Este jueves comenzó el paro nacional bancario, que se cumple con total acatamiento en todo el país. Los bancos ofrecen aumentos por debajo de la inflación y en 7 cuotas, cuando ganan miles de millones por semana.
Jueves 28 de abril de 2022 10:45
El paro general bancario fue votado la semana pasada, tras una audiencia con las patronales que ofrecían 45% en 7 tramos. El gremio pide 60%, a tono con la inflación que pronostican los mismos bancos y consultoras. En la última audiencia subieron su oferta pero no llega al pedido gremial, es también en cuotas y por debajo de la inflación pronosticada.
Hoy el salario mínimo bancario está en $133.000, más otros $3.436,11 por participación en las ganancias (ROE). Apenas por debajo de la cifra fijada por los trabajadores y trabajadoras del INDEC para la canasta de consumos mínimos: $145.000.
Los salarios bancarios superan, es cierto, el promedio de lo que cobra la mayoría de la clase trabajadora. Como venimos reflejando, el fenómeno de los trabajadores y trabajadoras pobres es lo que más se extiende. Sin embargo, son quienes hacen funcionar esos gigantes financieros que mueven miles de millones diariamente, a costa de los negocios con los ahorros de la gente pero también de otros que le brinda el propio Estado.
Te puede interesar: Gremiales.Paro bancario de 24 horas en todo el país
Te puede interesar: Gremiales.Paro bancario de 24 horas en todo el país
El último informe del BCRA confirma que el año pasado la banca privada acumuló ganancias netas por más de $ 133.000 millones. Todo indica que esas superganancias seguirán aumentando en 2022, con la suba de tasas de interés acordada con el FMI, que mejorará el balance de los bancos a pesar de sus efectos recesivos para la economía.
Esto da una cifra de $ 365 millones por día de ganancias.
Hay un dato clave. El negocio más rentable para los bancos en Argentina no es la intermediación financiera, o sea la diferencia entre lo que pagan por los depósitos y lo que cobran por ofrecer préstamos). Desde 2019 el gran negocio es la tenencia de títulos (centralmente Leliq) y las primas por pases del BCRA.
Estos instrumentos son de exclusiva circulación entre bancos comerciales y arrojan ganancias extraordinarias. El año pasado las ganancias por intereses de las Leliq superaron el billón de pesos, una masa equivalente a más de 5 millones de jubilaciones mínimas por mes.
Además, la suba de las tasas de interés acordada por el gobierno con el FMI promete llevar nuevamente a niveles estratoféricos la ganancia por tenencia de estos instrumentos. Para pagar esos intereses, el BCRA vuelve a emitir dinero que nuevamente se canaliza en la compra de Leliqs y que crecen a paso acelerado como una verdadera bomba de tiempo que amenaza los ahorros de millones de personas.
Todo lleva a la misma conclusión: cuando asumieron Alberto Fernández y Cristina Kirchner, entre los bancos y los jubilados iban a elegir a esos últimos. Uno podría suponer que lo mismo valía para los trabajadores. Lo cierto es que el negocio financiero ha crecido sin parar, mientras los salarios y jubilaciones siguieron perdiendo.
La paritaria bancaria, que incluye denuncias sobre ataques a las condiciones laborales, tercerizaciones y despidos, es parte de esa realidad. Y realidad mata relato.