El 4 de enero de 2021 se reanudó el último tramo de la paritaria estatal 2020 con una propuesta inaceptable del gobierno de Kicillof.
Miércoles 6 de enero de 2021 21:32
Según informan algunos medios se trata de un bono de $4000 a cobrar en dos cuotas con los salarios de enero y febrero, solo para aquellos ingresos menores a $35.000 y el pase al básico de $650 de los $4000 que se cobran como suma fija desde abril, más el 1% sobre el básico y otras cifras remunerativas (Si! No es un error de tipeo).
Una propuesta miserable que mantiene los salarios estatales hundidos en la pobreza y donde crecen las sumas no bonificables achatando la pirámide salarial, coherente con la política, como la mantenida con los jubilados, de “solidaridad” de los que son pobres ($35.000) con los que están aún peor.
Los y las estatales venimos de una pérdida salarial del 37,3% durante los 4 años de gobierno de Vidal. Y en 2020 tuvimos un aumento de 25,8% en cuotas, con montos en negro, cuando la inflación interanual (a noviembre) fue de 35,8%. Según la última medición del Indec una familia necesito $51.775 para no ser pobre y la Junta Interna ATE Indec estimó que una familia trabajadoras necesitó en octubre $ 76.500 para cubrir una canasta de consumos mínimos.
El gobierno intenta así imponer un profundo ajuste en el salario estatal a tono con el presupuesto votado en la legislatura y el proceso de negociación y pago de la deuda con los buitres.
Mientras Paolo Rocca se llevará 264 millones de dólares de subsidios y en la provincia Kicillof habilita el negocio millonario del juego online a los Angelici y Cristobal López, para los trabajadores más pobreza y precarización de la vida.
Lo que es inaceptable para los estatales es “insuficiente” para ATE y Fregepba
En octubre pasado ATE aceptó la oferta sin ningún debate con las bases. En Desarrollo de la Comunidad desde la Junta Interna realizamos una consulta y el 98,2% rechazaba de plano la propuesta.
Ahora ATE y los sindicatos de la Fregepba lanzan un bochornoso comunicado donde le suplican al gobierno que reconsidere la propuesta y tenga en cuenta la inflación, con la cual aún los salarios seguirían muy por debajo de la línea de la pobreza.
ATE aceptó la maniobra del gobierno de atar la negociación salarial a la aprobación del presupuesto, sin preparar una lucha seria por una verdadera recomposición salarial. Ya no plantea pelear por un salario al valor de la canasta familiar, ni siquiera recuperar realmente lo perdido con Vidal. La conducción Verde Anusate, subordinada como nunca al Frente de Todos le suplica al gobierno “seguir trabajando, como hasta ahora”, cuando el “hasta ahora” es pobreza y precarización para cientos de miles de estatales y un salario a pedido del FMI.
Pero el ajuste no es solo salarial, en estos días vemos como cientos de trabajadores de la salud, becarios que entraron para fortalecer los servicios ante la pandemia son despedidos o recontratados para los operativos de vacunación. Una política del gobierno de desmantelar los servicios, sacando a aquellos trabajadores y trabajadoras que se especializaron durante la pandemia, en medio de una nueva ola de contagios que encuentra a la primera línea agotada.
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Mientras miles de docentes y auxiliares de educación del programa Piedas, que sostuvieron las escuelas durante la pandemia, se quedan sin cargo y por lo tanto sin salario. Y las y los trabajadores de DGCyE hace 11 meses pelean por los puestos de trabajo, logrando con su lucha varias reincorporaciones, pero a los que quedan aún despedidos se suman algunos del último mes.
En los pocos plenarios que hubo durante el 2020 desde la Marrón Clasista fuimos planteando que, si no se preparaba la fuerza para pelear en serio, se estaba gestando la entrega del salario.
Creemos que hay que rechazar de plano la propuesta y organizarnos desde cada sector de trabajo por un plan de lucha que plantee un salario al valor de la canasta familiar, la continuidad laboral de todos los estatales y docentes y el pase a planta para terminar con la precarización laboral.
Y además como ya planteamos, se impone seguir organizándonos para recuperar las Juntas Internas y los sindicatos para los trabajadores y trabajadoras. La independencia política de nuestras organizaciones gremiales, respecto de todos los gobiernos, es la condición necesaria y fundamental para que no terminemos siendo siempre los que paguemos la crisis, con empobrecimiento, ajuste y precarización.