Jueves 9 de marzo de 2023
Durante la jornada del día martes 7 de marzo, diferentes trabajadoras pertenecientes a la agrupación de mujeres y diversidad sexual Pan y Rosas, se convocaron en Muelle Prat al medio día y en el cambio de turno tarde-noche para invitar a las trabajadoras portuarias a marchar este 8 de marzo con una política independiente del gobierno y los empresarios denunciando la precarización en los lugares de trabajo que en primer lugar golpea a las mujeres trabajadoras, al calor de la consigna “el trabajo eventual también es violencia”.
“Mientras empresarios como Von Appen triplican sus ganancias, las trabajadoras eventuales tienen que mendigar turnos para llegar a fin de mes, esta es otra forma que tienen los empresarios de precarizar a decenas de trabajadoras que bajo el modelo del trabajo eventual o el subcontrato acumulan millones sin importarles las condiciones en que mantienen no solo a las trabajadoras al interior de los puertos sino que a las familias que hay detrás” – comenta Daniela, trabajadora de la educación y parte de la agrupación Pan y Rosas Valparaíso.
El trabajo eventual es un modelo heredado de la dictadura que permite generar un contrato por siete horas y media (el turno trabajado) para después finiquitar al trabajador o trabajadora quitando cualquier responsabilidad al empleador sobre derechos básicos que garanticen una estabilidad laboral. Además este tipo de trabajo impacta doblemente sobre quienes trabajan por temporada (por ejemplo la fruta) que una vez terminada quedan en completa cesantía.
Aun cuando Ultraport, perteneciente al empresario Von Appen, tuvo una línea de contratación a mujeres por medio del rostro gerencial de Pamela Álvarez, la realidad para esas trabajadoras es un sueldo precario e inestable que varía según la cantidad de turnos al mes, la imposibilidad de planificar tiempos de trabajo o esparcimiento, la obligación de buscar un trabajo informal para complementar el sueldo y la cesantía al final de temporada. Todo bajo un modelo de contrato legal pero que va en completo beneficio del gran empresariado y en total desmedro de sus trabajadoras y trabajadores.
¡Abajo el trabajo eventual! ¡Salario mínimo de 650 mil independiente de la cantidad de turnos! Y ¡Repartición de las horas de trabajo para que tod@s podamos trabajar! Eran algunas de las consignas y propuestas presentadas a las trabajadoras portuarias.
Sin embargo, la pelea por la mejora de las condiciones de trabajo de las y los trabajadores al interior de los puertos tiene que ser la lucha por la mejora de las condiciones del conjunto de la población. El puerto de Valparaíso amasa enormes ganancias que podrían destinarse a salud, vivienda y educación, por ello es importante la lucha por su estatización bajo control de trabajadoras y trabajadores para que dejen de ser un puñado de empresarios los que se enriquezcan a costa del saqueo y la precarización.
