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Red Internacional
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SOBRE EL LIBRO “BIENVENIDOS AL DESIERTO DEL POST-SOCIALISMO ”. Para pensar la “política radical” en los Balcanes

Publicado por Verso Books en enero de 2015, "Bienvenidos al desierto del post-socialismo. Políticas radicales después de Yugoslavia" es una obra colectiva coordinada por dos de los intelectuales de izquierda más reconocidos en la región, el croata Srecko Horvat y el bosnio Igor Stiks.

Sábado 9 de enero de 2016

El objetivo del libro es la de romper ciertos prejuicios que pesan sobre Europa del Este y especialmente en los Balcanes tras el colapso de la URSS y la desaparición del “bloque socialista” y pensar “políticas radicales” para esta parte del continente. Como sostienen los editor en su introducción: “estas áreas fueron vistas como una causa perdida para el desarrollo de procesos progresivos después de 1989 y condenada solamente a la política de extrema derecha, el apoyo a políticas pro-estadounidenses y pro-OTAN, y la rendición incondicional al neoliberalismo” (p. 3)

25 años después del inicio del proceso de “transición”, esta obra echa luz sobre las consecuencias sociales, políticas y económicas nefastas para las clases populares en los países de la antigua Yugoslavia. Otro de los objetivos es señalar las luchas y resistencias que hubo (y hay) en la región por parte de la clase obrera, la juventud y otros sectores oprimidos, así también el surgimiento de lo que algunos autores denominan “las nuevas subjetividades políticas”.

25 años después del inicio de la restauración capitalista se trata también de dar cuenta de cada “promesa incumplida” sobre la “democracia”, el progreso económico y social. Las contribuciones del libro sientan también las bases para una crítica al discurso sobre una transición devenida en interminable que, en última instancia, solo sirve para legitimar la intervención de las potencias imperialistas y la aplicación de políticas antipopulares en nombre de la “modernización” y el “camino a Europa”.

En este contexto, y como consecuencia de esta situación, las movilizaciones sociales se han desarrollado desde hace varios años en los Balcanes y en Europa del Este (ver aquí, aquí y aquí). Como se señala en la introducción del libro, “estos ejemplos [de movilizaciones] muestran que por primera vez más que una retórica antigubernamental se trata de un verdadero sentimiento anti régimen. No solo el Estado sino el aparato en el que se basa la actual oligarquía son desafiados por ciudadanos auto organizados (aunque caóticamente) (…) El surgimiento y la naturaleza de estos movimientos nos invitan a repensar las categorías utilizadas para explicar la realidad social, política y económica en los Balcanes y en la Europa del Este post-socialista. Nos obliga a comprender la naturaleza no solamente de las instituciones del Estado, en sus debilidades o fracasos, sino también la naturaleza de los regímenes post socialistas [que parecían] (casi) inquebrantables en las últimas dos décadas pero que son propensos a resquebrajarse bajo el peso de sus propias contradicciones y las consecuencias como la pobreza rampante” (p. 12).

De vuelta en el período de Tito

El libro está dividido en cuatro partes, cada una comprende tres capítulos. La primera parte está dedicada a la “Yugoslavia socialista”, el modelo de autogestión de Tito, su crisis y el “desastre capitalista” que se produjo en los años 90 durante el proceso de “transición” y su impacto en el sindicalismo y la clase obrera.

Este retorno histórico es fundamental para tener una visión clara sobre los problemas que afectan a la región hoy en día debido a que muchos elementos de la “crisis final” de Yugoslavia estaban presentes, embrionariamente, en el período de Tito. En este sentido, podemos hablar de la creciente deuda directa con los acreedores internacionales en los años 70, cuando los bancos occidentales estaban deseosos de reciclar los “petrodólares”; las diferentes reformas “liberales” que fueron aumentando las tendencias individualistas y los particularismos regionales, etc.

Pero es el modelo de autogestión propio de Tito, introducido en 1950, una fuente de problemas que a menudo conducen a un debilitamiento de los lazos de solidaridad entre las diferentes repúblicas de la federación. Esta tendencia se aceleró en los años 80 y sería catastrófica en la década del 90. Así, por dar un ejemplo, los autores explican que “un nuevo sistema de reparto de salarios se introdujo en 1958. (…) Ahora [los trabajadores] tenían el derecho a una renta, relacionada con su pertenencia a un colectivo de trabajadores, para utilizar un lugar de trabajo. Esto significaba que, desde un lugar de trabajo bajo propiedad social, el colectivo de trabajadores tiene derecho a gestionar y beneficiarse de estos lugares, pero con ciertas limitaciones legales como el pago de varios impuestos establecidos por los reglamentos del gobierno que a menudo se justificaban con referencias al bien común o el interés nacional. (…). La distribución no estaba ligada a los ‘servicios prestados’ sino a los ‘resultados de trabajo’. (…) Esto alentó a la competencia entre los trabajadores, no sólo en el lugar de trabajo, sino entre las propias fábricas. (…) Las peleas por atraer la inversión del Estado y las políticas económicas eran cada vez más fuertes entre las regiones, lo que significó que los colectivos de trabajadores tendían a identificar sus intereses con la gestión de sus emprendimientos o con el gobierno regional de su república, en lugar de hacerlo con otros colectivos de trabajadores u otras repúblicas de la federación” (p. 28-29)

Los privilegios de las burocracias republicanas, basados en las redes regionales, comenzarán a entrar en contradicción a mediados de los 80 con las políticas del gobierno central en Belgrado que, bajo la presión de los fondos internacionales en el país, propugnó una política de recentralización del Estado. En esta década asistiremos al ascenso de las luchas de los trabajadores contra las medidas de austeridad y la crisis.

Posteriormente, el inicio del proceso de restauración capitalista sólo acentúa estas tendencias a las que hay que agregar las terribles consecuencias de las guerras de la década del 90, la completa sumisión a las potencias imperialista de la Unión Europea y los EE. UU., la privatización masiva o el cierre de empresas públicas, el aumento del desempleo y la desigualdad.

Los frutos amargos de la “transición”

La segunda y tercera parte tratan de forma más directa el periodo de la “transición”, o lo que podría denominarse restauración capitalista, en el territorio de la antigua Yugoslavia y un punto de vista de las consecuencias sociales, políticas y económicas de este proceso.

Un eje importante será señalar los “ganadores y perdedores” del proceso. Por lo tanto, “nosotros, los pueblos de la antigua Yugoslavia, hemos aprendido –o por lo menos deberíamos aprender– que la transición también significó la transformación de ladrones en hombres de negocios. Desde el punto de vista de la Unión Europea, los ladrones de los Balcanes son más deseables que los rojos de los Balcanes. Esto se debe a que los ladrones respetan la “sacrosanta” propiedad privada. Cuando los ladrones lograron tomar el control de la propiedad deseada, nadie estaba más interesado en el establecimiento de un sistema legal para mantener el nuevo status quo y evitar cualquier revolución potencial. Los que han acumulado el capital ilegalmente ahora tienen a su alcance todas las herramientas legales para proteger la propiedad. Los ladrones son por lo tanto los principales sostenes del sistema actual porque nadie más está tan decidido en evitar el surgimiento de ideas sobre la redistribución de la riqueza” (p. 147)

A lo largo de estas dos partes, diferentes autores describen críticamente las “falsas promesas” de la democracia liberal en la región y las visiones llenas de prejuicios sobre las poblaciones de los Balcanes con una supuesta “falta de madurez” para lograr los objetivos de construir una “democracia verdadera” y unirse a la UE. Sobre este punto, un objetivo de esta parte del libro es deconstruir la idea de un camino inexorable a la UE por parte de los países de la región.

Además, este proceso de “transición” se identifica como una contrarrevolución con consecuencias nefastas para la clase obrera, “la revolución antiburocrática fue en realidad una contrarrevolución. Inmediatamente después de la instalación de una nueva dirección comunista, está cambió la retórica de clase por la del nacionalismo étnico. (…) Las guerras yugoslavas y las sanciones fueron utilizadas para acelerar lo que era el corazón de la disolución de Yugoslavia: la transición del socialismo al capitalismo. Los procesos socioeconómicos del último cuarto de siglo son distorsionados y reivindicados como la entrada en una era de democracia parlamentaria, de transición, de independencia, de integración en la UE y la OTAN, pero sus expresiones reales son bien diferentes: propagación de tendencias fascistas en la sociedad, guerra, aumento del desempleo, eliminación de los derechos de los trabajadores, privatización (sinónimo de saqueo), mercantilización de la salud y la educación, una creciente desigualdad, desindustrialización y des-secularización” (p. 145).

En este contexto no es sorprendente que un sentimiento de “nostalgia por Yugoslavia” o “nostalgia por Tito” se desarrolle como una forma de protesta frente al sistema actual. Sin embargo, esto no quiere decir que un “retorno” al antiguo sistema sea propuesto concretamente por una fuerza política en la actualidad o incluso que la “nostalgia” implica una reivindicación acrítica del pasado: “La ‘nostalgia por Tito’ es más un rechazo a la situación política actual y de sus dirigentes políticos que una glorificación acrítica de la política llevada durante décadas por el propio Tito. Esto puede entenderse como una forma de protesta o una provocación, e incluso como una actitud defensiva, sobre todo en los jóvenes, contra la imposición agresiva de nuevas tendencias ideológicas (el diktat nacionalista de una austera integración europea, neoliberalismo, conservadurismo, tradicionalismo, clericalismo, restauración de la vieja política)” (p. 189).

Un aumento de las luchas

Pero la “nostalgia” no fue la única reacción de las masas en la región. De hecho, desde el 2008 y la fase más aguda de la crisis económica mundial, los países de los Balcanes fueron afectados fuertemente y los ataques contra las condiciones de vida de los trabajadores se han identificados. Esto sólo ha profundizado la crisis de legitimidad de los gobiernos de la región y acentuó las luchas obreras y de la juventud. La cuarta parte del libro trata sobre este momento de surgimiento de luchas.

En 2009 se produjo una oleada de luchas obreras en Serbia con alrededor de 30.000 trabajadores de 40 a 45 empresas. Las acciones realizadas tuvieron fueron variadas: el secuestro de patrones, el bloqueo de calles, huelgas de hambre y acciones más desesperadas como las autolesiones y el suicidio. La lucha contra las medidas del gobierno neoliberal se combina con una gran desconfianza de ciertos sindicatos tradicionales que los trabajadores perciben como cómplices de las patronales y saboteadores de sus luchas. Fue así que en agosto de 2009 nació el Comité de Coordinación de Lucha de los Trabajadores (p. 206).

Quizás una de las batallas más emblemáticas de este periodo en Serbia (y la región) es la de los trabajadores de la farmacéutica Jugoremedija, en el norte de Serbia. La lucha se convirtió en todo un símbolo porque los trabajadores estaban luchando para conservar sus puestos de trabajo en contra de una privatización mafiosa, que expresa la situación de millones de obreros en el país y la región. Durante esta larga lucha, los trabajadores fueron tan lejos como para establecer una forma de autogestión del tipo “trabajadores accionistas”, lo que limitó sus oportunidades e incluso creó tensiones con los trabajadores no accionistas: “A pesar del éxito y la capacidad de los trabajadores para estabilizar y ampliar la producción, la situación sigue siendo frágil. La difícil situación económica ha planteado graves límites en el modelo organizativo de Jugoremedija y la división entre los accionistas y los trabajadores ‘comunes’ se hizo más visible. Estos estaban menos dispuestos a aceptar salarios estancados y horas extras en una fábrica que no era de ellos” (p. 208).

Esta difícil situación económica, las contradicciones inherentes a la forma de organización que los trabajadores habían elegido para la “autogestión” y las presiones políticas llevaron al final de esta experiencia.

Otro actor importante en la región fue el movimiento estudiantil croata que desde 2008 encabeza luchas que influyen en sectores que van más allá de la juventud. De hecho, “en mayo de 2008, [los estudiantes] organizaron la primera manifestación en la Universidad de Zagreb, con unos 5000 participantes (…) Con su consigna de “educación gratuita” y una crítica al neoliberalismo y las privatizaciones, los estudiantes atacaron el corazón de la política de los últimos años. Incluso fue criticado el proceso de adhesión a la UE. Por primera vez en más de veinte años, los pilares del neoliberalismo y el capitalismo fueron desafiados y cuestionados abiertamente. Como consecuencia de esto, la movilización estudiantil, sus prácticas y perspectivas han abierto espacios que van más allá del campo de la educación superior” (p. 213-214).

Pero es el movimiento de la primavera de 2009 y la ocupación de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de Zagreb los que tendrán la impresión más duradera. Con los métodos de la democracia directa y la unión con los obreros y campesinos en lucha, el movimiento ha influido, sin duda, en otros movimientos que se produjeron en la región, como en Bosnia en febrero de 2014, donde vimos la unidad entre los trabajadores y la juventud, así como la aparición de “plenarios”.

Algunas observaciones finales

No hay duda de que este libro constituye una iniciativa muy importante para la región y más allá. Tratar de librar una batalla en el campo de las ideas en una región también devastada y plagada por las ideas reaccionarias del nacionalismo y el clericalismo a través del neoliberalismo no es una tarea sencilla. Sin embargo, es fundamental para sentar las bases para la recuperación de la memoria colectiva de los explotados y oprimidos de la antigua región de Yugoslavia, y más ampliamente en Europa del Este, y poner las ideas emancipadoras a la ofensiva.

Desde este punto de vista, el libro comienza a partir de una situación catastrófica, un verdadero “desierto” de ideas emancipadoras, anticapitalistas, revolucionarias. Y debido a esto, nos parece que el libro está atravesado por una suerte de eclecticismo ideológico, debido a las disparidades entre los diferentes autores y sobre todo por una falta de definición estratégica. En el título vemos esta ambigüedad: hablar de “políticas radicales” no necesariamente indica de una lucha contra el neoliberalismo o de un cierto tipo de anticapitalismo. Además, nunca queda en claro el objetivo por la positiva.

Por otra parte, tal vez la mayor carencia del libro es la falta de un capítulo dedicado a la revuelta social de febrero de 2014 en Bosnia y Herzegovina, sin duda alguna y a pesar de su carácter explosivo y de corta duración, uno de los movimientos sociales más importantes de la región en los últimos 25 años. Este ha implicado la lucha contra la privatización de las empresas públicas y la denuncia de la corrupción patronal y de la casta política en el país, y el desempleo que afectamente especialmente a la juventud. En otras palabras, una combinación explosiva entre la clase obrera, la juventud y los sectores populares en un movimiento que tuvo como eje central las grandes demandas de clase, a diferencia de otros movimientos de la región con reivindicaciones más difusas y policlasistas.

En el post scriptum los editores explican que este movimiento tuvo lugar después de la presentación de los textos para el libro. Sin embargo, dada la magnitud y la importancia del movimiento, y teniendo en cuenta que el libro fue publicado recién en enero de 2015, uno solo puede lamentar la ausencia.

De todos modos, Bienvenidos al desierto del post-socialismo es una obra que, sin duda, abrió el debate y permite y fomenta en los próximos años la publicación de más escritos de este tipo en la zona de la antigua Yugoslavia y en Europa del Este en general, que han sido durante mucho tiempo el centro de la propaganda imperialista en contra de cualquier idea de trascender el capitalismo.

Publicado originalmente en Révolution Permanente