Durante los años 2010 al 2012 se han reeditado algunos libros de Oscar Varsavsky, científico argentino de la década del 60’ y 70’. Promocionado por un sector del kirchnerismo y tildado de utópico por otro: ¿quién fue Oscar Varsavsky? Aportes y límites.
Sábado 10 de septiembre de 2016 16:43
En el año 2010 la editorial Capital Intelectual publicó Ciencia, política y cientificismo escrita por Oscar Varsavsky en 1969, pero con una advertencia en su prólogo de Pablo Kreimer:
"…algunas de las cuestiones que Oscar Varsavsky planteó […] son portadoras de un fuerte aroma de <época> que será nostálgico, condescendiente (como quien observa pecados de juventud) o algo anticuado, según donde se ubique el lector en el presente."
Ese mismo año el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCyT) publicó en formato digital Estilos Tecnológicos: Propuestas para la selección de tecnologías bajo racionalidad socialista, escrita por Varsavsky en 1974. En la presentación, la funcionaria, Ruth Ladenheim, intenta incorporar las ideas de aquel a los propósitos del ministerio:
"Considero que estos aportes, configuran claves irrenunciables en el actual contexto de integración regional dónde venimos siendo protagonistas de un proceso de autonomía en América Latina que enfrenta el desafío histórico de construir, sostener y defender un sendero de desarrollo que responda a las necesidades de nuestros pueblos."
Mientras Kreimer advierte que las ideas de Varsavsky pueden resultar nostálgicas y anticuadas, el Ministerio a cargo de Lino Barañao, que profundizó –con el gobierno kirchnerista y actualmente con el PRO– un modelo científico en beneficio de los grandes terratenientes y los monopolios extranjeros, elude su perspectiva por un cambio social y lo incorpora a su relato.
¿Quién fue Oscar Varsavsky?
Luego de terminar sus estudios secundarios en la escuela Normal Mariano Acosta, en 1939, ingresó a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Se doctoró en química pero desarrolló su carrera científica en matemática. Ingresó como investigador en el recién creado CONICET en 1958 y, algunos años después, trabajó junto a Manuel Sadosky en el Instituto de Cálculo de la Facultad. Con el golpe de Onganía se radicó algunos años en Venezuela y regresó a la Argentina en 1969, año en que comenzó a publicar sus ideas en varios libros y en la revista Ciencia nueva, publicación mensual entre los años 1970 a 1973, donde científicos argentinos y de otros países de Latinoamérica desarrollaban debates y publicaciones sobre ciencia y política científica. Varsavsky murió a la temprana edad de 56 años en 1976.
¿Cuáles son las “utópicas” ideas de Varsavsky?
Su primer libro, justamente Ciencia, política y cientificismo, fue publicado en 1969 y las ideas que desarrolla están embebidas en los acontecimientos políticos de la época: la Revolución cubana cumplía su décimo aniversario, la Unión Soviética se había convertido en una potencia económica pero, bajo la dirección de la burocracia estalinista que la encaminaba hacia la restauración capitalista, las condiciones de vida de los trabajadores estaban muy lejos de lo prometido; la aventura guerrillera del Che en Bolivia había llegado a su fin dos años atrás y en Argentina el Cordobazo iniciaba un ciclo de ascenso de las luchas obreras.
En Ciencia, política y cientificismo Varsavsky propone:
… objetivo de estas páginas: hacer un llamamiento a todos los científicos politizados para que se liberen del culto a una ciencia adaptada a las necesidades de este sistema social y dediquen su talento a preparar científicamente su reemplazo por un sistema nuevo, con una ciencia nueva. […] Hay científicos cuya sensibilidad política los lleva a rechazar el sistema social reinante en nuestro país y en toda Latinoamérica. Lo consideran irracional, suicida e injusto de forma y fondo; no creen que simples reformas o desarrollo puedan curar sus males, sino solo disimular sus síntomas más visibles. (p.23)
Y propone una tarea a los científicos a los que, en otras partes del texto, llama “rebeldes”:
… usar la ciencia para ayudar al cambio de sistema, tanto en la etapa de la lucha por el poder como en la de implementación –y definición concreta previa– del que lo va a sustituir. (p.24)
Varsavsky rechaza el sistema social de su época y asegura que no hay reformas ni desarrollo que puedan “curarlo”, la única salida es sustituirlo por un “sistema nuevo”. Estas ideas no parecerían estar en sintonía con el “modelo” –nacionalista burgués– del peronismo, y entonces surge la pregunta: ¿por qué el Ministerio de Lino Barañao promociona sus obras?
Las críticas de Varsavsky a la ciencia argentina
Los principales aportes de la obra de Varsavsky son: cuestionar los modos de hacer ciencia en Argentina y proponer una ciencia con un rol protagónico en la lucha por el cambio social. Para él la ciencia argentina o bien responde a los intereses de las grandes corporaciones extranjeras –cientificismo– o sostiene las desigualdades a nivel nacional –desarrollismo–.
Varsavsky define “cientificismo” de la siguiente manera:
Resumiendo, cientificista es el investigador que se ha adaptado a este mercado científico, que renuncia a preocuparse por el significado social de su actividad, desvinculándola de los problemas políticos, y se entrega de lleno a su carrera, aceptando para ella las normas y los valores de los grandes centros internacionales, concretados en un escalafón. (p.45)
Y polemiza: “¿Quién sabe por qué es premio Nobel Bernardo Houssay, aún en Argentina?” (p.36)
Él se reconoce como parte de la comunidad científica que participó del “desarrollismo” durante los gobiernos radicales iniciados en 1958. La llegada de los radicales despertó esperanzas en un sector importante de los científicos argentinos, luego de casi diez años de enemistad con Perón, a los que siguieron los años de la dictadura de Aramburu. Ya en 1969, y con una nueva dictadura en curso, Varsavsky reflexiona:
… el constante llamamiento a ocuparse de los “problemas nacionales” y a hacer ciencia aplicada o funcional, que muchos veníamos haciendo –y a veces practicando– en la Universidad. Esta prédica era insatisfactoria porque la tendencia natural era a interpretarla como reformismo o desarrollismo: búsqueda de soluciones dentro del sistema. […] nos quedaba la amarga y tácita sospecha de que tal vez eso aprovechaba más al sistema que al país. (p.25)
Muchos científicos continuaron defendiendo el modelo desarrollista, como Rolando García, y desde esa perspectiva se pronunciaron por la vuelta de Perón en 1973 con un comunicado en la revista Ciencia Nueva, “El Consejo Tecnológico del Movimiento Nacional Justicialista.” (p.26)
Las ideas Varsavsky desde el marxismo
Lo primero que podríamos decir, es que el sistema social que cuestiona Varsavsky no profundiza en la estructura de clases de la que depende el capitalismo. No logra ver, por ejemplo, a la clase trabajadora de los Estados Unidos, como así tampoco a la burguesía nacional. Por momentos, su idea de “país” se presenta de forma homogénea, lo que se adecúa al relato de los funcionarios kirchneristas, ahora devenidos en macristas, del MCyT: “los negocios de la soja, las mineras y los hidrocarburos nos benefician a todos los argentinos”.
En contraste con esta visión, el mismo año que Varsavsky publica estas ideas –1969–, científicos de Estados Unidos crean la organización Science for the people. Levins y Lewontin, miembros de dicha organización, declaraban en su libro El Biólogo dialéctico:
“…la división de clases que impregna a nuestra sociedad en su totalidad, también atraviesa el rango de la ciencia. La mayoría del millón aproximado de trabajadores científicos en los Estados Unidos, forma parte del proletariado científico, vende su fuerza de trabajo y no tiene control sobre el producto o la forma del trabajo.”
Sin embargo, Varsavsky los define como una “elite” que dirige los temas y modos de hacer ciencia y propone pelear por la autonomía de la ciencia en Latinoamérica. La falta de una perspectiva clasista no le deja ver con claridad enemigos y aliados en la lucha contra el “sistema capitalista”, concepto ausente en su obra. La lucha es contra la burguesía de los países imperialistas y sus aliados a nivel nacional, terratenientes y empresarios locales. Solo la unidad de todos los trabajadores y explotados del mundo permitirá ese cambio de sistema que Varsavsky anhela, es decir, la revolución socialista.
A su vez, resultan llamativos los análisis de Varsavsky sobre el fracaso de la campaña del Che en Bolivia y la implementación del socialismo en la Unión Soviética, ubicando a la ciencia en un rol preponderante abstraído de todo análisis político y económico.
Debates que hay que retomar
Varsavsky abrió importantes debates entre los científicos latinoamericanos en los años 70’ en torno al rol de la ciencia en el sistema capitalista y la función que puede cumplir en la lucha por el poder y en la implementación de un sistema más justo. Estos debates mantienen total actualidad y urgen ser retomados.