Desde Entre Ríos, el presidente defendió la fórmula de movilidad que impulsa su gobierno con la “reforma previsional”.
Miércoles 6 de diciembre de 2017

"Tenemos que hacernos cargo de enderezar todo el desorden que se generó en los últimos 15 años y esa previsibilidad es asegurarles a nuestros jubilados que ellos no se van a ver perjudicados por la inflación". La frase podría estar bien. Si no fuera, claro, que sale de la boca de Mauricio Macri.
El presidente habló en Entre Ríos sobre la nueva fórmula de movilidad jubilatoria que incluye su proyecto de “reforma previsional” que ya tiene media sanción en el Senado. Allí pactó con gran parte del peronismo, incluidos los senadores entrerrianos, una fórmula que se compone en un 70% por el aumento de los precios y en un 30% por la Remuneración Promedio Imponible de los Trabajadores Estables (RIPTE).
Macri aseguró que "los jubilados no van a perder con el nuevo sistema de ajuste, los va a proteger de la inflación. Y se le agrega el componente del salario".
La realidad es otra. Como ya explicó detalladamente La Izquierda Diario – y en el mismo sentido se pronunciaron otras proyecciones –, si se aprueba la “reforma” en 2018 los jubilados tendrán un aumento menor en sus haberes que con el sistema vigente.
El “nuevo sistema de ajuste” – como lo llamó Macri en Entre Ríos – permitirá un fuerte ahorro para ANSES, que rondaría los $ 70 mil millones en 2018. Esos números reflejan el dinero que dejarán de percibir los jubilados. Para la jubilación promedio ($ 11 mil), la pérdida en el año rondará los $ 14.864. Para los que reciben la mínima, la pérdida será de $ 9.500 en todo 2018.
Las diferencias se calculan de comparar el esquema de movilidad hoy vigente con el que surge de la reforma, de acuerdo a las proyecciones disponibles hoy sobre recaudación, salarios, inflación y crecimiento del PBI.
¿Cuál es el argumento de Macri? "Si vamos a bajar los impuestos, con la fórmula actual los jubilados verían disminuir sus ingresos; nosotros queremos garantizar que en los próximos 20 años la inflación sea de un dígito y que los ingresos de los jubilados van a estar por arriba de esa inflación".
O sea: señor jubilado, quizá usted pueda perder algo ahora, pero confíe en la promesa del Gobierno de que en los próximos 20 años habrá una inflación de un dígito. Y si no con la nueva ley tiene la opción de seguir trabajando unos años más. O hasta que se cumpla nuestra promesa…
Las declaraciones salen, según algunos medios, al debate generado por las declaraciones de Pablo Tonelli (Cambiemos), quien dijo que con la nueva ley “los jubilados van a perder plata pero no poder adquisitivo”. Una confusa confesión de parte.