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Red Internacional
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Veto presidencial. Otra borrada de la CGT: ahora dejaron tirada la lucha de los jubilados

La mayor parte de la central obrera volvió a pegar el faltazo y traicionó a los jubilados, una colaboración inestimable para Milei. Pablo Moyano y Camioneros hicieron una modesta movilización sin llamar a paro y ni siquiera llegaron a la Plaza, retirándose antes de la votación. Al igual que en la Ley Bases, el papel de la dirigencia sindical fue fudamental para que el Gobierno pueda imponerse y ratificar su veto contra el aumento de las jubilaciones.

Juan Manuel Astiazarán

Juan Manuel Astiazarán @juanmastiazaran

Miércoles 11 de septiembre 19:21

Una vez más el papel de la principal central obrera del país fue bochornoso. Luego de las últimas represiones a jubilados, este miércoles se gestó una importante movilización para acompañar su pelea y reclamar contra el veto presidencial. Afuera miles empezaron a llegar a la Plaza Congreso, a pesar de la negativa de las centrales a convocar un paro general para garantizar que la movilización fuese aún más masiva. Adentro, un show infame con diputados vendidos al mejor postor y que se dieron vuelta para garantizar el veto al magro aumento a las jubilaciones.

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La borrada de la CGT es uno de los datos sobresalientes de la jornada. Daer y el sector mayoritario de la central se negaron a formar parte de la movilización, dejando en banda la pelea por las jubilaciones. Muchos comunicados, pocas medidas que estén a la altura del ataque a quienes trabajaron toda su vida y hoy tienen que elegir entre comer o comprar medicamentos porque cobran una miseria.

"No más ajuste sobre quienes menos tienen" se limitó a tuitear Héctor Daer desde la comodidad de sus sillones, mientras en las calles miles reclamaban a pesar del enorme operativo policial y de la borrada cegetista. "Hay una decisión táctica de no participar institucionalmente en la marcha del miércoles" había dicho hace unos días Andrés Rodríguez, titular de UPCN y secretario general adjunto de la CGT. Una traición abierta que no se revierte con declaraciones ni comunicados, y que cumple un papel fundamental para la cruzada de Milei contra las jubilaciones.

La otra parte de la CGT, encabezada por la Corriente Federal, Bancarios, Satsaid y Camioneros, se comprometió a estar presente este miércoles en la Plaza Congreso aunque se negaron a convocar paro en sus sindicatos y se limitaron a movilizar mayormente a sus delegados y conducciones.

Como si fuera un calco de lo que pasó el 12 de junio cuando se aprobó la Ley Bases, donde se retiraron en medio de la sesión debilitando la lucha y facilitando la represión policial, volvieron a irse antes de que la Cámara de Diputados votara y ratificara el veto presidencial.

El sindicato de Camioneros de Pablo Moyano, que participó con una modesta columna en comparación a sus fuerzas, ni siquiera llegó a la plaza y se quedó sobre Av. Entre Ríos durante toda la jornada. Pasadas las 15, cuando faltaban tan solo minutos para que finalizaran los oradores adentro del recinto y comenzara la votación, tomó la decisión política de retirarse.

La debilidad del Gobierno es evidente. El antidemocrático veto presidencial solo pudo sostenerse a base de corrupción, reparto de cargos y negociaciones para que muchos diputados cambien su voto y no acompañen el proyecto que habían aprobado tan solo tres meses atrás. A Milei lo salvaron las "ratas", la casta que tanto dijo que venía a combatir. En medio de esa debilidad, la colaboración de las dirigencias sindicales es inestimable.

La movilización de hoy no sólo fue importante sino que demostró que con paro nacional hubiera sido mucho más masiva. Las burocracias lo saben y por eso lo evitan, buscando que el reclamo no se salga de su control y usando su poder de fuego al servicio de su estrategia electoral 2025, negándose a enfrentar seriamente los ataques del Gobierno.

La victoria táctica de este miércoles por parte del Gobierno está lejos de ser un punto final en esta pelea. Si algo quedó demostrado es el repudio mayoritario a la decisión presidencial y la demostración de que las jubilaciones son un tema sensible para la enorme mayoría de la población. Lejos de resignarse, los jubilados han demostrado voluntad para seguir peleando por un reclamo justo e impostergable. Por eso es necesario redoblar la exigencia a las centrales sindicales y pelear por imponer un paro nacional con movilización. Solo así, siendo miles en las calles, se podrá terminar con el ajuste contra los adultos mayores y todos los ataques de este Gobierno contra quienes viven de su trabajo. Todo lo demás, solo es una puesta en escena funcional al Gobierno de Milei.