El sociólogo e investigador del Conicet, entrevistado por La Izquierda Diario, aportó elementos de análisis para pensar y describir ¿cómo fue la distribución del ingreso en los últimos años? Ante el contexto inflacionario los salarios no se recuperan y los empresarios siguen ganando, ¿qué factores explican esta situación?
Jueves 29 de diciembre de 2022

Pablo Manzanelli es Doctor en Ciencias Sociales (UBA), Magíster en Economía Política (FLACSO) e investigador del Conicet. Se especializa en el estudio de la formación de capital en las grandes empresas y su impacto en el desempeño industrial. Escribió numerosos libros como el recientemente publicado “Los sectores dominantes en la Argentina”, Editorial Siglo XXI, junto a Eduardo Basualdo. “Endeudar y fugar. Un análisis de la historia económica argentina, desde Martínez de Hoz hasta Macri”, Editorial Siglo XXI, Buenos Aires, 2020.
Recientemente escribió junto a Leandro Amoretti y Eduardo Basualdo el informe del Centro Cifra titulado “La distribución del ingreso en la etapa actual”, una valiosa investigación que deja expuesta dónde fue a parar la riqueza generada por los trabajadores en nuestro país en los últimos años y que motivó la siguiente entrevista como parte del informe especial de La Izquierda Diario sobre salarios y paritarias.
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¿Cómo fue la distribución del ingreso en los últimos años?
Tras la recomposición que tuvo durante los gobiernos kirchneristas, la trayectoria de la participación de los asalariados en el producto bruto muestra una profunda regresividad distributiva en la economía argentina. Después de arañar el 52% en 2015, cayó a 46,1% en 2019 y a 44,1% en el primer semestre de 2022. La paradoja es que el año de mayor crecimiento, el de la recuperación post confinamiento en 2021, fue en el que se constató la mayor pérdida relativa de los trabajadores.
Para cobrar una dimensión de lo que estamos hablando, en el estudio que se menciona aquí se calcula que la transferencia del trabajo al capital entre 2016 y 2021 fue de 70.000 millones de dólares, un 55% superior al mega crédito con el Fondo que tomó el gobierno de Macri.
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¿Qué factores explican que se consolide esta desigualdad creciente, este retroceso en la parte de la “torta” que se quedan los trabajadores?
El primero es la fuerte caída del salario real durante el gobierno de Macri, que no se logró revertir en el de Alberto Fernández. Eso, sumado al empeoramiento de las condiciones laborales, llevó a que el 17,7% de los asalariados registrados y el 44,5% de los no registrados estén por debajo de la línea de la pobreza en el segundo trimestre de 2022.
El segundo factor tiene que ver con el desempeño de la productividad. Si bien el salario real es directamente proporcional al incremento de la participación de los asalariados en el ingreso, la productividad es inversamente proporcional. Durante el gobierno de Macri la caída de la productividad fue menor a la del salario real, mientras que en el de Alberto Fernández, sobre todo en 2021, se advierte una caída del salario real en el marco de un incremento de la productividad. De ahí que en ambos momentos cayó la participación de los trabajadores.
El último elemento que quiero destacar, entre otro posibles, es la aceleración del proceso inflacionario, primero por efecto del agotamiento de la valorización financiera de Macri que derivaron en las devaluaciones de 2018-2019, y segundo por el shock de precios internacionales en el marco de la post pandemia y la guerra en Ucrania que deviene en un nuevo “salto” en el ritmo de la inflación por la distorsión en los precios relativos que provocan las grandes empresas oligopólicas y, en especial, los grupos económicos locales y extranjeros.
En otro informe del mes de septiembre sostienen que “la leve expansión económica transcurre en un contexto altamente inflacionario que anula la recomposición de los salarios reales, aunque no de los márgenes de ganancia.” Ahora con un moderado freno de la actividad económica (según datos del EMAE septiembre y octubre) y sin recomposición de los salarios reales. ¿Lo que viene, es una profundización de esta situación?
En una reciente investigación del área de economía de FLACSO, que se titula “Régimen de alta inflación, oligopolios y grupos económicos”, se constata que la aceleración de los precios a partir de septiembre de 2020 (y que se profundiza en 2022) fue heterogénea a favor de las ramas oligopólicas y, en especial, de las que tienen un claro predominio de los grupos económicos. Sus precios aumentaron muy por encima de sus insumos importados traducidos en pesos entre el tercer trimestre de 2020 y el mismo periodo de 2022.
Es obvio que eso provoca un aumento de la rentabilidad, pero lo que es menos obvio y se muestra en ese trabajo es que eso ocurre especialmente en la “rueda principal” de la economía (las grandes firmas oligopólicas y los grupos económicos) que condiciona al conjunto de la “rueda auxiliar”. Es decir, a las empresas de menores dimensiones y por supuesto también a los trabajadores. Por eso es que atacar la inflación actual requiere de un conjunto de medida de coyuntura pero para ser sostenible también requiere de una mayor regulación a los grupos económicos. Como lo señalamos en un libro reciente del área (“Los sectores dominantes en la Argentina”), un primer paso en ese sentido es el de institucionalizar la figura jurídica del grupo económico en la Ley de Sociedades Comerciales.
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