones “políticas” no delictuales. Los querellantes aducen la defensa de “la propiedad”, sea pública o privada.

Pero, hay algo más.

Una reveladora renuncia: una relación de fuerzas en disputa

Fue noticia la renuncia de Mónica Espina, Directora de Educación de la Municipalidad de Santiago. Una renuncia por derecha, explicando que rechazaba la tardanza en proceder a los desalojos, que la alcaldesa habría solicitado tempranamente, apenas iniciadas las tomas.

Pero, pasó disimulado el desarrollo de su explicación. La renunciada funcionaria agregó que le resultó imposible llegar a un acuerdo dentro de las comunidades escolares. ¿Por qué? Porque “hay una fuerte tensión y una gran dificultad de nosotros como adultos y educadores de establecer nuestro rol de autoridad, muchas veces nos vemos sobrepasados con todo lo que ocurre al interior de las comunidades, y tenemos miedo a tomar decisiones y ser activo en ellas, por no ser acusados de autoritarios, de romper los movimientos sociales”.

¿Qué explica este “temor” a no “romper los movimientos sociales”? Que los estudiantes tienen legitimidad. Que tienen apoyo, aunque sea pasivo de sectores de “la comunidad escolar”, padres y profesores.

Expresan una relación de fuerzas en disputa: ni del todo a favor del Gobierno y los empresarios de la educación, ni del todo a favor de los estudiantes.

Hay que agregar dos elementos. Uno, una nueva mentira del Gobierno. Toha dijo que intentó el diálogo y no le resultó. Lo cierto es que no hubo diálogo: el Gobierno presentará un proyecto de ley que nadie conoce, que de lo que se conoce no hay nada o casi nada de las demandas estudiantiles.

El otro, que las tomas son una conquista asentada de la lucha estudiantil, y más allá.

Las tomas: la conquista de un método de lucha

Las tomas no son un fin en sí mismo. Son un método de lucha. Y un derecho que se conquistó, ante la intransigencia del Gobierno, el Parlamento con su cocina, y todos los partidos del régimen.

Una respuesta a un régimen anacrónico, que conserva las principales herencias de la dictadura, como la educación de mercado, que el movimiento estudiantil cuestiona. Un régimen debilitado, que recurre a la represión sin obtener el favor de casi nadie.

Las tomas son expresión de la fuerza estudiantil, en este caso, porque también los trabajadores recurren crecientemente a este método de lucha.

Las tomas son centro de organización desde la base. Allí se organizan las movilizaciones, se realizan talleres de formación, se discute, se comienza a militar.

Las tomas son una conquista del movimiento estudiantil, con un largo recorrido ya. Para recordar tres hitos.

El 2006, se iniciaron el 19 de mayo con la toma del Instituto Nacional que marcó el inicio de la “revolución pinguina”, y que alcanzó a más de 400 liceos tomados, y en su momento más alto, al menos la mitad de todos los liceos del país movilizados de algún modo.

El 2011, se retomó este método. Al comienzo de las movilizaciones ese año, a inicios de junio hubieron 16 Universidades y 3 liceos tomados, en pocas semanas, a fines de ese mes, alcanzó 34 Universidades y 500 liceos tomados.

El 2013, con el tomazo nuevamente se retomó este método de lucha. En marzo de ese año, en mayo había 3 liceos y 3 facultades tomadas, a inicios de junio ya eran 19 universidades y 26 liceos con 7.000 estudiantes movilizados, y a fines de ese mes, más de 100 Colegios y Universidades movilizados, con 80 liceos tomados y 18.000 estudiantes movilizados.

Este 2016, van 20 Universidades o Facultades tomadas y más de 50 liceos. Además de los que están en paro o movilizados de distintas maneras, como con las jornadas de reflexión; las movilizaciones nacionales masivas; las distintas manifestaciones callejeras territoriales que se suceden casi a diario.

En un año de definiciones para la lucha educacional para terminar con la educación de mercado, por la gratuidad y la estatización de los liceos, el Paro Nacional Indefinido, el Tomazo, y la Coordinación desde las bases, son las herramientas, métodos de lucha y de organización que legítimamente tienen los estudiantes y deben desplegar ante un Parlamento vendido a los empresarios.

Por eso ahora la Agrupación Combativa y Revolucionaria (ACR) responde que, ante cada desalojo, vendrán dos nuevas tomas.