Tras salir a la luz el escándalo que involucra a Bergoglio, el Vaticano decidió que al exobispo de Orán (Salta) lo “investigue” el actual obispo de Tucumán. Impunidad garantizada.
Daniel Satur @saturnetroc
Miércoles 6 de febrero de 2019 22:34
Gustavo Zanchetta y Carlos Sánchez
Como ya se relató en este diario, la historia de Gustavo Omar Zanchetta tiene muchos ribetes propios de una novela surrealista. Para no redundar, tal vez alcance con decir que lleva por lo menos seis años “escapando”, con la providencial ayuda de Jorge Bergoglio, de acusaciones, de escandaletes y de una inconveniente exposición pública.
Pero sobre el final de 2018 su nombre empezó a circular con mucha fuerza en medios nacionales e internacionales, ya que algunas mentiras pergeñadas durante los últimos años para salvar su sotana fueron descubiertas y desataron una incontenible ola de rumores y versiones cruzadas en los ámbitos eclesiásticos.
Lo cierto es que, acusando recibo del escándalo en Argentina (sobre todo en la Salta del chupacirios Juan Manuel Urtubey, amigo de Zanchetta), el Vaticano lanzó un mensaje claro a quienes pretendan llegar alguna vez a la verdad y la justicia. La propia Iglesia investigará al prelado acusado de varios crímenes sexuales, para lo que designó como responsable del proceso de investigación a uno de sus pares: el obispo de Tucumán Carlos Alberto Sánchez.
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Si bien la orden de investigar a Zanchetta la dictó la “Congregación para los Obispos” del Vaticano, queda más que claro que detrás del anuncio estuvo directamente Francisco, toda vez que de llevarse adelante una mínima investigación de los casos denunciados el nombre del mismo Jorge Mario Bergoglio quedaría sobre la mesa.
Quien dio la noticia sobre la designación del “investigador” Sánchez fue el actual obispo de Orán, monseñor Luis Antonio Scozzina. Lo hizo a través de una nota episcopal en la que aclaró que “oportunamente se indicará el tiempo y la modalidad de la investigación” a la vez que deseó “recuperar el espíritu fraterno” y encomendó a la sociedad a “la protección y cuidado de la Virgen del Carmen”.
¿Detalles de las denuncias contra Zanchetta? ¿Alguna explicación de por qué se decidió “investigarlo” recién cuando el escándalo trascendió públicamente? “Esa te la debo”, habrá respondido Scozzina a quien se lo haya preguntado.
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Al mismo tiempo, desde el Vaticano se lanzó una nueva falacia respecto al obispo abusador. El director interino de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, dijo por estas horas que “las acusaciones contra Zanchetta surgieron en los meses recientes, casi un año después de que el Papa lo nombró para un puesto en el Vaticano”. Pero a juzgar por la información publicada en diciembre por el diario El Tribuno de Salta, eso no es verdad.
El diario de la familia Romero (católicos conservadores de la primera hora) difundió que en julio de 2017 Zanchetta no renunció al obispado de Orán por “problemas de salud”, como se dijo oficialmente entonces, sino que “fue destituido por el papa Francisco” debido a “denuncias que provinieron del mismo clero que lo acusó de diferentes tipos de abuso, entre ellos de abuso sexual dentro del seminario fundado por él mismo”.
Precisamente fueron esas contradicciones en la información dada por la propia Curia las que transformaron el caso en un escándalo que salpica de lleno al sumo pontífice, mal que le pese a las sofisticadas cabezas encargadas de la comunicación vaticana.
Lejos de expulsar a Zanchetta de la Iglesia, obligándolo a enfrentar procesos judiciales civiles en los que se determine su culpabilidad o inocencia respecto a los abusos y violaciones de los que se lo acusa, las huestes de Bergoglio una vez más demuestran que la “tolerancia cero” con los abusadores cacareada por el Papa es puro marketing.
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Cuando en octubre del año pasado este sitio difundió la noticia de que el salteño José Luis Galli denunció penalmente al cura violador Agustín Rosa y sus encubridores Mario Cargnello (arzobispo de Salta) y Jorge Bergoglio (como cabeza máxima de la Iglesia católica), aún no había salido a la luz la trama criminal que tiene a Zanchetta como protagonista.
Ya estaría siendo hora de que el Poder Judicial de la provincia norteña incorpore a ese expediente el caso del exobispo de Orán, quien hace casi dos años acusó una supuesta enfermedad terminal para irse de la diócesis y hoy se refugia, silencioso aunque seguramente inquieto, en los laberínticos recovecos del Vaticano.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).