Hace poco se cumplieron once años de la resolución que reinstaló a Catalina Balaguer en la fábrica. Ella es referente obrera de PepsiCo y este jueves enfrentó la represión con sus compañeras y compañeros.
Jueves 13 de julio de 2017 16:23
La valiente pelea que en la madrugada de este jueves dieron las obreras y los obreros en la planta de la localidad de Florida (Vicente López), tiene una historia de larga data, enfrentando tanto a la patronal estadounidense como al sindicato que conduce Rodolfo Daer ante terribles atropellos.
En mayo de 2006 la Corte Suprema de Justicia de la Nación estableció que la empresa PepsiCo Snaks debía reincorporar a la trabajadora Catalina Balaguer porque había sido discriminada por realizar “actividad gremial”. Años después sucedió lo mismo con Alejandro Moreli, logrando un nuevo fallo de la Cámara Nacional de Apelaciones.
“Se trata de un fallo pionero porque es el primero en el país que obliga a una empresa privada a reincorporar a un gremialista sin fueros”, planteó en su momento el abogado Rubén Tripi, del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH), quien este jueves junto a Myriam Bregman, Alejandrina Barry, María Victoria Moyano Artigas y otras reconocidas personalidades estuvieron presentes para garantizar la integridad física de las obreras y los obreros ante la represión policial.
Durante todos estos años ese precedente jurídico fue fundamental para fortalecer la lucha dentro de la fábrica y fuera de ella. De hecho durante más de una década en PepsiCo de Florida la patronal se vio impedida de despedir, pese a sus declaradas intenciones.
La continuidad de esta pelea se expresa en que, desde el día uno, la empresa ofrecía una indemnización y tanto Catalina como Alejandro, como miembros de la Agrupación Desde Abajo y militantes del Partido de Trabajadores Socialistas, exigían se respete su derecho de mantener el puesto de trabajo.
El mismo Poder Judicial les decía “vayan y cobren la plata”. Pero no torcieron el brazo. Esa pelea, dada junto a muchas compañeras y compañeros de la fábrica, organizaciones sociales, políticas y trabajadores de múltiples gremios, permitió vencer la normalidad y volver a trabajar.
Hoy, ese mismo Poder Judicial dio una orden de desalojo para defender los intereses de una empresa que dejó a 600 familias en la calle.
Los despidos aumentan todos los días un poco más y el gobierno de Mauricio Macri quiere reformar las leyes laborales para avasallar aun más los derechos de la clase trabajadora. Por eso ejemplos de lucha como el de Catalina Balaguer, Alejandro Moreli y el recordado Leonardo Norniella (uno de los pioneros junto a “Caty” en la organización clasista y antiburocrática de la fábrica) marcan el camino. La respuesta del Estado, obviamente, es la represión.