En los últimos cinco meses se han registrado las mayores movilizaciones sociales en por lo menos tres décadas en Guatemala. Bajo la exigencia de la renuncia de Otto Pérez Molina, el movimiento guatemalteco sale nuevamente a las calles, con una jornada de paro nacional de tres días que pretende desafiar la política del mandatario de continuar con su gobierno.
Jueves 27 de agosto de 2015
Fotos de facebook: "OtraGuatemalaYa"
Durante los últimos días se han vivido sucesos que mantienen latente los casos de corrupción y redes criminales entre la clase política de Guatemala, reavivando la indignación de miles de personas.
El ya cuestionado gobierno de Pérez Molina pasó en menos de cinco meses, al señalamiento directo en el caso de la red de defraudación aduanera y fiscal “La línea”, abriendo un capitulo mas en la actual crisis política del país.
Al tiempo que se daba a conocer la detención de la ex vicepresidenta Roxana Baldetti el pasado viernes, también salían a la luz pública los primeros resultados de la investigación realizada por el Ministerio Público (MP), en donde se declaraba de la existencia de documentos, agendas, correos electrónicos, cheques, etc., que ubican como principal referente de la red a Baldetti. Así mismo, la Fiscalía General y autoridades decidieron revelar también el primer audio como prueba de la culpabilidad de Pérez Molina, al cual se le puede escuchar dando instrucciones al jefe de recursos humanos de la SAT, Carlos Muñoz.
Se desmenuza la estructura y la forma en cómo la red operaba desde mandos medios. Además se determinó que Pérez Molina y Baldetti habrían recibido unos 262 mil dólares en sobornos en tan sólo una semana.
No renuncia, pero busca afianzar alianzas
En un acto de cinismo el domingo pasado, Otto Pérez Molina negó toda vinculación con el caso “La línea” a pesar de los más de 88 audios que según distintos medios han anunciado, se presentarán como pruebas para el caso.
“No renunciaré y con toda la entereza me someteré a los procesos que por la ley corresponda”, dijo en su mensaje; “Quiero que comprenda todo el pueblo de Guatemala que no hay una línea, son dos, y hasta hoy solo ha aparecido la que recibe pero no la que le paga, sin duda enraizada en el sector empresarial y que espero pronto aparezca en toda su magnitud”, fueron algunas de las palabras del mensaje transmitido en cadena nacional.
A pesar de que durante el fin de semana pasado, se diera por concluida la disolución del conjunto del inicial gabinete de gobierno, con las renuncias de cuatro ministros; Ministro de Economía y Educación, Sergio de la Torre y Cynthia del Águila respectivamente, a los cuales siguieron el de Salud y Agricultura, Ganadería y Alimentación, las alianzas políticas de Otto Pérez Molina y del Partido Patriota parecen ser la apuesta para mantener y llevarlo al termino de su gestión.
Así se evidenció en el Congreso de Guatemala, al someter a votación su inmunidad política. Con el respaldo de la bancada del Partido Visión con Valores (cuya candidata a la presidencia es la hija del dictador Ríos Montt) se dio por rechazado el retiro de dicha inmunidad con sólo 88 votos a favor, de los 105 votos que se requieren para la continuidad del proceso. El voto de los militares ligados a actos delictivos se hizo presente en el pleno, por medio de sus representantes diputados en el Congreso.
Aún esta abierta la posibilidad de continuar por esta vía, el trámite para un nuevo antejuicio; “La Corte Suprema de Justicia (CSJ) ya envió un nuevo expediente al Congreso para que procesa a integrar la Comisión Pesquisidora con cinco diputados, a seleccionar con el procedimiento de sorteo, que a su vez y entre otros mecanismos deberán escuchar a las partes y, finalmente emitir dictamen de si debe o no levantársele al jefe del Ejecutivo la inmunidad de que goza”.
Sin embargo, este tipo de recursos han estado por fuera de todo interés que se ajuste a las demandas del pueblo guatemalteco y, muestra de ello es la propia actuación de dicho organismo en el caso Ríos Montt.
Organizaciones se suman al paro nacional
El mensaje emitido por Pérez Molina desató aún más la indignación de los guatemaltecos, que a pocas horas de haberse transmitido, no tardó en expresar su repudio en las calles con bloqueos y concentraciones a nivel nacional. Fueron más de 70 organizaciones sociales las que en días previos convocaron en rueda de prensa a un paro nacional, para los días 25, 26 y 27 de agosto y, a la cual se han ido sumando diferentes sectores de la población del país centroamericano.
Dentro de las principales denuncias las distintas organizaciones han difundido mediante múltiples cuentas en redes sociales sus principales demandas, entre las que destacan: la renuncia de Otto Pérez Molina, junto al proceso de juicio para el mandatario y para la ex vicepresidenta Roxana Baldetti; la constitución de una Asamblea Nacional Constituyente que dé seguimiento a los cambios que demanda la estructura política del país para superar la impunidad y corrupción; el desconocimiento del actual Congreso de la República y; el aplazamiento de las elecciones.
Desde las primeras horas del día, el paro nacional se nutría con decenas de bloqueos carreteros, cierres en centros de trabajo, piquetes y movilizaciones estudiantiles. En algunos liceos y universidades los directores, trabajadores administrativos, incluso los rectores de diferentes instituciones educativas, aseguraban el cierre de aulas para adherirse a la convocatoria de paro. Con mensajes anunciando el cierre de aulas, los profesores se dirigirán a los padres de familia a solidarizarse con el movimiento guatemalteco #RenuciaYa.
La progresividad en la convocatoria se hizo mayor con la convocatoria del Magisterio Nacional de Resistencia, que se hizo presente en las principales movilizaciones y piquetes del país y, donde algunos de sus voceros afirmaron: “Hasta que no reformen la Ley Electoral las elecciones deben estar suspendidas”. Cientos de maestros participaron de la concentración frente al Tribunal Supremo Electoral y la Departamental Norte de Educación, durante el primer día de la convocatoria al paro nacional. Contaron también con el apoyo de colectivos de estudiantes de la Universidad de San Carlos.
En estas condiciones, ¡no queremos elecciones!
Es es la consigna de los guatemaltecos ante los comisiones convocados para el próximo 6 de septiembre, rechazando todo indicio de dar cierre y carpetazo al proceso iniciado hace meses.
Sin duda, el actual proceso y el propio desarrollo de paro nacional es un importante paso para el movimiento guatemalteco , que ha sido fuertemente atacado con despliegues policiales. Guatemala esta hoy bajo los reflectores internacionales y se mantiene como olla de presión esperando la llegada de los comicios electorales.
La progresividad alcanzada hasta ahora por la convocatoria de paro nacional, ha sido un triunfo para el pueblo guatemalteco y marca ya una referencia importante para su historia reciente. Pero pueden ir por más. La subjetividad política demostrada en la presente jornada debe jugar a favor de avanzar por poner en pie una gran huelga nacional que paralice toda Guatemala y logre garantizar las condiciones para una Asamblea Nacional Constituyente sobre las ruinas del régimen, con delegados que representen las demandas de conjunto de la clase trabajadora, las mujeres, los indígenas y la juventud en resistencia.
Debe ser la salida, frente a un sistema político que ofrece como candidatos presidenciales a hijos de dictadores, a empresarios y políticos criminales.
Con información de Prensa Libre / Nodal / El País