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Red Internacional
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Tribuna Abierta. Pacto no escrito u oposición cómplice: Chubut duplicó su deuda en dos años, pero nadie lo cuestiona en la campaña

Reproducimos este artículo del periodista Marcelo García, que señala que la deuda externa hipoteca las cuentas públicas de Chubut en la actualidad y también en el futuro y que esta problemática está ausente en la campaña electoral de los partidos tradicionales. Solo el Frente de Izquierda Unidad plantea: No al pago de la deuda.

Lunes 23 de agosto de 2021 07:40

Fotografía: El Extremo Sur

El endeudamiento total de Chubut llegó en el primer trimestre de este año a más de 116 mil millones de pesos, lo que significó un aumento de 128% respecto del arranque de 2019. Hasta ese momento el Estado provincial mantenía una deuda por falta de pago salarial a los empleados públicos y jubilados que ascendía a los 13 mil millones de pesos. Hoy la deuda representa el 94% de todos los ingresos del año. Ante este gravísimo panorama que hipoteca las cuentas públicas en la actualidad y también en el futuro, la problemática de la deuda sigue absolutamente ausente en la campaña electoral.

Chubut se encuentra completamente desbordada por la deuda externa e interna. El problema viene de arrastre, pero se profundizó en los últimos dos años; generando un endeudamiento que alcanzó los 116.455 millones de pesos.

Esa enorme deuda provincial representa en la actualidad más de 93% de los ingresos corrientes presupuestados por el Poder Ejecutivo para este año 2021; aunque en los últimos dos años llegó a superar la barrera del 100%, por lo que Chubut necesitó en 2020 y 2019 casi un presupuesto y medio de sus ingresos para afrontar el endeudamiento alcanzado.

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El panorama es absolutamente crítico y precario para las cuentas públicas chubutenses, convirtiéndose la deuda una de las principales problemáticas a resolver en la provincia. Paradójicamente es un tema completamente ausente en la agenda de la clase política dirigente que aspira a ocupar bancas en el Congreso de la Nación en las próximas elecciones legislativas.

Con la excepción de la izquierda -que impulsa el "no pago" de la deuda y su investigación para determinar las responsabilidades políticas de oficialistas y opositores que tomaron el endeudamiento o lo avalaron con sus votos en la Legislatura- todas las demás fuerzas políticas de la provincia ignoran la temática como un problema de fondo para Chubut.

Deuda desbocada

La toma de endeudamiento en pesos para afrontar el funcionamiento del Estado provincial ha sido una práctica de costumbre en los últimos años en la vida política de Chubut. Claro que también se endeudó a la provincia bajo el argumento de la realización de obras de infraestructura que en su gran mayoría no se terminaron jamás, como en el caso de los diez Centros de Encuentros en diferentes ciudades o el Hospital de Ata Complejidad de Comodoro Rivadavia -que ni siquiera se inició-.

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Solamente en los últimos dos años el endeudamiento de Chubut creció 128%, pasando de los 51.041 millones de pesos que se contabilizaban en el primer trimestre de 2019 a los 116.455 millones del arranque de este 2021.

De los 116.455 millones de deuda que había en el primer trimestre del año, 92.866 millones correspondían a deuda financiera y 23.589 millones a deuda flotante.

La deuda que más se incrementó en dicho período fue la flotante, que pasó de los 7.700 millones de pesos a los 23.589 millones de este año; registrando un aumento del 206%. Esos son los fondos que el Estado provincial sale a colocar en el mercado financiero emitiendo Letras del Tesoro o préstamos con el Estado nacional. Inclusive allí se contabiliza la deuda que se mantiene de arrastre desde hace años con los empleados estatales y jubilados chubutenses.

El pico de endeudamiento provincial se alcanzó en el final de 2020, cuando la deuda ascendió a los 118.387 millones de pesos, conformada por 88.715 millones de deuda financiera y otros 29.672 millones de deuda flotante.

En cuanto a los atrasos salariales y deudas con los estatales y jubilados, durante el inicio de 2021 se mantenía una deuda de 13.328 millones de pesos; la que descendió considerablemente luego de haber alcanzado su punto más elevado en el cuarto trimestre de 2020 al llegar a los 21.650 millones de pesos de sueldos y jubilaciones impagas.

Una parte de esos atrasos fueron equilibrados con el final del pago escalonado y para cuando concluya el año deberían reducirse a su mínima expresión como producto del pago en cuotas de las deudas con estatales y jubilados que acordaron el Gobierno provincial con la mayoría de los gremios.

A tal punto ha llegado el desborde del endeudamiento provincial que en el principio del año la deuda total chubutense llegó a representar el 94% de todos los ingresos proyectados para el 2021 por la actual administración.

Si hoy la provincia tuviera que cancelar el total de su deuda casi no le alcanzarían los recursos de todo un año para afrontar esos pagos. Mientras que en los años anteriores hubiese necesitado los ingresos de todo un año, más la mitad del año siguiente.

Pero el problema fue aún peor en los dos años anteriores, ya que todo el endeudamiento de Chubut se tradujo en el 148% de los ingresos en 2020 -aunque influyó la aparición del Coronavirus en los ingresos- y en 2019 -antes de la pandemia- representó el 154% de todos los recursos con los que contó la provincia.

Desendeudar a Chubut no será una tarea sencilla, más aún si tiene en cuenta que la actual administración extendió los plazos de los pagos del bono en dólares que había emitido el gobierno anterior y los hará concluir recién en 2030. Además, no puede dejar de contemplarse que se sumó nueva deuda por otros 110 millones de dólares.

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Investigar los orígenes de la deuda, determinar la utilización de dichos fondos y definir las responsabilidades políticas es una enorme tarea pendiente que la actual clase dirigente ha dado sobradas muestras de no querer encarar, y eso ocurre tanto dentro del oficialismo como desde la oposición.

Chubut seguirá con la soga al cuello del endeudamiento a pesar de ser una provincia rica en recursos naturales, pero que depende de la toma de deuda para hacer funcionar en malas condiciones y prestaciones a un Estado bobo que solamente recurre al endeudamiento como mecanismo para cubrir los gastos y las inversiones del sector estatal.

Esta problemática crucial permanece completamente ausente en el debate de la actual campaña política que se encamina a las urnas. ¿Se trata de un pacto no escrito con la oposición o de la tibieza de la clase política chubutense que no se atreve a lanzar ni la primera piedra?