Por una acusación de “revelación de secretos” de una asociación franquista, ahora los realizadores del documental “A sus muertos” se enfrentan en un juicio a posibles 2 años de cárcel.
Jueves 27 de septiembre de 2018
Los próximos 14 y 15 de noviembre serán juzgados en Pamplona los realizadores del documental “A sus muertos”, que presenta la historia, el uso y la reacción vecinal sobre el franquista “Monumento a los Caídos” de la capital navarra, estrenado en enero de 2017, por un supuesto delito de “revelación de secretos”.
Los acusados forman parte de la iniciativa Zer Hirirako Eztabaidak Herritarren Hautuak, que presentó el documental como parte de unas jornadas tituladas “¿Qué hacemos con el Monumento a los Caídos?” el año pasado, en el que entrevistan a vecinos de la zona, explican la historia del monumento y hablan de la permanencia de este tipo de lugares tras la muerte del dictador Francisco Franco.
El nivel de continuismo e impunidad del franquismo en todas las esferas del Régimen y su connivencia con la Iglesia Católica se representa en este caso. La denuncia ha sido interpuesta por la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, una organización creada para “mantener íntegramente y con agresividad si fuera preciso, el espíritu que llevó a Navarra a la Cruzada por Dios y por España“ que todos los meses celebra misas en este edificio religioso en honor a Sanjurjo y Mola, dos de los planificadores más sanguinarios de la masacre franquista.
El monumento es uno de los innumerables que todavía permanecen en pie en numerosas ciudades y pueblos dedicado a la victoria del franquismo, construido mayoritariamente por presos del bando republicano en condiciones de semiesclavitud, como es el caso del conocido y polémico Valle de los Caídos.
Sin embargo, no sólo se trata de este monumento al franquismo, a su impunidad y continuismo, sino que toda la península se encuentra plagada de fosas comunes con más de cien mil muertos sin exhumar, mientras los “caídos” participando en el bando franquista siguen recibiendo honores y misas en lugares que en 2018 siguen protegidos por los juzgados, como en este caso.
Se trata de un tema muy espinoso para el Régimen del 78 de conjunto, ya que deja al desnudo las vergüenzas de un pasado con el que nunca se quiso romper. En la actualidad una vez más se pone de manifiesto que el Régimen del 78 es heredero directo de Franco. Por eso a más de 80 años de iniciarse la Guerra Civil todavía ponen obstáculos a que los represaliados de la guerra y la dictadura sean identificados y tratados con dignidad.
Aun después de todo este tiempo le resulta muy difícil al actual Régimen reconocer el nivel de represión que hubo durante la época de la dictadura. Y que esta solo sirvió para proteger los privilegios de una minoría parásita, que se sentía amenazada ante el avance de la clase obrera y el pueblo pobre cada vez más en franca rebelión contra un sistema social que sólo les ofrecía miseria.
Para ello tuvieron que llevarse por delante a lo mejor de una generación y utilizar el miedo y el terror para doblegar al resto de la población. Pero es precisamente el recuerdo de esos miles de luchadores que no se arrodillaron lo que más temen.
El actual Régimen del 78 se construyó como heredero del franquismo, en el sentido de que su función es la de preservar los privilegios y el poder en manos de las mismas élites que dirigieron el país durante la dictadura de Franco. Por eso aun a pesar de parecer formalmente más democrático, conforme su propia crisis avanza y la desafección es cada vez mayor, el Régimen del 78 muestra sus rasgos más reaccionarios.
Jorge Remacha
Nació en Zaragoza en 1996. Historiador y docente de Educación Secundaria. Milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.