Miércoles 26 de noviembre de 2014
Fotografía: Palavra Operária
Los trabajadores de la Universidad de San Pablo en asamblea votaron el paro en el día de hoy, ya que después de dos meses de huelga no hubo ninguna negociación y comienza el recorte de casi dos mil puestos de trabajo.
Sobre esta situación, Bruno Gilga, dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Universidad de San Pablo (Sintusp) y representante de los trabajadores en el Consejo Universitario declaró que: “Una semana después de la declaración de (rector Marco Antonio) Zago de que la crisis de la USP estaría resuelta, ahora es divulgada la implementación del Programa de Incentivo de Retiros Voluntarios (PIDV), un plan de despidos masivos para recortar, según el Rectorado, casi 1800 puestos de trabajo. La solución de Zago para la crisis es el despido en masa, principalmente de aquellos con más experiencia, que mejor conocen la universidad, como restaurantes y hospitales, entre otros. El resultado será la destrucción de la universidad, la precarización de la atención a la comunidad universitaria y de la población y el aumento de la tercerización y de otras formas de privatización de la universidad.
Intentan presentarlo como un beneficio pero en realidad es una soga al cuello de los trabajadores: una indemnización con la falsa promesa de tranquilidad financiera, en un momento en que la economía nacional empeora, el empleo y los pequeños negocios disminuyen y las jubilaciones siguen siendo una miseria. Todo esto se hace de forma ilegal, sin negociación con los trabajadores o el sindicato y sin una ley que elimine los cargos. El PIDV es una de las mayores medidas de desmantelamiento de la universidad pública y no podemos aceptarlo”.
Gilga también hizo comentarios respecto de la publicación de los salarios de la universidad: “Mientras no dejan conocerse supersalarios en la universidad – y no son de trabajadores o profesores en general, sino casi siempre de la burocracia universitaria - el Rectorado lanza una campaña contra los salarios de los trabajadores. Al mismo tiempo no hacen públicas las cuentas de la universidad a la comunidad ni a la población, para ver cuál es y de dónde viene la crisis. Pero utiliza esta crisis como pretexto para la implementación del PIDV y para el congelamiento de beneficios (como vales para la alimentación, almuerzo, guarderías y educación especial), que desde hace 18 meses no son reajustados, mientras la inflación solo crece, ni que decir de los alimentos. Por eso exigimos la apertura inmediata de las cuentas de la universidad”.
Para finalizar Gilga afirmó: “Así, dos meses después de la huelga, que concluyó con el compromiso de la justicia de continuar las negociaciones, no hubo ninguna negociación sobre este o cualquier otro punto de nuestras demandas como la defensa de los hospitales o la reversión de los despidos y recortes de centenas de miles de trabajadores tercerizados. Además, el Rectorado que llegó a declarar a los medios que la crisis financiera estaría resuelta, mantiene congelada las contrataciones llevando a una situación inhumana en los restaurantes de la Universidad de San Pablo, por ejemplo, con trabajadores que sufren enfermedades laborales. Es por eso que es fundamental un gran paro el 26/11 con todos lo que llevaron adelante la huelga histórica de 4 meses, e incluso muchos otros, que vieron que con la unidad es posible vencer y cada uno fortalece la lucha, para imponer la apertura de las negociaciones, nuestros derechos y la defensa de la universidad pública.”
