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Red Internacional
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GUINAZÚ. Otro caso de gatillo fácil en Córdoba

Martes 17 de febrero de 2015

En Guiñazú, como en tantos otros barrios de Córdoba, sabés que, en algún momento, un día de estos, la policía te va a parar, te va insultar, te va amenazar, y vas a terminar siendo uno más en la planilla que los azules tienen que llenar para justificar su trabajo. Por ahí tenés suerte y no te “ablandan” en la comisaria, o te dejan libre después de visitar por largas horas un calabozo hediondo.

No importa si sos un laburante, si vas a pasear, o a estar con tus amigos, si sos joven y morocho, sos peligroso.

El sábado 14 de febrero, Ezequiel Reinoso fué baleado por la espalda cuando pasó en moto por el costado de un control policial, a baja velocidad, por Av. Juan B. Justo al 8500, en barrio Guiñazú. Había pedido la moto a un familiar para ir a jugar al fútbol en una canchita cercana del barrio.

Ramón, papá de Ezequiel, cuenta que su hijo no se detuvo porque los policías estaban controlando otras dos motos y no escuchó la voz de alto. Uno de los policías se paró en medio de la ruta, apuntó y disparó, hiriéndolo en la espalda, dos veces.

Ezequiel continuó unos metros más y, como pudo, se comunicó por teléfono con sus familiares, quienes llegaron al lugar y lo cargaron en un auto para llevarlo al hospital.

Como una forma de apoyo, pidieron a los policías de la Secc. 17 que les abrieran paso por la ruta para llegar más rápido al hospital, y es aquí que se dan con la novedad de que el control policial no había informado todavía del “procedimiento” realizado en contra del cuerpo de Ezequiel.

El joven, de 22 años, ahora está internado en el Hospital de Urgencias y “peleándola” como dice su papá, con pérdida del bazo y con un pulmón y riñón comprometidos.

Está imputado, porque, según la policía, el pibe iba acompañado por otra persona, quien habría efectuado disparos ante la orden de detenerse. Hay testigos que desmienten la versión policial, Ezequiel viajaba solo. “Menos mal que no se paró, o que la policía no lo siguió con el móvil -nos dice Ramón-, si se paraba, me lo mataban”.

Indignación y bronca.

El lunes, feriado de carnaval y conmocionados ante el crimen social que dejó varios muertos por las inundaciones, entre ellos tres vecinos del lugar, en la siesta de Barrio Guiñazú, más de 200 personas, entre familiares, amigos y vecinos, acompañados por organizaciones sociales y de izquierda con bronca contenida, se convocaron y marcharon hasta la posta policial, con la consigna “no es un policía, es la institución” y reclamaron justicia para Ezequiel, denunciando que al pibe le dispararon por la espalda, le “plantaron” un arma, le armaron una causa y que los responsables están libres.

Ésta podría ser una crónica más de las tantas que tienen por víctimas a los jóvenes de los barrios marginados de Córdoba y como victimarios a la narcopolicía de De La Sota. Crónica que termine perdida entre expedientes de una justicia contra los pobres. Pero hoy, en barrio Guiñazú, los familiares y vecinos con jóvenes, niños y mujeres al frente, salieron a la calle, se movilizaron, convocaron y repudiaron la violencia del estado policial y represivo, cansados ante tanta impunidad y prepotencia contra los jóvenes y trabajadores.