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Medio Oriente. Parlamento de Irak exige retiro de tropas estadounidenses: Trump amenaza con sanciones

El Parlamento iraquí votó el domingo la expulsión de las tropas estadounidenses en el país. Trump amenazó con "severas sanciones" si se concreta la expulsión de sus militares.

Juan Andrés Gallardo

Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1

Lunes 6 de enero de 2020 13:30

El ataque uinilateral e ilegal de Estados Unidos en territorio iraquí contra el general iraní Qassim Soleimani se convirtió en un rápido bumeran para la política imperialista en la región. La más alarmante para Trump era la posible expulsión de los soldados que tiene estacionados en Irak luego de haber violado sistematicamente su soberanía con ataques con drones. Esa pesadilla empezó a hacerse realidad este fin de semana.

El parlamento iraquí votó el domingo la expulsión de las tropas estadounidenses en el país luego del ataque aéreo del jueves pasado. Previamente el Gobierno de Irak, varios políticos y los principales clérigos chiitas del país habían denunciado el ataque de Estados Unidos como un avasallamiento a la soberanía del país y habían amenazado con ejecutar la expulsión de las tropas imperialistas.

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La respuesta de Trump fue rápida y amenazó a Irak con "severas sanciones". En la actualidad hay 5.000 soldados estadounidenses instalados en el país, y el viernes pasado aprobaron el envío de 3.000 nuevas tropas que se suman a un contingente de 14.000 que vienen desplegando en la región desde hace medio año.

"Tenemos una base aérea extraordinariamente cara, que costó miles de millones de dólares construir, mucho antes que yo [llegue a la presidencia]. No nos iremos a menos que nos paguen", amenazó Trump con su clásico estilo bravucón y sin notar que la votación del Parlamento es una de las afrentas más grandes de la casta política iraquí, puesta por el propio Estados Unidos, desde la invasión al país en 2003.

La votación del domingo tuvo lugar en medio de las movilizaciones multitudinarias con cientos de miles de personas en distintos países de la región y en particular en la capital iraní, Teherán, como parte de los tres días de luto y del funeral de Soleimani. El domingo, dentro de la sala del Parlamento, los legisladores gritaron: "¡Fuera Estados Unidos! ¡Bagdad es libre!". Imposible haber escuchado y visto algo similar antes del brutal ataque de Estados Unidos, lo que muestra el grado de inflamación de la política regional que provocó la decisión de Trump.

Un día antes el presidente estadounidense había declarado en un tuit que tenía en la mira a 52 objetivos de Irán en caso de que el país persa tome represalias por el asesinato del general Soleimani. Sin embargo, Irán no aclaró de que forma se llevará adelante la respuesta y la mayoría cree que los ataques pueden ser extendidos en el tiempo o perpetrados contra objetivos no directamente estadounidenses sino contra sus aliados en la región, como Arabia Saudita o Israel.

También pueden no ser golpes directamente militares, como lo muestra la votación del domingo en el Parlamento iraquí, o la declaración de Irán de abandonar por completo el pacto nuclear, a lo que Trump tuvo que salir a contestar en forma inmediata que "Irán nunca tendrá armas nucleares". Por su parte organizaciones afines a Irán declararon este lunes que la "venganza" será expulsar a Estados Unidos de Medio Oriente, haciéndose eco de la votación del Parlamento iraquí.

Pero Trump tampoco la tiene fácil en el terreno domestico. La presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., la demócrata Nancy Pelosi, anunció este lunes que someterá a votación una resolución para "limitar las acciones militares" del presidente Donald Trump respecto a Irán, tras la operación de la semana pasada.

Por su parte desde el viernes al menos 80 ciudades de Estados Unidos vivieron movilizaciones y acciones de distinto tipo en repudio al ataque de Trump, contra una eventual guerra y por la retirada del imperialismo de la región. Aún son marchas pequeñas, pero pueden ser el inicio de un potente movimiento antiguerra que cuestione la agresión, la injerencia y las guerras permanentes de Estados Unidos para imponer sus intereses alrededor del mundo. Es decir un movimiento antiimperialista que, al interior de la bestia, ponga en cuestión el eje de la política estadounidense, que es llevada adelante tanto por republicanos como por demócratas.

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Juan Andrés Gallardo

Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario

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