La rebaja fiscal de la Junta de Andalucía bonifica al 100% el impuesto de Patrimonio que pagaba un 0,2% de los contribuyentes andaluces, las 18.900 personas más ricas de la comunidad.
Martes 4 de octubre de 2022
Juanma Moreno e Isabel Díaz Ayuso en el congreso del PP en Madrid. (EFE/Mariscal)
El PP andaluz comienza el curso político con fuerza tras lograr una victoria absoluta en las pasadas elecciones antes del verano. A finales de la semana pasada aprobó una polémica rebaja fiscal que supone el fin del impuesto de Patrimonio en Andalucía, eliminando un impuesto que afectaba al 0,2% de los contribuyentes de Andalucía, en concreto a las 18.900 personas más ricas. Una medida que les ahorra a los más ricos 95 millones de euros y que se suma a otras como deflactar un 4,3% los tres primeros del IRPF (hasta 35.200 euros) como forma de combatir la inflación. Además, también se ha eliminado el cobro del canon del agua durante 2023.
En total, el programa del PP a lo largo de la legislatura anterior y el inicio de esta supondrían un descenso de 899 millones anuales de ingresos en las arcas públicas. Una cuestión defendida por la consejera de Economía y Hacienda, Carolina España, que afirma que la rebaja fiscal atraerá a más contribuyentes. Un discurso también tomado por Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, que en las últimas semanas ha redoblado en su comunicación la idea de que Andalucía atraiga la inversión de las empresas.
La oposición ha criticado la medida de forma cínica, ya que el PSOE ha estado décadas haciendo políticas a favor de los ricos, en algunos casos con el apoyo de IU a sus gobiernos. Pero no han planteado nada más aparte del debate parlamentario. Por su parte, el PP andaluz ante la polémica mediática de su medida y el malestar disimulado del gobierno central PSOE-UP por la rebaja fiscal, ha advertido que recurrirá al poder judicial cualquier intento del gobierno central de “atacar la autonomía fiscal y que pase por encima del Estatuto de Autonomía”.
La medida sí ha encontrado el apoyo de Vox, que ha votado a favor a pesar de encontrar la medida insuficiente, sus escaños eran irrelevantes debido a la mayoría absoluta del PP, pero vienen a reafirmar una vez más su carácter como partido de pijos, señoritos y lacayos del poder.
Por otra parte, más allá de la polémica de cara al exterior, la medida de Juanma Moreno también es una respuesta a la guerra fría interna que mantiene con Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, con quien se disputa a la interna un rol de liderazgo entre los barones autonómicos del PP. Dos proyectos discursivamente distintos dentro del PP que vienen a defender el mismo programa de pobreza, explotación y precariedad para la clase trabajadora en favor de los ricos y capitalistas.