Los recientes informes del Ministerio de Modernización muestran que el Gobierno macrista considera “sobrantes” a 20.000 trabajadores del Estado nacional, mientras sigue gastando millones en cargos directivos e indemnizaciones por despidos.
Martes 21 de noviembre de 2017
El jueves por la noche en el programa del Gato, Bercovich daba cuenta del informe del Ministerio de Modernización sobre la “planta óptima” del estado: según este informe de Modernización, hay 20.000 trabajadores del estado nacional que sobran.
La idea de planta óptima empezó ya a sonar en diciembre de 2015, cuando apenas asumido al Gobierno el macrismo comenzó un análisis a través de este ministerio, alegando que había crecido demasiado la planta de trabajadores estatales y por lo tanto había que achicar la cantidad, para mayor ahorro de las arcas del estado y menor burocratización. Parte de las conclusiones de ese informe fueron los 11.000 despidos del empleo público entre diciembre de 2015 y febrero de 2016.
Ideológicamente jugaron un papel importante editoriales de medios que acaparan la opinión pública -como Clarín o La Nación-, que al mejor estilo noventista sacaron a relucir la imagen de la empleada estatal de Gasalla, a lo que sumó la idea más original del macrismo de “limpiar el estado de la grasa militante”, en alusión a quienes ingresaron a la planta estatal a lo largo de la gestión del Gobierno kirchnerista.
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Austeridad para los trabajadores…
A contramano de lo que podría creerse con los despidos, el achicamiento de la planta estatal no implica una reducción de los gastos públicos. La estructura del Estado creció en un porcentaje cercano al 25 %. El número de ministerios se elevó de 16 a 21, el de secretarías de Estado de 70 a 87, y el de subsecretarías de Estado de 169 a 207. Este crecimiento sólo favoreció a funcionarios amigos y familiares del Gobierno, que fueron asignados a altos cargos como la tristemente célebre “Directora Nacional de Movilidad en Bicicleta” cuya titular tiene un salario que supera los $70.000 (y si bien el cargo se creó en julio de 2017 su salario fue retroactivo a diciembre de 2016).
Mientras tanto, el salario promedio de un trabajador estatal (categoría D0) es de aproximadamente $13.000 en mano, literalmente en la pobreza: según el INDEC, para diciembre de 2016 una familia tipo necesitaba ingresos por $ 13.155,83 para superar la línea de pobreza. Es decir, que los trabajadores de la categoría D0 son pobres.
Sin embargo y pese a los bajos salarios, el presidente Mauricio Macri no tiene pelos en la lengua para decir que "el tema del empleo público y el nivel de salarios, porque si estamos creando todas estas condiciones para que se genere trabajo en el sector privado, el problema es que si les competimos con salarios más altos, el sector privado no va a poder generar la mano de obra que necesita para su crecimiento". En síntesis, significa que de cara a las próximas paritarias el gobierno presionará a la baja, a ver si los estatales dejan los “abultados salarios” del sector y se vuelcan al mercado laboral privado.
...Tirando manteca al techo
El domingo 19, La Nación (a quien no puede acusarse de ser amigo de los estatales justamente) publica que más de 160 funcionarios viajaron entre 2016 y octubre de 2017 a 43 países distintos, con un presupuesto que llegó a los 8,2 millones de pesos en viáticos. Por supuesto que todo bajo “agenda de gestión”. Pero para un trabajador cuyo salario no alcanza para irse una semana a la costa, es una burla.
También, esta semana fue publicado en El Destape que en sólo 11 organismos, pagando indemnizaciones por despidos, el Gobierno gastó 266 millones de pesos.
No hemos tenido acceso a los gastos de los “retiros espirituales” que habitualmente realiza Cambiemos para “repasar la gestión”.
La cantidad de secretarías, subsecretarías y direcciones creadas durante el gobierno de Cambiemos cuesta sumas millonarias a las arcas del Estado nacional. Un cargo de simple Director Nacional implica un salario $70.000 para arriba, y en no pocos casos han sido asignados a quienes no cumplen los requisitos formales (antigüedad o títulos) para poder ocuparlos. En medio de declaraciones de “profesionalizar la planta estatal”, que para los trabajadores se materializa en exigencias de capacitación, presentismo y productividad; los nuevos funcionarios “entran por la ventana”. Pero, por supuesto, esos cargos han sido ocupados por personas cercanas a la nueva gestión. Para dar un ejemplo, en Julio, el Boletín Oficial daba cuenta de la creación (con $55.000 de salario bruto) del cargo de “Coordinador de la COORDINACIÓN DE FORTALECIMIENTO DE LA CULTURA ORGANIZACIONAL de la DIRECCIÓN DE FORTALECIMIENTO DE LAS CAPACIDADES INSTITUCIONALES de la OFICINA NACIONAL DE INNOVACIÓN DE GESTIÓN de la SUBSECRETARÍA DE PLANIFICACIÓN DE EMPLEO PÚBLICO de la SECRETARÍA DE EMPLEO PÚBLICO del MINISTERIO DE MODERNIZACIÓN.” Si no fuera que la mayoría de estatales están con contratos temporales y cercano a la línea de pobreza, daría risa.