La CONFECH ha convocado a una nueva marcha este 9 de mayo con centro en poner fin al CAE. Desde Vencer y la Vicepresidencia FECH creemos que para poner final mercado educativo el movimiento estudiantil debe luchar por derrotar a los empresarios de la educación.

Bárbara Brito Docente y ex vicepresidenta FECH (2017)

Ιωαχειν Santiago de Chile
Lunes 8 de mayo de 2017
Durante las últimas semanas el debate educativo ha estado centrado en la apuesta del CONFECH de colocar como demanda prioritaria el poner fin al CAE (crédito con aval del estado) y la posibilidad de condonar la deuda a los actuales deudores del polémico crédito universitario que por más de una década ha endeudado a miles de familias trabajadoras.
La conducción del CONFECH encabezada por el Frente Amplio ha apostado con todas sus fuerzas para incidir en el debate parlamentario en el contexto de la tramitación de la reforma educativa en el congreso con la demanda del fin al CAE , demanda que si bien es sentida por miles de familias , queda sin contenido al no buscar con ella atacar directamente con una estrategia clara de movilizaciones contra los empresarios de la educación y los bancos que se han enriquecido con las millonarias deudas y el modelo de mercado que ha dejado impune el lucro en la educación, debilidad que incluso se muestra en que su candidata presidencial Beatriz Sánchez ha declarado que no ve como posible condonar el CAE por el costo que significaría al estado asumir ese gasto, o sea, en su lógica, son los fondos públicos los que debiesen nuevamente indemnizar a los empresarios de la educación en vez de buscar que sean ellos mismos los que financien de sus bolsillos el robo con el que se han enriquecido a costas de miles de familias.
Desde las juventudes comunistas , afines al gobierno, en el último pleno , salieron a atacar esta debilidad del Frente Amplio, pero sin cuestionar tampoco la lógica mercantil, si no haciendo una defensa de los fondos públicos, ósea sin atacar la propiedad privada de los empresarios, la defienden implícitamente El gobierno dice que se determinará según el PIB tendencial como si no hubiera plata fija en un pequeño puñado de capitalistas que se enriquecen con el negocio de la educación y nosotros nos dedicamos a debatir aquí, entre cuatro paredes, lo nefasto de la propuesta en vez de salir ofensivamente a decirle que sí, que si hay plata, la corrupción en el parlamento y en carabineros lo demuestra, la colusión de las empresas lo demuestra.
Para nosotros la apuesta del movimiento estudiantil debe ser clara. Luchar contra el mercado educativo es luchar contra los empresarios de la educación. La masividad y transversalidad de nuestras demandas que permitió que miles de estudiantes se movilizarán en las calles , con un amplio respaldo de importantes sectores de la población trabajadora y de la juventud, fue precisamente por luchar contra los empresarios que se enriquecen a costa de nuestra educación, los mismos que se enriquecen con el actual sistema de pensiones, que se benefician de las precarias condiciones laborales y los que hoy se alienan tras la candidatura de Piñera, el más probable vencedor de noviembre, para poner fin a la arremetida de los movimientos sociales que cuestionan el régimen político y económico heredado por la dictadura.
Tenemos la posibilidad de adaptarnos y quedar bien hacia las presidenciales con una u otra pequeña ganada a costa de pasivizar aún más al movimiento estudiantil, o tenemos la posibilidad de fortalecer la organización, volver a poner por delante nuestras demandas históricas exigiendo con fuerza la gratuidad ahora, emplazando a que el gobierno saque la plata de la renacionalización del cobre, que la financie bajo el impuesto progresivo a las grandes empresas, reducir el financiamiento a las fuerzas armadas como planteó salud.
Es por eso que nos movilizamos por el rechazo total de la reforma de mercado y exigencia de que la gratuidad total a las universidades estatales sea financiado con la plata de los más ricos, que la condonación del CAE sea costeada por los bancos y los empresarios. Nuestro objetivo no es adaptarnos a lo que hay para conquistar tal o cual demanda, sino avanzar a cuestionar más profundamente la sociedad en que vivimos, buscando transformarla de conjunto.