La Asamblea de Madrid ha aprobado una moción de Vox que pide al Gobierno de España que ilegalice partidos independentistas.
Viernes 8 de noviembre de 2019
Foto: Los líderes del PP, Ciudadanos y Vox en la plaza de Colón de Madrid, en febrero.
El pleno de la Asamblea de Madrid ha aprobado este jueves, con el apoyo de PP y Ciudadanos, una proposición no de ley de Vox en la que insta al Gobierno de España a ilegalizar a los partidos "que atentan" contra la unidad de España.
El texto de la proposición no de ley pide que el Gobierno proceda a la ilegalización "inmediata" de “los partidos separatistas que atenten contra la unidad de la nación con los instrumentos legales a su alcance o procediendo a las reformas legales que habiliten a ello".
Pese a las críticas que ha recibido Vox durante el debate de esta iniciativa, PP y Ciudadanos han votado a favor, mientras que el PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos se han mostrado en contra.
También a través de esta propuesta las tres derechas han instado a la Unión Europea "que inscriba a los denominados como CDR (Comité para la Defensa de la República) en la lista de organizaciones criminales y terroristas", remitiendo a tal fin expediente con los datos relativos a la investigación judicial seguida por la Audiencia Nacional.
Normativa de "Franco y Mussolini"
El diputado de Unidas Podemos-IU Tito Morano ha recordado durante el pleno que "no hay ninguna condena judicial" y ni siquiera "una acusación formal" contra los CDR por lo que ha cuestionado que estén planteando que el Ejecutivo les declare culpable "sin juicio".
Además, en cuanto a la ilegalización de partidos, Morano ha sostenido que lo planteado se basa en "una normativa legal de Franco y de Mussolini", por lo que solo tiene un nombre: "fascismo". "Les pido a PP y Ciudadanos que no sigan bailando al sol que toca Vox porque es un son de marchas militares", ha señalado, para a continuación incidir en que quiere él quiere derrotar a sus enemigos políticos, pero no "encarcelarlos".
El diputado Más Madrid Pablo Gómez Perpiyà, por su parte, ha sostenido que Vox ha pasado "una línea roja" y ha calificado la iniciativa "esperpento político y legal". "Ilegalizar a los partidos... ¿qué tupo de ley de la selva creen que tenemos por Constitución?", ha preguntado a la bancada.
A su parecer, el verdadero problema es que PP y Ciudadanos "han roto el espíritu" de la Transición al pactar con "las rémoras del Franquismo". "En democracia las leyes las aplican los jueces y los tribunales, y no de forma arbitraria", ha subrayado.
Por último, el parlamentario del PSOE José Manuel Uribes ha indicado que se trata de una proposición "improcedente formal y legalmente", no solo por el lugar sino por los valores o los contravalores "que esconde".
"Se lo hemos dicho por activa y por pasiva a los independentistas y ahora hay que decírselo a ustedes: en una democracia de verdad las ideas no delinquen, salvo que expresen odio; delinquen los hechos, no las palabras. Esta es la grandeza de nuestra democracia constitucional", ha concluido.
Campaña reaccionaria e hipocresía política
A dos días de las elecciones del 10N el trifachito hace campaña profundizando su política reaccionaria contra Catalunya comandados por la extrema derecha. Pero a pesar de los cuestionamientos, las declaraciones del PSOE defendiendo la democracia son sólitas cuando los socialistas se encuentran hoy a la cabeza del bloque monárquico del 155 contra el derecho a decidir de Catalunya, defienden a capa y espada una sentencia infame cuestionada hasta por al ONU y Pedro Sánchez acaba de proponer la recuperación del delito de referéndum ilegal.
Las críticas de las formaciones neorreformistas (UP y Mas Madrid) a la iniciativa de Vox apoyada por PP y Cs son justas, pero no dejan de ser igualmente hipócritas, cuando sus principales referentes han llamado a acatar la sentencia del juicio al procés como hizo Pablo Iglesias, han saludado la coordinación de la actuación policial y de la justicia como hizo Iñigo Errejón, o han condenado a la juventud catalana que enfrenta la represión en las calles como hizo Alberto Garzón.