Política monetaria. Otro gesto al Fondo: el Gobierno aceleró la devaluación del peso después de las elecciones

De manera sútil la cartera dirigida por Miguel Pesce aumentó el ritmo de suba del tipo de cambio oficial. Según un análisis de una consultora privada, PPI, ese incremento casi triplica el anterior a las elecciones de medio término de 2021 y no se daba uno de esa medida desde Febrero del año pasado.

El ritmo de depreciación diaria del peso había pegado un salto ya en diciembre, cuando pasó de crecer 1 % mensual a poco más del 2 %. Esa maniobra había sido prometida por el propio Pesce a los grandes industriales en una conferencia de la UIA. Ahora, esa tendencia persiste y alcanza el 3 % de ajuste. Si se anualiza el ritmo actual, éste supera el 35%.

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Desde el Gobierno y el BCRA se busca ir “ajustando” el tipo de cambio a la exigencia de “los mercados” pero evitando saltos bruscos que le puedan generar más crisis política y saltos en la inflación que ya golpea de forma brutal a las mayorías con un 51 % anual según el Indec. Pero lo que preocupa sobre todo a la administración de Fernández respecto de la suba de precios son lo pedidos del FMI que tiene a la baja de la inflación como uno de los centrales, proponiendo la baja de salarios y las subas de las tasas de interés.

La suba de tasas que definió el BCRA hace diez días del 38 % al 40 % fue el paso previo del Gobierno para poder empezar a acelerar la suba del precio del dólar oficial respecto al peso. Ofreciendo mejores rendimientos en pesos es una forma para atraer a que las grandes patronales agrarias liquiden divisas.

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Desde la industria y los agroexportadores siempre se pide la mayor devaluación posible para canjear por más moneda local los dólares recibidos por sus exportaciones y, junto conl FMI, toman estos cambios en la política cambiaria y de tasas de interés como música para sus oídos.

Estas medidas a gusto del organismo de crédito y los sectores más concentrados de la economía como el agropower, si bien beneficiosas para esa minoría de personas, representa un golpe al poder adquisitivo de las mayorías trabajadoras y populares del país.

Se vuelve necesario desconocer de forma soberana la deuda ilegal contraída durante el gobierno de Mauricio Macri, para romper con el sometimiento que ejercen las potencias centrales con los países dependientes y atrasados. Junto a ello aplicar un conjunto de medidas estructurales para reorganizar la economía en función de los intereses y necesidades de las grandes mayorías.